Entrevista a Susana Romanos

¿Cuándo y cómo nace greylock y con qué propósitos principales y señas de identidad lo hace?
greylock nace en 2018 como un proyecto personal. Después de trabajar como editora para otros, me apetecía mucho publicar obras que me motivaran de verdad. Desde este punto de vista, reconozco que fue una motivación algo egoísta, pero ¿qué proyecto personal no lo es? En aquella época, os estoy hablando de un lejano 2012, descubrí la literatura húngara de principios del siglo XX. El problema es que apenas había nada publicado en castellano y tenía que depender de las traducciones en otros idiomas. Esto, que en principio fue una molestia, resultó ser el germen de greylock: ¿por qué no dar voz a lo que los grandes grupos editoriales (y no tan grandes) nunca darán? Pensé, tal vez muy ingenuamente, que era una pena que la gente amante de la literatura se perdiera estas obras tan lejanas. A partir de ahí, diseñé la colección [narrativas], dedicada a la literatura no española de la primera mitad del siglo XX; la colección [textos y no], obras de índole experimental; e Imprint [#], libros bajo el espíritu de los libros de artista de los años sesenta, que fueran asequibles en cuanto a su disponibilidad fuera de las galerías de arte y a su precio. Dos años después, me lancé a la poesía con la colección [cyclomer] y, el año pasado, coincidiendo con el quinto aniversario, presenté la quinta colección: [jalde] pequeños textos, casi panfletos, relacionados con el proceso de creación que podían ser aplicables tanto a la literatura, al modo de hacer libros, al arte o a lo que más os apetezca en ese momento.
Otra decisión que tomé, y que a día de hoy sigue generando polémica, es no hacer reimpresiones. La idea básica parte de que cada libro es un proyecto individual con un comienzo y un final. Cuando el libro se agota, ya no hay más, salvo en bibliotecas y librerías de viejo. Hasta ahora, suelen ser los Imprint los que se agotan.
En cuanto al nombre… Fue laborioso, quería algo que tuviera que ver con ballenas, con Melville…, pero todo estaba ya usado. Entonces recordé la dedicatoria que Melville escribe en «Pierre y las ambigüedades». Una loa maravillosa al monte Greylock, —el punto natural más alto de Massachusetts con 1064 m de altitud— y que, según cuentan, le sirvió de inspiración mientras escribía «Moby Dick» al verlo cada día a través de la ventana de su estudio. Es muy valiente y conmovedor dedicar una novela a una montaña. Valiente por hacer coincidir una «imperfecta» creación hecha por el hombre con una de las obras maestras de la naturaleza; conmovedor por estar tan desencantado con sus congéneres que una colina parece ser su único amigo. Si alguien tiene curiosidad, en la web de greylock se puede leer la majestuosa dedicatoria para una majestuosa montaña.
En resumen, como ya se intuye, greylock vive en el espacio entre el arte y la literatura, es una pequeña editorial que no obedece fronteras y que no presta fidelidad a las tendencias.
¿Quién es Susana Romanos más allá de su labor editorial? Nos encantaría que te presentaras ante nuestra audiencia.
Me resulta complicado hablar de una misma, sobre todo porque suele diferir bastante con la percepción que los demás tiene de ti. Me fascinan las ballenas y, en general, todo lo que tenga que ver con la fauna acuática. Me doctoré hace años con una tesis sobre Laurie Anderson, una investigación acerca de una obra suya basada en Moby Dick —obvio—, y enmarcada dentro del campo del giro lingüístico en el arte y del arte sonoro. He comisariado alguna exposición, escrito sobre arte, impartido alguna clase (sobre edición, libros y arte), siempre que puedo me escapo a hacer senderismo, solía practicar —lo tengo abandonado por falta de tiempo— spinning (ahora lo llaman ciclo indoor) y TRX, y me gusta hacer tartas de cumpleaños para mi familia y amistades. No obstante, he de admitir que estoy muy alejada del mundo del arte, a mí lo que me gusta ser y me define es: editora. Aunque lo de montar una pastelería tampoco lo descarto.
¿Cuáles son vuestras más recientes novedades? ¿Qué podemos encontrar, haciendo una panorámica, en vuestro catálogo?
El pasado noviembre publicamos uno de los libros de los que más orgullosa me siento, por lo especial del proyecto, principalmente, ya que, hasta donde sé, no se había hecho hasta ahora algo así. Nos lanzamos —y aquí hablo en plural porque estoy muy agradecida a la traductora, Blanca Gago, y al traductor, Ignacio Caballero, por aceptar el reto— a traducir un libro de artista de 1969, el LLUVIA DE PALABRAS (o una introducción discursiva a las íntimas investigaciones filosóficas de G,R,E,T,A, G,A,R,B,O, dice) de Madeline Gins con dibujos de Arakawa, y tipografía y diseño originales de Samuel N. Antupit. Como dato curioso, añadiré que está funcionando mejor en el extranjero que a nivel nacional.
En enero sacamos el segundo [jalde], «Inter folia, aves» de Anna-Sophie Springer, un pequeño gran libro sobre los libros de aves como prácticas editoriales y curatoriales desde el punto de vista del decolonialismo. Y en marzo presentamos en [narrativas] la última novela escrita por un viejo conocido de la casa, el escritor estonio Anton H. Tammsaare, titulada «Las desventuras del nuevo Satán», una parábola de redención, así como una poderosa pieza de crítica social. Satán viene a la tierra en forma de un granjero ingenuo para salvar el infierno y, con ello, a la humanidad también. Y antes del verano y justo después de él, saldrán dos obras de Laura Riding, una dentro de [textos y no] y otra en [cyclomer].
¿Cómo consideráis que se encuentra en estos momentos el mercado editorial respecto de propuestas, enfoques y géneros? ¿Qué es lo que más os agrada y lo que más os preocupa?
Creo que, bajo toda la enramada de bestsellers, modas y tendencias, hay propuestas bastante interesantes, pero tienes que ir a buscarlas. Esto es un hecho, no va a cambiar, y no merece la pena quejarse por ello. Por suerte, están las redes, el boca a oreja, y la coincidencia feliz e inesperada en lugares como librerías o ferias, por ejemplo.
Me preocupa justo eso, que aparezca un momento en el que no haya espacio para proyectos pequeños —de esos que se mueven entre fronteras, proyectos arriesgados y para un pequeño público—. Me inquieta que incluso escarbando no se llegue a ellos, porque han quedado completamente sepultados por estas tiradas de ciento de miles de ejemplares que ofrecen todas lo mismo. Me perturba la uniformidad.
¿Cómo trabajáis el aspecto promocional, tanto en el apartado digital / virtual como desde la presencialidad?
Bueno, el hecho de estar en un pueblo de Navarra, dificulta bastante el tema de la presencialidad y, por ende, limita bastante el apartado promocional. Así que nos servimos casi en su totalidad de lo virtual. Enviamos una newsletter cuando tenemos nuevo lanzamiento, enfocada principalmente a las librerías, y publicamos en redes. En este sentido, Instagram es lo que mejor nos funciona ya que llegamos a más gente.
¿Qué planes tenéis a corto y medio plazo? ¿Dónde puede encontraros y seguiros nuestra comunidad lectora?
Estamos ya con la producción de las primeras novedades de 2025. Particularmente, estoy muy ilusionada con la publicación que inaugurará ese año, un doble volumen con un ensayo sobre la novela de artista y con una novela de artista, un proyecto de David Maroto, artista español afincado en Ámsterdam. Nuestra primera intención es seguir y, después de ello, continuar creciendo. De momento, lo estamos consiguiendo.
Los libros de greylock pueden encontrarse en todas las librerías del estado, a través de nuestra distribuidora. Desde hace poco, también tenemos distribuidora para América Latina, era algo que mucha gente nos pedía. Y, por supuesto, están nuestras redes (X, Instagram y Threads) en donde se pueden seguir todas nuestras novedades.