-Binomio editorial-

Rapacinos es la historia a modo de diario personal de una niña, Nita, de 12 años que vive en un pueblo de Asturias, muy pequeño y que está entrando en plena adolescencia.

Relata muy bien ese primer verano, en el que las mujeres pasamos de ser niñas a ser de repente mujeres, con todos los cambios hormonales, con las responsabilidades de la regla, del cuidado de comer, de que nos quepa la ropa…

Entrar en rapaz es darte cuenta de que es todo parte de un verano de Nita, convirtiéndose en la futura adolescente y queriendo jugar, pero a la vez quiere hacer cosas de mayores y su cuerpo cambia y de repente es la única de sus amigas que tiene la regla y tiene una prima más mayor que la está confundiendo todo el rato.

Es el tener una madre que no te comprende, con la que no llegas a cuajar en ningún momento, unas amigas, que no están pasando por la menstruación como tú, para darte cuenta de que en tu pueblo pasan cosas como que tu vecino maltrate a su mujer…

La historia de una adolescencia muy real de las personas millennial actuales encontrándonos con cosas que nos pasaban a nosotros hace veinte años contado desde la inocencia del que no sabe que le está ocurriendo con este punto a hogar y a casa.

La escritura de Nerea Bayón no es más que la voz de una generación otra vez incomprendida todo el rato luchando por encontrarse con los símbolos como un für Aviv, las Barbies, el PC, las vacaciones, la playa y todas estas cosas que muchas veces estaban lejos de nuestro alcance y que tanto deseábamos sin tener redes sociales.

También es la voz de que no sabe qué le está pasando, pero de repente le pasan cosas que no comprende, como la violencia sexual, el sentir la presión del grupo otra vez más porque tienes que crecer, tienes que hacerlo bien y al final son traumas que llevamos prácticamente a la etapa adulta.

No teníamos apenas información y nos jodieron en muchos sentidos. Pero por eso leer Rapacinos es volver a esa tierna etapa, con todo lo que conlleva y volver a mirar a nuestra niña interior. Muy recomendable la obra, es un acierto al ciento por ciento. 

Rut Alameda, directora de Altavoz Cultural

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