
En este coloquio encontrarás a:Fran Ferriz – DOP-ART – Eve Mae – Pepe Serra – Rafa Álvarez
¿Qué ventajas y qué inconvenientes le atribuís a la aplicación de la tecnología al Arte? ¿De qué modo ha modificado vuestro trabajo y en qué medida se inserta en él actualmente? ¿Puede convivir lo digital con lo tradicional?
Fran Ferriz: En mi opinión es un gran avance y algo que, al menos en mi caso, me ha hecho crecer en muchos aspectos. Por dar un dato, diría que el 80% de mi trabajo está actualmente ligado a la tecnología, tanto en el mundo de la ilustración, como en el del diseño. Creo que pueden convivir perfectamente lo tradicional y lo digital. Un ejemplo que me gusta mucho es la película de animación Spiderman: Into the Spider-verse, donde se unen una gran variedad de técnicas, tanto tradicionales como digitales.
Daniella Oviedo Ponte: La tecnología ha estado siempre de mi lado, siempre me ha interesado y me ha acompañado de alguna manera, pero no estuvo siempre allí.
Cuando estudiaba Arquitectura, se permitía el uso de Autocad a partir del 3er año de la carrera, con lo cual la tecnología no era un recurso del cual podía valerme constantemente, pero fue eso lo que me hizo aprender a dibujar de forma tradicional con lápiz, papel y regla.
Sin embargo, aprendí a utilizar el Autocad muy rápido y aprendí también, de forma autodidacta, programas como Adobe Illustrator, Photoshop e Indesign, los cuales han sido clave en el desarrollo de mi técnica personal “Imposibilia Arquitectónica” en su versión digital.
Considero que el acceso a la tecnología es siempre una ventaja, te abre puertas y amplía el espectro de difusión de tu obra, podría llegar a ser una desventaja si se antepone frente a la obra original, pues de alguna manera la sensibilidad que se desprende en el trabajo tradicional no se puede comparar nunca con el uso de dispositivos y ordenadores, aunque el resultado sea similar en términos técnicos.
Parte de mi trabajo es el diseño de “Patterns” o de superficies, y aunque exista un trabajo previo manual de bocetos y conceptos que se deben digitalizar y preparar para ser llevados a impresión, muchas veces diseño directamente en el iPad o en el ordenador, pues al conocer la interfaz a la que se debe trasladar es muchas veces más sencillo diseñar directamente con la herramienta final para reducir pasos en la producción. Por eso mi trabajo está claramente dividido en Original y Digital, pues conozco los resultados en ambas vertientes y apuesto por el trabajo manual o digital según el caso, para mí ambos pueden convivir perfectamente, pues cada uno cumple su función.
Eve Mae: La tecnología está contribuyendo a la rápida difusión del conocimiento, a que a golpe de clic podamos obtener habilidades superiores de forma autodidacta, y a que podamos crear lazos con profesionales de todo el mundo, lo que influye directamente en la creación y producción artística y en las posibilidades de encontrar trabajo, pero el contrapunto, claro está, es que al haber un fácil acceso a nuestras obras a través de las redes sociales, éstas son más vulnerables a robos o plagios. A nivel técnico, en mi caso – ya que mi trabajo es mayormente digital-, emplear la tecnología como una herramienta más me agiliza procesos como el escaneado y la búsqueda de referencias, pero a efectos prácticos, para poder crear una obra decente, si no se conocen los conceptos básicos de dibujo, color, composición, etc., una tableta, un software o un ordenador poco pueden hacer por ti.
Pepe Serra: Las ventajas son múltiples; en mi caso, la tecnología ha permitido que pueda trabajar para cualquier parte del mundo y que mi cartera de clientes sea del todo heterogénea, pero esto tiene sus consecuencias, ya que los encargos suelen estar asociados a estas “ventajas” y por lo tanto los plazos de entrega suelen ser asfixiantes.
Creo que los dos pueden convivir, pero con el paso del tiempo lo tradicional acabará siendo desplazado, convirtiéndose en un estilo minoritario y sufriendo el mismo devenir de la fotografía analógica.
Rafa Álvarez: La tecnología permite explorar nuevos medios y sensaciones, eso siempre es positivo porque aporta diversidad, nuevos canales para nuevos artistas, o para que los actuales contemos cosas diferentes. También el mundo digital ha flexibilizado la manera de trabajar, aunque eso es un arma de doble filo: trabajar en digital ayuda a conciliar mejor el resto de tu vida, pero los plazos imposibles están a la orden del día. En general mi experiencia es positiva, aunque veo una tendencia preocupante a condicionar la obra al formato de consumo rápido: composiciones sencillas, rápidas y centradas para que se muevan mejor en Instagram y desaparezcan en unas horas. El diseño y la ilustración de momento sufren el encorsetamiento de los formatos digitales, algo que con la página impresa no sucedía.
¿Cómo os formasteis y qué grado de importancia le daríais a lo académico frente a lo autodidacta? ¿Qué consejo le daríais a quien, dentro de vuestro ámbito, desea convertir su pasión en su oficio?
F.F.: Es una buena pregunta. Estudié diseño industrial y gráfico en la Escola d`Art i Superior de Disseny d`Alcoi, donde sin duda aprendí mucho y me dieron una base importante. Pero a lo largo de mi trayectoria he sido muy autodidacta y a día de hoy lo sigo siendo.
Para convertir tu pasión en tu oficio, precisamente lo que se necesita es eso: pasión. Pasión y no desfallecer en el intento, pues es complicado salir adelante en el mundo del arte.
D.O.P.: Soy licenciada en Arquitectura y durante muchos años me dediqué al diseño personalizado de “wallpapers” y “wall-art”, por la necesidad de diseñar con mis manos lo que pasaba por mi cabeza, decidí aprender, de forma autodidacta, Adobe Illustrator y Photoshop, lo que me abrió las puertas a un mundo nuevo de infinitas posibilidades.
Pienso que la curiosidad y la necesidad de expresar por todos lo medios posibles las ideas y pasiones que como artistas nos invaden son fundamentales para aprender, sea como sea, las herramientas y técnicas necesarias para ser profesionales integrales. Las bases del aprendizaje académico son necesarias para enfrentar el mundo con conocimiento de acción y reacción frente a las dificultades de nuestro día a día.
Para mí el aprendizaje autodidacta ha sido clave para formarme en las áreas donde estaba menos fortalecida, estar abiertos al aprendizaje nos hace conocedores del enfoque que queremos desarrollar a lo largo de nuestra experiencia laboral y artística.
Mi consejo es seguir siempre nuestros sueños y trazar un camino para tener claros los pasos que dar en cada momento, formarnos en las áreas que queremos desarrollarnos como profesionales del arte en cualquiera de sus ramas y elegir de forma eficiente la carrera u oficio que aprenderemos para reducir los pasos de nuestro camino y así llegar más rápido a nuestro destino.
E.M.: Mi formación participa de ambos modos, de la forma autodidacta y de la forma académica. Creo que tanto el aprendizaje autodidacta como el aprendizaje académico van un poco de la mano, ya que si no practicas por tu cuenta e indagas un poco más de lo que aprendes, no sirve de mucho ir a clase. Lo académico te da herramientas para acortar la distancia temporal a la hora de adquirir un conocimiento, ya que cuando vas a clase todos cometen errores y todos pueden aprender de todos, te ahorras cometer tú todos los errores y hacer el camino completo de error, aprendizaje, corrección una y otra vez como sucede en el caso del aprendizaje autodidacta.
Mi recomendación es que como este es un trabajo que esencialmente se ejerce como autónomo/a se busquen un plan b (y un plan c si hace falta) que les sirva de apoyo económico, que sean flexibles, y que lo hagan con cabeza. Es muy difícil vivir exclusivamente del dibujo, se puede, pero para hacer que funcione se ha de compatibilizar con otras actividades.
P.S.: Soy Ingeniero técnico, graduado en ilustración y licenciado en publicidad y relaciones públicas; esta sería mi formación reglada, aunque hoy en día la formación pasa por mil facetas, creo que todas ellas tienen su importancia y todas suman. No creo en un único método de formación, en cambio, sí creo en la retroalimentación que genera el compartir conocimiento.
Creo que el paso de pasión a oficio tiene que ser con una mínima red de seguridad, lo que quiero decir es que los cambios tienen que ser suaves y abiertos a todas las puertas que se irán encontrando; si marcamos un rumbo muy definido, podemos perdernos muchas oportunidades.
R.Á.: Mi primera formación académica en arte fue bien entrado en la treintena. Hasta entonces había dejado en un segundo plano la ilustración para trabajar en Marketing. Empezando tan tarde, decidí estudiar en la School of Visual Arts en Nueva York, sin esa formación no habría podido convertirme en artista profesional, no solo a nivel técnico, sino para entender el mercado. Hoy día hay muchas opciones para ser autodidacta, pero no hay nada como aprender directamente de los artistas que han conseguido lo que te gustaría hacer a ti. Mi único consejo: haz un buen portafolio e intenta trabajar a nivel global.
¿El Arte debe entretener, educar o denunciar?
F.F.: Diría que las tres, y si es al mismo tiempo, mejor.
D.O.P.: El Arte como forma de expresión contiene intrínsecamente el mensaje de quien tiene la necesidad de exteriorizar tal información.
Personalmente, el arte no tiene solo una función, sino múltiples, al ser un canal de comunicación puede contener la información y transmitir el mensaje que su autor así decida. Por ello el arte, a lo largo de su historia, ha construido el pilar fundamental de la cultura global a través de la memoria histórica que refleja cada momento en el que ha sido manifestado.
E.M.: El arte respira por sí mismo, y la interpretación que el receptor haga del mensaje que transmite la obra es la que condiciona su existencia y su finalidad.
P.S.: No creo que el arte tenga que tener ninguna misión previa, el propósito surge al mismo tiempo que se desarrolla la obra.
R.Á.: No me gusta poner etiquetas, la denuncia y la educación suelen ir de la mano, y el entretenimiento suele ayudar a que los mensajes calen. No creo que haya que elegir entre esas opciones ni autocensurarse, cada artista lleva algo diferente dentro.
¿Son lo mismo un artista y un profesional del Arte? ¿Hay intrusismo en vuestra profesión? ¿Qué diríais que no es o no puede ser Arte?
F.F.: Creo que todos los profesionales del arte, de un modo u otro son artistas, pero no al revés. Entiendo como profesional del arte a quién vive de ello y además de tener su propio estilo y sus inquietudes, también debe adaptarse a lo que buscan los clientes de él.
No creo que haya intrusismo, pero sí es cierto que no hay unas tarifas específicas que todos utilicemos, por lo que siempre habrá gente que bajará su precio lo suficiente como para que tú decidas dejar pasar un proyecto.
No me atrevo a decir qué es o no es arte, admiro a cualquier persona que sea capaz de crear algo de la nada.
D.O.P.: Pienso que el artista es la persona que manifiesta su ser de alguna forma. No necesariamente debe ser un profesional del arte para ser artista, pues hay personas que sin recibir formación profesional han alcanzado el éxito en el mundo del arte frente a profesionales que han invertido años de formación.
Tengo la firme idea de que el arte requiere de una sensibilidad particular en la que se es capaz de abrirse al mundo desde la expresión en la que la persona que comunica se siente más cómoda.
Está claro que el estudio y la preparación profesional nos abre puertas a más oportunidades, pero no necesariamente nos hace mejores frente aquellos que no hayan recibido tal formación.
Considero que no soy quien para decir lo que es y lo que no es arte, soy capaz de apreciar y valorar técnicas de expresión y envergaduras de proyectos artísticos, pero al pensar en arte como un canal de comunicación, respeto la libre expresión y apoyo cualquier manifestación.
E.M.: La verdad es que yo no he utilizado nunca la expresión “profesional del arte” para referirme a ninguno de mis compañeros o distinguirlos, un profesional es alguien que se dedica a un oficio a cambio de un rendimiento económico, por lo tanto, si eres artista, tienes una formación en la materia, se te da bien, y te pagan por el arte que generas… voilá! eres un profesional.
Intrusismo hay, pero la calidad del trabajo es algo que salta a la vista, y si detrás del trabajo hay un profesional se nota.
Lo que puede o no puede ser arte… Si como mínimo no hay conocimientos, calidad técnica, una finalidad… para mí eso dista de ser arte. A mí me encanta el concepto que creó Antonio García Villarán para definir el concepto hablando de Arte y Hamparte, el Hamparte es lo que no se define como arte, os recomiendo buscarlo si no lo habéis visto, si os crispa “lo que no es arte”, el Hamparte os ayudará a dormir más tranquilos por la noche, jajaja.
P.S.: En mi caso, no me considero un artista, sé que la palabra artista es compleja en sí misma, pero yo solo me limito a convertir conceptos que me vienen dados en imágenes; si me tuviera que etiquetar, me autonombraría traductor de conceptos.
Tampoco creo en el intrusismo, todo el mundo tiene la libertad de realizar un trabajo, al final es el director de arte ( en mi caso ) quien decide a quién contratar.
Por lo que respecta a la última pregunta, no me atrevo a contestarla. Bueno, si tuviera que decir algo sería que es toda aquella expresión que tiene una intencionalidad.
R.Á.: Todavía se oyen opiniones sobre la Ilustración comercial o el cómic como formas menores dentro del Arte o la literatura. Es evidente que son círculos diferentes, pero igualmente comerciales y que exigen un compromiso idéntico. Prefiero ignorar esas opiniones y mirar la ética y el compromiso. Si te levantas cada día para expresar tu arte y estás trabajando duro para sacar lo que llevas dentro y poder vivir de ello, no importa que pintes lienzos, paredes, personajes digitales o que hagas performances en vivo. Para mí eso es arte.
Fran Ferriz: ¿Consideráis que a los artistas se nos valora mejor, igual o peor que a otros profesionales? ¿Pensáis que es un trabajo la mayoría de las veces precario y mal pagado?
D.O.P.: Pienso que se nos valora mejor que otras profesiones u oficios, pues siempre el arte ha estado relacionado a la capacidad de realización, donde interviene la habilidad y el don que no todo el mundo es capaz de desarrollar y eso hace que quienes realmente lo aprecian, lo valoran y respetan.
También es cierto que quienes no entienden de arte, por ignorancia o simplemente porque no lo necesitan en sus vidas, menosprecian el trabajo del artista y no son capaces de entender que la música, la pintura, la escritura o cualquier otro medio artístico son igual de válidos y necesarios para la sociedad como lo puede ser la economía, las leyes y la ciencia.
En los tiempos que corren, el arte se ha vuelto muy competitivo y lograr un nivel en el que se logra vivir de ello es bastante cuesta arriba y desmotivante, pero solo depende de nosotros y de nuestras ganas de invertir nuestro tiempo haciendo lo que realmente nos apasiona, nos llena y nos hace felices.
Nunca dejemos de soñar, sí se puede.
E.M.: Creo que depende de dónde ejerzas tu profesión y de los beneficios que generes, ya que hay ciudades en las que se valora mejor a los artistas porque tiene un impacto directo en la economía de la ciudad; la consideración depende de la industria predominante de cada sitio, siendo algo condicionado por la tradición cultural y la educación en las escuelas.
Los honorarios van cambiando con el tiempo, depende de ti valorar tu trabajo del modo que merece conforme vas evolucionando y mantenerte firme frente a los trabajos mal pagados.
Es cierto que este es un trabajo que no disfruta de la estabilidad que da el ser asalariado/a, y es algo con lo que tenemos que lidiar (Por eso mencionaba anteriormente que es bueno tener un plan b).
P.S.: Depende de quien nos valore, creo que siempre se ha vivido con cierto victimismo, pero está claro que el hecho de que nuestro trabajo no encaje en la maquinaria productiva estándar provoca cierta disonancia en cuanto a la valoración de nuestro trabajo.
No creo que esté mal pagado, pero sí que es cierto que a veces aceptamos condiciones que infravalorizan nuestro sector.
R.Á.: En España no hay término medio cuando se trata de artistas (dibujante, músico, actor, lo que sea) , o se considera un trabajo precario o se le pone la etiqueta de “famoso” y se trata como una élite que ha llegado a esa situación por arte de magia. A mí me gusta trabajar para medios en Estados Unidos porque se respeta más que un artista debe recibir una compensación proporcional al trabajo realizado, tus años de experiencia, tu portfolio, etc. Por eso recomiendo trabajar (una de las pocas ventajas de la globalización y las redes sociales) para países donde se reconozca más el talento y el esfuerzo y la carrera profesional tenga una trayectoria gradual, que no vaya de nada a todo.
Daniella Oviedo Ponte: ¿Cómo ha influido vuestro entorno geográfico y social en el desarrollo de vuestro estilo artístico y qué importancia le atribuiríais a tales factores? ¿Cuáles son vuestras principales influencias y referencias?
F.F.: En mi caso ha influido mucho, pues me encuentro en Alicante y allí se encuentra el valle del juguete. Gran parte de mi trayectoria profesional la he desarrollado precisamente diseñando juguetes, por lo que diría que me ha influenciado bastante.
A nivel de influencias y referencias creo que tengo miles, y no solo hablando de ilustradores, creo que el cine, la música o la lectura, también influyen mucho en todo lo que hago.
E.M.: Diría que mi entorno geográfico me ha afectado a la hora de ser quien soy, mi educación, mis valores… pero no ha determinado demasiado mi estilo artístico, ha sido más influyente mi entorno digital en ese sentido; teniendo en cuenta que me he relacionado con artistas de todo el mundo con muy diversas culturas, eso me ha enriquecido a todos los niveles.
No tengo un referente principal, me gustan artistas como Glen Keane, Ryan Woodward, Adam Hughes… pero desde pequeña mi cabeza funciona relacionando conceptos muy variados entre sí y extrapolándolos al área de las artes, por lo que tiendo a extraer información útil de ciencia, tecnología, arquitectura, música, cine… no hay un área concreta, es un todo. No sé si me explico, jajaja.
P.S.: Yo vivo en Tarragona, es una ciudad pequeña donde es difícil evolucionar, pero tampoco creo que vivir en Barcelona sea la solución. Lo que sí me ha hecho crecer es moverme. Visitar otras escuelas, poder dar conferencias en otros países, conocer ilustradores de diferentes partes del mundo, estas son las verdaderas razones de mi evolución como ilustrador.
Mis principales influencias son los grandes maestros del concepto y la poesía visual, como Joan Brossa o Chema Madoz.
R.Á.: En cuanto a la ilustración en sí no podría enmarcarlo en un territorio social concreto porque me fui de España para empezar mi carrera, pero estudié y viví en Nueva York una temporada porque mis artistas favoritos (actuales) habían desarrollado su carrera allí: Marcos Chin, Yuko Shimizu, Tomer Hanuka… pese a venir de todas partes.
Eve Mae: ¿Emoción o técnica? ¿Qué cualidad pensáis que es indispensable e ineludible para que una obra perdure en el tiempo?
F.F.: Cuando como ilustrador me comparo con otros artistas, me doy cuenta de que es muy difícil que algún día tenga la técnica que ellos tienen. Por ejemplo, admiro muchísimo a Eve, verla dibujar es increíble. Así que, en mi caso, intento ir más a las emociones, creo que es la manera en la que mejor puedo hacer lo que hago y la mejor forma de expresarme. Tengo mi estilo y gusta, pero a nivel técnico uno tiene que saber en qué nivel se encuentra.
D.O.P.: Creo que conocer la técnica es fundamental para que la obra logre perdurar en el tiempo, no solo su mensaje, sino físicamente.
Veo la emoción como el mensaje y la técnica como el medio de comunicación, ambos esenciales para que una obra tenga sentido y logre ser inelástica en el tiempo, vigente y que logre conservar su estética inicial, por medio de la cual ha sido transmitido el mensaje en su momento.
P.S.: Emoción. Sin técnica puede haber emoción, con técnica puede no existir la emoción.
Me remito a la emoción, creo que es esencial para que perdure en el tiempo.
R.Á.: Emoción, diría yo, pero a nivel personal me comunica más una pieza cuya técnica revele el trabajo que hay detrás, sea el que sea (experimentación, figurativo, color, …).
Pepe Serra: ¿Creéis que, por culpa de la tecnología, la virtuosidad y la técnica dejarán de ser algo relevante en el proceso artístico, dando paso a la conceptualización de la obra?
F.F.: Creo que la conceptualización de la obra siempre es lo más importante, independientemente de todo lo demás. Si lo que haces tiene alma, es una buena idea y está bien pensado, la virtuosidad pasa a un segundo plano. Por contra, si no hay concepto, da igual lo bueno que sea lo que haces.
D.O.P.: Pienso que no, entiendo la tecnología como una herramienta más, una técnica diferente, pero el proceso de creación artístico requiere de cabeza y eso no lo podemos sustituir por una máquina.
Pienso que siempre existirá la técnica manual, pues más que una herramienta es una necesidad de quienes buscan expresar sus ideas de forma orgánica y física.
No todos están familiarizados con la tecnología aplicada al arte y aunque las nuevas generaciones la adquieran de forma natural, no será nunca el sustituto de la mano.
E.M.: Diría que no, puede que mi percepción esté sesgada porque sigo a muchos virtuosos, pero al ir a las escuelas tengo la sensación de que está sucediendo lo contrario, ahora la técnica evoluciona mucho más rápido gracias a la tecnología e incrementa nuestras posibilidades para llegar a la excelencia; el resto ya depende de las inquietudes de cada uno.
R.Á.: Creo que la virtuosidad y la técnica evolucionarán para incluir otras disciplinas que permitan contar historias o crear sensaciones de otra manera. El arte de hoy no es igual al del Renacimiento, pero se sigue estudiando anatomía, pintando cuadros y visitando museos. Los algoritmos pronto escribirán libros, compondrán canciones y generarán películas según nuestro historial de gustos, así que los artistas más que nunca tendremos la misión de cambiar esos gustos.
Rafa Álvarez: ¿Sentís a veces que es necesario romper con lo que habéis hecho hasta ahora a nivel creativo, ya sea por necesidad (clientes prefieren otro estilo) o porque os sentís más felices con otro proceso o resultado diferente?
F.F.: Sí, y es algo que te ayuda a ser mejor. Tengo mi estilo, tengo mis gustos y desde luego hay cosas que me gustan más que otras, pero a veces, cuando un cliente te pide algo que nunca has hecho y se sale de lo que sueles trabajar, es muy estimulante.
D.O.P.: He sentido muchas veces la necesidad de hacer otras cosas, pero nunca de romper con lo que he hecho hasta ahora, pues todas y cada una de esas obras representan lo que soy hoy.
Tener la curiosidad de explorar en diferentes estilos y técnicas es algo normal y natural del proceso creativo a lo largo de nuestra vida artística, con observar los inicios de muchos de los artistas más reconocidos del mundo podréis entender que son procesos necesarios de la búsqueda del estilo propio, que muchas veces es la unión de diferentes estilos y técnicas que generan un estilo personal representativo de cada artista el sello de autor de cada quien.
E.M.: Ay, yo es que dibujo estilos súper diferentes entre sí, jajaja, no tengo un pensamiento estricto de “hago esto y de aquí no me saques”. A mí me encanta dibujar (lo que sea, pero dibujar) y tengo una mentalidad flexible a la hora de encarar los encargos. Procuro ser súper organizada con mis decisiones y procedimientos, eso sí, los clientes saben a ciencia cierta lo que puedo llegar a hacer antes de empezar a trabajar conmigo y nos organizamos muy bien para evitar sorpresas y garantizar un resultado óptimo.
P.S.: Totalmente, pero es difícil, ya que el estilo es como una prisión que hemos construido nosotros mismos. Habrá que buscar cómo salir de ella.
Es difícil, sobre todo por la imposición del cliente.