Bienvenida a Altavoz Cultural, admirada Paula. Nos gustaría comenzar esta entrevista preguntándote por tus orígenes artísticos: ¿cuándo y cómo se germina en ti la pasión por el arte y en concreto por el mundo de la ilustración? ¿Cuál ha sido el camino que has andado hasta atesorar hoy una identidad propia y cuáles dirías que son esos temas y mensajes que representan principalmente tus leitmotivs? 

Un placer estar aquí, muchas gracias por la invitación. La verdad es que desde que tengo memoria he querido dedicarme a dibujar. Cuando de niña en el colegio me preguntaban qué quería ser de mayor respondía que pintora y como siempre he sido muy de acción directa, ese fue el camino que tomé desde el principio. Hice bachillerato artístico y de ahí a la uni de Bellas Artes, donde entré con la idea de especializarme en ilustración, opción que no existía, así que desde ese momento ya la vida fue poniendo trabas y en vez de conducir por una autopista directa acabé dando vueltas por comarcales hasta llegar a destino. 

En cuanto a la identidad propia, aún no sé si he llegado a tenerla, porque me gusta mucho experimentar y disfruto mucho probando cosas nuevas. De todas formas estoy segura de que el camino para llegar es sin duda dibujar, dibujar mucho. A la hora de buscar temas, me interesan los márgenes, lo raro y misterioso. Los personajes que van a contracorriente son mis preferidos. Todo esto suelo intentar proyectarlo en mis personajes siempre que el trabajo me lo permita, claro. 

¿Qué es lo que más te atrae del trabajo editorial? Recientemente hemos podido disfrutar de tu cubierta para Zirriborroak eta gero/Borradores del futuro, de consonni. 

Lo que más disfruto es la oportunidad de trabajar con temas o situaciones diversas, que no son las que en principio me nacerán a mí naturalmente. Colocarme en esa situación de incomodidad y trabajar hasta conseguir resolver el encargo creo que es de lo más enriquecedor del oficio de la ilustración. 

La Gran Faraona constituye un estupendo ejemplo de tu contribución a la cultura destinada al público más joven. ¿Cómo fue su proceso creativo y cómo te sientes dentro de ese ámbito tan específico y complejo como es el de la faceta más didáctica del arte, orientada a enriquecer la enseñanza de las nuevas generaciones? 

Pues la verdad es que es algo que me encanta y estoy deseando hacer más encargos de este tipo, además creo que mi estilo funciona bien en álbumes ilustrados didácticos. El libro “La Gran Faraona” fue para mí un regalo caído del cielo. Poder ilustrar el antiguo Egipto, uniendo la parte histórica al extraño personaje de Hatshepsut y el misterio que la rodea fue un placer. Durante el proceso además me sentí muy cómoda y acompañada por la gente maja de Petit Sàpiens. 

¿En qué momento consideras que se encuentra la Animación respecto del progreso salvaje que está desarrollando la Inteligencia Artificial? Por otra parte, ¿cómo integras tu dedicación a ella dentro de toda tu diversidad multidisciplinar en combinación con la ilustración y el diseño? 

La animación es un medio muy agradecido al final, pero super sacrificado en su proceso. Los trabajos que he hecho siempre han sido en solitario, desde el guión y las imágenes hasta darles el movimiento, y ello requiere de muchísimas horas, por eso no puedo llevar a cabo tantos proyectos como me gustaría. Me encantaría tener la oportunidad de trabajar en una animación en equipo, que suele ser lo más habitual. 

En cuanto a la IA no tengo nada nuevo que decir. Supone un reto para muchísimos trabajos, entre los que se encuentra la animación, porque puede ser una herramienta muy útil para los profesionales en cuanto a la parte más mecánica de la misma, pero si no se legisla como es debido, puede destruir muchísimo empleo. 

¿Qué consejo le darías a quien desee iniciar su carrera artística con la intención de convertirla en su profesión? ¿Qué cosas crees que tienen que cambiar o mejorar para lograr las y los artistas una cierta estabilidad? 

El consejo que daría sería que probasen diferentes disciplinas hasta encontrar lo que les gusta, y una vez encontrado buscasen la mejor formación, la más específica y enfocada al mundo laboral. Luego es importante no decaer, porque la carrera artística suele ser una carrera de fondo, quien más y mejor aguanta gana. 

Para lograr la estabilidad de los artistas creo que tiene que cambiar la percepción que se tiene del arte como pura vocación y de los artistas como seres tocados por la gracia de dios. Esto tienen que dejar de pensarlo los clientes, pero también los propios artistas, y creo que la única vía para ese cambio es la educación. Una educación que normalmente nos dedicamos a hacer los propios artistas profesionales. 

¿Qué planes y proyectos confesables tienes a corto y medio plazo? ¿Dónde puede encontrarte y seguirte nuestra comunidad lectora? 

Estoy dedicando casi todo mi tiempo a la creación de un cómic juvenil en euskera que saldrá en menos de un año (espero) con la editorial Elkar. Aparte de eso quien quiera seguirme en papel suelo colaborar habitualmente ilustrando artículos de opinión en el semanal Argia. Y en las redes estoy en instagram @paulaestevezd .

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