-Blackie Books-

Tabby, no eres ninguna perdedora es una novela divertida y con un mensaje bastante positivo acerca de los propios orígenes: da igual del pozo de mierda del que provengas, que siempre puedes crecer hasta convertirte en una bonita margarita, o al menos es lo que yo saco de este libro.
La historia comienza con Tabby volviendo a su pueblo de origen, donde llega dispuesta a encontrar a su familia y al minuto se da cuenta de que su familia no está ahí. Esta huyó a otro pueblo por culpa de su padre y de sus chanchullos. De hecho, la pobre Tabby se encuentra con la fama que aún conserva su familia en ese pueblo y de la sombra que atraviesa la cara de los ciudadanos cuando pregunta por su madre o sus hermanos. En el libro, Tabby va encontrando poco a poco a sus familiares y vuelve a conocerlos después de llevar bastantes fuera del mapa. Poco a poco vamos creando la historia de la familia de Tabby y cómo fue criarse con la familia tan caótica que tuvo: un padre maltratador y alcohólico, una madre arrasada por la vida que se deja llevar sin pararse a pensar en que debería hacer o cambiar y que nunca fue capaz de tomar buenas decisiones para proteger a sus hijos, unos hermanos a cada cual más cafre y que dejó atrás siendo muy jóvenes. A la misma vez que vamos resolviendo el presente: Bird, uno de sus hermanos acabó en silla de ruedas bastante mal por culpa de su otro hermano Jackie, que a su vez parece no haber conocido un profiláctico de cerca por la cantidad de hijos que tiene. Y su hermana pequeña, Poppy, que tiene dos hijos, es prostituta y además yonqui, que vive con su madre que cuida de sus nietos y no para de sufrir. ¿Te preguntas donde este el cabeza de familia? En el hospital moribundo por un cáncer a esperas de que la parca venga a por él.
Nos sumergimos en una historia que está cargada de violencia y de marginalidad, pero que muestra los intentos de arreglar las cosas aunque a veces parezca que el mundo no lo permite. La pobre Tabby es lo que se encuentra pero ella sola se pone a intentar arreglar este entuerto familiar porque Poppy anda desaparecida, su casa familiar de toda la vida está hecha polvo, su hermano Bird vive con otras personas que medio se cuidan entre ellos y su madre empieza a estar cansada de la vida tan mísera que ha llevado. Se me olvidaba contaros porque Tabby se separa de su familia siendo adolescente y es que su madre le promete un futuro mejor en casa de una mujer a la que tiene que ayudar, pero las cosas no salen como ella piensa y termina viviendo en una cárcel para menores para, después de eso, ir dando tumbos por la vida hasta que se planta en su pueblo natal y decide coger las riendas de su vida. Y ya que esta allí ayudar a su familia para arreglar un poco el entuerto en el que se encuentran.
Y al final, nos encontramos a una protagonista que parece que por fin va a ser feliz, pese a todo lo que pasa en la trama. Nos encontramos a su hermana Poppy intentando curarse de su adicción, su familia va a tener una casa digna y están todos juntos, Tabby encuentra un trabajo y a West. Por si lo dudabas, Tabby tiene su final feliz.
Tabby, no eres ninguna perdedora es una historia que os recomendaría a todos leer, porque parece que si vienes de la marginalidad no puedes salir de ahí, pero la novela arroja un poco de matiz y de luz a esta historia única; a veces puede ser complicado pero a todas nos puede pasar como a Tabby: te pueden dar un poco de dinero negro para que con él puedas arreglar tu vida. Pero quitando las desgracias, es un libro divertido, irónico y con un toque de realidad. Todas tenemos momentos en los que necesitamos un libro que te saque una buena carcajada y que además te cuente una historia que mola, así que 100% recomendado.