María Gómez

-Jornadas de Ilustración y Universo Creativo 2025-

-¿Cuándo y cómo te inicias en el mundo del arte? ¿Cuál fue ese punto de inflexión en el que decidiste apostar por una carrera profesional ligada al universo creativo?

No recuerdo un inicio concreto, porque siempre he dibujado y siempre he mirado el mundo de una forma artística. No sé si es algo que ya traía de nacimiento o, como muchas veces digo, simplemente porque me aburría mucho de pequeña y eso me llevó a desarrollar la creatividad al máximo. Desde entonces tuve claro que mi vida iba a estar ligada al universo creativo. No me imaginaba en otro trabajo y siempre tuve muy presente esa meta.

-Tu arte es muy reivindicativo y tiene mensajes muy claros y diversos, ¿Cómo son los procesos de creación de viñetas como la de «mierdecilla del fregadero» o parecidas? ¿En qué te inspiras?

Mis procesos de creación son muy variados. A veces me siento a trabajar una idea de forma intencionada, a pelearme con la página en blanco, y otras simplemente me inspiro en la vida diaria: conversaciones con amigas, cosas que escucho por ahí o experiencias propias.

La viñeta de la mierdecilla del fregadero, por ejemplo, salió de algo muy cotidiano con compañeros de piso.

También me inspiro en relaciones que he tenido o familia. Y, en la parte más reivindicativa, me interesa transformar esas vivencias en mensajes claros que conecten y hagan reflexionar.

-Hemos visto que tienes varios perfiles de Instagram: uno para la fotografía más personal, otro para las viñetas y otro más general para la ilustración, ¿De qué formas trabajas tu visibilidad en ese escenario de redes sociales que exige casi tanta dedicación como el mismo proyecto artístico en sí?

Mi forma de trabajar la visibilidad en redes no me supone un gran esfuerzo, soy muy creativa, mi cabeza está funcionando 24/7, para bien o para mal. Siempre estoy creando algo: si no es dibujo, es fotografía, son memes o cualquier otra cosa. Me sale de manera natural. Y creo que cada faceta merece tener su propio perfil, porque así funciona mejor en redes y mantiene una identidad más clara.

-¿Cómo fue trabajar en el libro «Conversaciones conmigo misma» con el que apareces con otros colegas de profesión como Javirroyo, Monstruo Espagueti y Lyona? ¿Qué aprendizajes te llevas de esta experiencia?

Trabajar con estas ilustradoras y amigos, a quienes además admiro, fue un auténtico regalo.

El proceso fue tan divertido que incluso se me hizo corto. Lo mejor fue comprobar cómo, aunque cada uno tenemos nuestra propia voz, al juntarlas se creaba un diálogo muy enriquecedor.

Después también disfruté muchísimo en las presentaciones: compartimos conversaciones muy interesantes y, al mismo tiempo, muy divertidas, tanto entre nosotros como con el público.

–¿Cuáles consideras que son los mayores retos a los que se enfrenta a corto y medio plazo el campo del arte visual en estos tiempos de tecnologías, inteligencia artificial…? ¿Cómo te relacionas tú con esos elementos cada vez más presentes?

Creo que el mundo del arte está en plena transformación con la llegada de la inteligencia artificial, y lo vivo con bastante cautela. No sé muy bien cómo seguirá avanzando en el terreno del cómic o las viñetas, pero lo que sí tengo claro es que, como lectora y consumidora de novela gráfica, no me interesa el trabajo generado por una IA. No lo demonizo, porque puede ser una herramienta útil como complemento (para referencias, para corregir textos…), pero creo que es fundamental proteger los derechos de los artistas.

Además, con este avance, y la avalancha de imágenes creadas por IA, siento que ahora valoro mucho más el error humano y el trabajo en papel, incluso con fallos. Son esas imperfecciones las que hacen único el proceso creativo y a mí en particular me enganchan por completo.

-¿Qué consejo le darías a alguien aficionado al dibujo que tiene la ilusión de ir más allá y comenzar a profesionalizar su pasión por la ilustración?

El consejo que le daría a alguien que está empezando es, primero, que tenga muy claro que realmente quiere dedicarse a esto, porque puede ser un camino duro y a la vez muy gratificante si es lo que realmente les motiva. Hay que aprender a convivir con la inseguridad: puede que un mes tengas mucho trabajo y al siguiente nada. Por eso es fundamental organizarse bien, marcar tiempos, poner precios justos y saber defenderlos, además de aprender a negociar. Y algo igual de importante: aprender a decir que no a proyectos que no te aportan o valoran como artista.

También les diría que intenten encontrar su propio lenguaje. Es normal que al principio se imiten otros estilos, pero la verdadera profesionalización llega cuando consigues desarrollar tu propia voz y transmitir desde ahí.

-¿Cómo definirías actualmente el panorama creativo en un país como España y qué cosas crees que deberían cambiar para ayudar más al artista?

El panorama es muy rico en talento, pero falta mucho apoyo estructural. Se sigue pensando que el arte es un “extra”, no un trabajo. Sería necesario mejorar la educación artística, dar más recursos a proyectos independientes y, sobre todo, valorar el trabajo creativo como parte de la cultura y la economía, no como un hobby.

-¿Qué te queda por hacer que te apetezca probar y cuáles son tus próximos proyectos confesables? Muchas gracias por tu tiempo. Nos gustaría despedirnos con tu recomendación del trabajo artístico de tres compas.

Me queda todo por explorar. Quiero seguir aprendiendo fotografía, pintura… en realidad creo que voy a estar aprendiendo toda la vida. Me encantaría probar con animación, vídeo, y todo lo que me permita ampliar mi lenguaje creativo.

A nivel profesional, una de mis metas a corto plazo es trabajar en ilustración para prensa. Y, en cuanto a proyectos confesables, ahora mismo estoy con mi primera novela gráfica, que si todo va bien saldrá en unos meses. Estoy muy ilusionada con este proyecto y he aprendido muchísimo en el proceso. Una vez publicada, me gustaría experimentar con formatos más libres, como los fanzines, y aprovechar todo lo que este trabajo me ha enseñado.

Tres recomendaciones: Catalina Bu, David de las Heras y Tebal