
Bienvenido a Altavoz Cultural, querido Pedro. Quisiéramos comenzar esta entrevista preguntándote por qué ahora mismo Un lugar mejor, por qué en este momento. ¿De qué estímulo primario sale adelante la propuesta para la obra completa?

Gracias, en primer lugar, por la acogida. Contestando a la pregunta, siempre he dicho que en la novela la planificación precede a la ejecución, pero que en el libro de cuentos sucede al revés: la ejecución precede a la planificación. Escribir cuentos es uno más de los hábitos de mi vida, un elemento más de mi forma de vivir. “Un lugar mejor” es el fruto de ocho años de trabajo en el género del cuento. Y en los seleccionados para el libro prevalece una tensión dramática entre la esperanza y la desesperanza: la portada y el título del libro son los primeros elementos que apuntan en esa dirección.
Memoria, Soledad, Mentira… ¿Cómo fue el proceso de selección de los conceptos principales, destinados a representar de forma esencial las diversas áreas temáticas de la obra? ¿Qué has esperado arrojarles a los lectores con cada una de ellas?
Sobre la visión general del título construí bloques temáticos, con cuentos vinculados entre sí por esos conceptos. Y he de decir que, en la gestación del libro, tuvo una participación muy singular Juan Casamayor, el editor de Páginas de Espuma: él se implica intensamente en el itinerario, más o menos tortuoso, que lleva desde la entrega de un manuscrito hasta la publicación de un libro.
¿Qué podrías contarnos acerca de los Cuentos de la última estación especialmente pensando en aquellos futuros lectores que aún no los hayan leído?
La “última estación” del libro reúne cuentos un poco distintos a los demás, pero en este caso no debido a la temática, sino al estilo: son relatos más sobrios, donde el diálogo es muy importante y los gestos, las acciones, prevalecen sobre los pensamientos.
Hablemos por favor de los personajes ugartianos: ¿qué cualidades son las que más te interesan para formarlos? Nos seduce tu habilidad para diseñar personajes adultos atravesados por la vida de manera caótica, terrible, como si una especie de torpeza del destino les afectara.
Cada escritor construye un mundo personal, habitado por personajes que se ajustan también a ese mundo. El mío se funda en experiencias muy cercanas, en vivencias familiares, laborales, sentimentales… Me gusta jugar con pocos personajes, pero personajes que se examinan muy de cerca, que se rozan, que perciben casi su aliento. Se trata de poner sobre ellos una lente de aumento y comprobar, de cerca, lo que ocurre en su vida.
¿Cuánta autobiografía expones en ese diseño y qué le ha entregado la Literatura a tu vida para afrontar adversidades o barreras imprevistas?
Muchos de mis cuentos surgen de circunstancias personales propias, claro, pero otros surgen de circunstancias personales ajenas. Eso que se dice de que es arriesgado estar cerca de un escritor… pues tiene mucho de verdad. Para el escritor la realidad es un inmenso laboratorio, y toda persona corre el riesgo, a su lado, de convertirse en personaje.
El tema central de esta colección de cuentos es el de las relaciones, el cómo nos tratamos, el cómo nos ligamos personalmente, sea en lo familiar, en lo profesional… ¿Qué ha sido lo que se ha destacado como más relevante para tu modo de construir esas relaciones?
Suelo elegir historias que podrían ser cercanas a la vida de cualquiera de nosotros, personas que podríamos ser también nosotros… Es muy gratificante cuando hay personas que me dicen que se han visto reflejadas en mis historias. Y lo dicen, además, con una sonrisa amable. Porque eso también es importante en mi forma de escribir: me gusta observar a las personas, analizar sus miedos y sus esperanzas, pero hacerlo siempre desde una piadosa ironía, no desde el sarcasmo o la crueldad.
¿Qué cuento de Un lugar mejor te resulta una buena película?
Es curioso: me han hecho esa pregunta estos días varias veces… Viéndolos en imágenes, “¿No podría morirse ese animal?” podría dar lugar a un buen cortometraje. “Arantxa” y “Westerman Servicios Generales” tendrían margen para una película más larga.
¿Qué tal ha fluido tu relación editorial con Páginas de Espuma?
Páginas de Espuma y, con ella, sus protagonistas principales, Juan Casamayor y Encarnación Molina, viven apasionadamente la gestación de cada uno de los libros que publican. Creo que el verdadero editor experimenta la literatura con la misma pasión que un verdadero escritor. Y, cuidado, he dicho “la literatura”, no sólo la producción del libro o su comercialización. He tenido el honor de contar con grandes editores (Jorge Herralde, el más grande de todos), pero debo decir que la implicación personal de Juan Casamayor en los textos que publica es difícil de igualar.