-Libros de las Malas Compañías-

Lo bonito de conocer libros de este calibre es ver cómo vamos formando un mapa de aquellas mujeres borradas en la historia, traer sus vidas, sus recuerdos, muchas veces llenos de retazos de las vidas de otras personas, e ir creando poco a poco su paso por este mundo.
Viajeras Atlánticas nos trae historias de este bagaje, se centra en aquellas mujeres invisibilizadas que un día tuvieron el coraje y la valentía pese a no ser “una cosa de mujeres” enfrentarse a un largo viaje, que muchas veces era recorrer medio mundo.
Viajeras Atlánticas nos obsequia con la crónica de veinte mujeres diferentes que, por x o por y, hace muuuchos años se embarcaron en diferentes viajes; algunas escribían sobre ello, ya fuera a base de cartas o configurando diarios, y algunas nos sonarán más que otras, porque lo bonito de estar escribiendo su historia ahora es que tenemos la suerte de que vamos hilando los distintos relatos de una misma vida y los vamos trayendo a este momento para ponerlas voz.
Algunas de ellas viajaron para encontrar un futuro mejor, otras exiliadas, otras porque fueron engañadas, otras por amor, otras por vivir experiencias, otras por aprender… Por lo que fuera, estas veinte mujeres fueron capaces de pasar carros y carretas para llegar a destino, aunque las hubieran dicho desde que nacieron que las mujeres no debían viajar. Algunas hicieron grandes cosas, entre ellas llevar el feminismo a otras partes; se rodearon de otras mujeres y entre ellas aprendieron.
Por eso es importante descubrir libros como Viajeras Atlánticas, porque podemos ver qué parte de nuestra historia está mal contada para reescribirla con la verdad de todas esas mujeres silenciadas. Así que si tienes curiosidad por saber cómo se las apañaban las mujeres hace doscientos años para viajar y sobrevivir, este libro te puede venir de perlas, porque es una lectura amena, rápida pero escrita con detalle y presentada en una edición preciosa, tanto por fuera, la mar de llamativa, como por dentro.
Muchas gracias a Malas Compañías por la oportunidad.
Rut Alameda, directora de Altavoz Cultural