Virginie Despentes

-Literatura Random House-

Quiero pensar que cuando Virginie Despentes empezó este libro no sabría dónde se metía, haciendo un espejismo de la puta sociedad infecta en la que vivimos. La primera cara que descubrimos es la de una mujer a la que el feminismo se la suda, literalmente, porque se cree por encima del resto. La segunda es la de un escritor que ha estado acosando a una mujer durante años, viviendo disociado de su realidad mientras lo hacía, drogándose a más no poder y siendo con todas las palabras “ese cabronazo vacío que para llenar su vida se dedica a vilipendiar la vida de las mujeres”. Por otro lado, y el último, tenemos la cara más joven y jodida de todas: la que por contar que ha sido acosada y que ha pasado verdadero miedo porque un hombre mucho más importante, con un rango mucho más alto, ha pensado que tenía la puta potestad para hacer lo que quisiera y cuando habla hay una parte de la sociedad, entre ellas las feministas, que la apoya (y de alguna manera la convierte en una diosa del feminismo) y la otra parte que le hace la vida imposible, ciberbullying y demás, que después de aguantar acaba en un psiquiátrico porque no puede más.

Esta es la premisa de un libro que pasa por una etapa que tenemos tan reciente y a la vez tan olvidada como el COVID, que hace un análisis de nuestra sociedad tan realista que a veces no sabes si reír o llorar porque Virginie no podía hacerlo mejor.

Y da igual que nuestros dos primeros personajes vayan evolucionando a muerte y dándose cuenta de que pese a su edad el mundo se mueve, la han cagado y tienen que cumplir con las consecuencias y subirse al barco de la etapa en la que viven, lo que más te jode es que la pobre tercera persona (ZOE) está tan hecha polvo que tiene que vivir una época en el psiquiátrico para hacerse de acero y ver que todos esos machirulos que existen en internet y que se agrupan como manadas contra las mujeres para lincharlas porque no cumplen con el canon solo son hombres tristes que no tienen más vida que hacer eso porque no les llegan a las mujeres ni a la punta del zapato.

Para mí este libro de Virginie es una absoluta barbaridad con mayúsculas. Nunca antes nos habían hecho un reflejo así de la sociedad, de las distintas edades y de cómo de putrefactos estamos.

Lo interesante de esto es ver cómo evolucionan los personajes, y como está escrito en primera persona, porque está en formato email o blog, está escrito en un lenguaje y en una forma muy coloquial. Pero al mismo tiempo, si conoces la escritura de Despentes, tiene esa dureza propia de la autora y, luego, si la sigues, entiendes las referencias musicales. Porque otra cosa no, pero Despentes sabe hablar de música, y es un detalle super guay de sus obras.

Drogas, música, relaciones personales, realidad transparente, padres que no saben de qué va la vaina, egos, traumas, adicciones, confinamiento, problemas mentales, pasado y presente se unen en un libro que no podría ser mejor.

Estuve el 14 de Septiembre en la presentación de Despentes en El Ateneo La Maliciosa y de ello hay varias cosas a tener en cuenta: Despentes arroja luz sobre todas las violencias y en sus distintos libros, incluyendo este, además escribe sobre ellas desde distintos puntos y nos permite ser conscientes de cosas que de otra manera no veríamos. Logra iniciar conversaciones pendientes, tabúes… Despentes es una maga de las palabras y gracias a ella aprendemos y reflexionamos un poco más con su escritura, nos abre camino y eso es lo especial de alguien como ella.

Si podéis acercaros a esta obra y si no a cualquiera de la autora, haceros el favor porque es de lo mejor que podéis leer. 

Rut Alameda, directora de Altavoz Cultural

2 comentarios sobre “Querido capullo

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