ToDa Mi VioLeNciA eS tUyA^^, Carolina Yuste

Carolina Yuste es una de las voces de nuestra generación, eso nos quedaba bastante claro. Su presencia en medios y en las películas nos deja siempre el corazón henchido de orgullo, Carolina no es una actriz especialmente normativa: sus raíces y su acento rompen con todo. Su presencia llena espacios que no sabíamos que necesitábamos llenar, pero que eran y son importantes.

En Toda mi violencia es tuya, Carolina nos lleva a un Badahó en pleno principio de milenio, con los canis, las motos, los botellones y el reggaeton que acaba de llegar y ya inunda las discotecas. Esa etapa del messenger. Esa poca responsabilidad afectiva que se tenía. El calor.

Yo llegué años más tarde a la provincia de Badahó, en 2008. Tenía 15 años. Leyendo este libro he visto a los mayores de mi pueblo de repente. Me ha dado nostalgia. Qué bonita es Extremadura y qué difícil es mirarla desde fuera. Habla una persona cuyas raíces son madrileñas, pero a quién un pueblo de Badahó adoptó y desde entonces pienso que soy suya.

Pero es complicado, Extremadura es complicada de ver, parece un páramo, nadie sabe qué se cuece en esa comunidad autónoma. Y qué bonito es descubrirla. Yo estoy terriblemente enamorada de la tierra que me adoptó y que siento mía. Pero es que Badahó, es mucho Badahó.

Volviendo al libro, es, como bien se ha dicho un libro caótico, pero amigas, no venimos a leer un libro que saldría en una editorial convencional y casposa, venimos a Barret, ¿qué esperabais? He tenido cero unidades de sorpresa al encontrarme ese caos absoluto que da el libro, esas idas y venidas en el tiempo, las páginas en negro, cómo está escrito y más, el juego de tipografías. Libro poco apto para no haber vivido la época de los canis y el messenger con sus “RexuLoOoNaH”, bajarse música del eMule (ese burro que lo mismo te daba una peli grabada directamente del cine o una peli p*rno), pasar música por infrarrojos o bluetooth, qué locura ¿no?

La historia de Jara y sus amigas es la historia de muchas, pero contada con una rabia dentro que te explota. Las relaciones a esas edades son complicadas, y la violencia de género más. Hablar de abortos en un libro de esa época es heavy, que a veces no somos conscientes, pero el aborto en España de forma voluntaria es cosa del ahora, desde año 2010, anteriormente había que irse a Londres a abortar, a no ser que el feto tuviera una malformación o había riesgos de salud física o psíquica para la madre.

Por eso este libro es tan necesario, es caótico, pero revuelve algo a una generación que tuvo que aprender qué era internet, a relacionarse, que vio cómo todo llegaba a una velocidad vertiginosa. Con esa violencia que se palpa en todo el libro y que, de verdad de corazón, tenemos que sentir, porque la estamos perdiendo.

Mi gran enhorabuena a Carolina por este libro tan único y con tanta alma. A Barret por arriesgar siempre, pero por ser los mejores.

El amor es un monstruo de dios, Luciana de Luca

Este libro es complejo y empieza rarunamente, pero os prometo que os sorprenderá y que amaréis a la autora lo más grande. Es maravilloso cómo Luciana te presenta un mundo que mientras lees puedes ir imaginando. Y es que, en este lenguaje poético, la presentación de personajes no puede ser más genuina.

La madre de la protagonista es una mujerona de armas tomar, que no mira a sus hijos a la cara ni aunque la paguen por ello y es bastante cruel. La protagonista nos presenta a un hermano que es imbécil, a un padre al que le ha tocado un papel con el que no se siente cómodo y que termina suicidándose. Nuestra protagonista lo narra todo con pena y con muchas ganas de salir de ahí.

El tema central para mí ha sido la relación madre-hija: tortuosa, asfixiante y dolorosa. Todo esto en un marco que al principio es la finca familiar donde hablamos también de las herencias, ya no solo tangibles, sino lo que significa heredar algo y lo que se espera de esa persona. Hablamos de romper barreras, de acabar con el yugo.

Y a todo esto, de fondo un pueblo que parece maldito, con una plaga de moscas al estilo de un episodio bíblico tras una huelga de sepultureros (esto me hizo pensar en que nunca se me ocurrió que fuera un trabajo que pudiera ponerse en huelga, llamadme loca, pero que cuando lo leí me hizo reír). Y es que el pueblo parece de color ocre (como la portada), un pueblo putrefacto, roto. Es un sitio en el que no viviríamos.

A todo esto, aparecen dos mormones intentando romper con la tradición. Nuestra protagonista acaba teniendo un affaire con uno de ellos, porque ella la tradición religiosa no le interesa, pero la de su casa sí. Esto le sirve como una vía de escape de su cruda realidad.

Y a todo esto Luciana escribe capítulo tras capítulo, alguno más largo, otro más corto, y desde la página 5 ya estás metida en el meollo de la historia, amándola, por cómo cosa no, pero como está escrita. La verdad es que es de esos libros de los que por mucho que habláramos, creo que todas podríamos sacar detalles y terminaríamos diciéndonos que Luciana está a la altura de las más grandes del panorama de la literatura de lo insólito. Y no nos faltaría razón.

No os digo más, salvo que es altamente recomendable.

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