Si algo necesitaba para terminar este tremendo año 2024 era una novela sobre dejar la ciudad, irse al pueblo a vivir, encontrarse a sí misma y el amor, ya que estamos. Necesitaba encontrar una novela relajada que me enganchara del pescuezo y no me soltara.

La verdad es que de LES Editorial solo había leído sus ensayos y nunca me había metido a leer nada de novelas. No por nada. Es que a veces la vida no nos da. Pero estoy trabajando en todo momento por intentar alternar ensayos con novelas para no acabar quemada y rendida.

Y lo digo justo antes de meterme en plenas y llanas jornadas de la mujer. Se vienen unos meses interesantes de lecturas densas y análisis y preparación de mis jornadas queridas. Avisadas quedáis por cierto, de que se vienen curvas increíbles.

Pero volviendo a esta novela que me ha cogido el corazón, me he sentido Carlota muchas veces, a veces Chloe. Mi generación tiene muchas ganas de huir de las ciudades hostiles que nos echan sin descaro. Cansadas de la promesa de un futuro increíble con los alquileres cada día más altos, con el bullicio… nos han venido con que aquí lo teníamos todo, y en realidad lo que estamos perdiendo es calidad de vida a un ritmo insospechado. Por eso, en el fondo de los fondos quiero ser Carlota. Tener la fuerza de voluntad de irme al pueblo, teletrabajar y no mirar atrás nunca más. Volver a mi ciudad de visita como una turista pero largarme fuera. Y luego es que la historia es costumbrista, tiene un realismo que suda en la tinta de las páginas… podría ser la historia que me contara alguien sobre el descubrimiento de la red de apoyo y de la familia elegida.

Y es que el norte es el sitio perfecto para una historia así, y si encima huele a rollitos de canela…. Te mueres ya. Nunca había leído nada de Cristina pero se queda en el radar, porque menuda locura cómo escribe y qué bonito lo que escribe a pesar de no ser todo un cuento de hadas.

Pero vamos, es una lectura que 100% recomendaría a cualquiera. Da igual que no seas Bi-Bollo porque el amor se tiene que respirar en todas las direcciones, pero si eres Bi-bollo adulta y quieres una historia real y bonita, te recomiendo muchísimo este libro.

Rut Alameda, directora de Altavoz Cultural

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