-David P. Yuste-

Cuando se habla de misterio todos y todas recordamos alguna historia o leyenda urbana, que generalmente transcurre en la ciudad en la que vivimos y que nos toca más o menos de cerca.

Tenemos esa capacidad de recordar, pero sobre todo y de manera especial, cuando transcurren en nuestra tierra natal. El misterio es un fenómeno que al igual que el terror nos atrae de manera inevitable, como un imán que generara un campo magnético del que nos fuera imposible librarnos.

En esta ocasión hemos decidido abordar precisamente ese misterio que se esconde en mi tierra, Andalucía. Tras mucho escarbar y rebuscar, he dado con historias que creo serán de vuestro agrado. Intentaré contarlas con la mayor exactitud y veracidad posible. Espero que si erro en algún dato, mis paisanos sepan perdonarme. Pero a falta de investigar de otra manera, no me ha quedado otra que tirar de memoria y largas horas de documentación en muchos libros e internet. ¿Estáis preparados?

ADVERTENCIA: las siguientes historias que leerán a continuación pueden provocar cierta necesidad por investigar en las leyendas del lugar de origen del lector.

LOS ESPECTROS DEL SANATORIO DE ALFAGUARA

Nuestra primera leyenda, una historia cargada de misterio, transcurre en Granada. Concretamente en el Sanatorio de Alfaguara.

El Sanatorio de Alfaguara fue una edificación que se construyó en el año 1923 cerca de Alfacar justo en una zona aislada de la Sierra de Alfaguara. De ahí su nombre.

Acerca de este lugar hay numerosa información. Una cierta, otra tal vez alejada de la realidad para crear mayor expectación y curiosidad. O puede que un clímax más idóneo. Lo cierto es que dicho Sanatorio fue inaugurado por Bertha Wilhelmi, hija de padres alemanes que con doce años se trasladó a vivir a Granada.

De adulta, creó el Patronato Antituberculoso de Alfaguara, donde estuvo cuidando de enfermos aquejados por esta lacra hasta que se fundó dicho Sanatorio. Sus últimos días los compartió con su hija Bertha, y con su sobrina Emma Wilhelmi. Y es aquí donde las historias se dividen, ya que tras mucho investigar he encontrado dos versiones muy diferentes de esta misma historia. La primera: que Berta se trasladó a vivir a Granada tras la muerte de su hermano por tuberculosis, un hecho que sin duda la marcó. Y que su muerte se produjo en 1934, años después de que un derrame cerebral la dejara inutilizada física y mentalmente.

La otra versión, y que es la que aviva en parte la leyenda y el misterio, cuenta que fue su hija la que falleció y no su hermano, y que al no poder soportarlo, nuestra benefactora se suicidó. Desde luego, yo no he encontrado información que verifique esta última. Pero lo que sí es cierto es que la guerra civil obligó a cerrar dicho Sanatorio, siendo un lugar estratégico para numerosos apostamientos militares durante la contienda, y que tras los intentos de Emma Wilhelmi por reabrir el edificio que había quedado parcialmente en ruinas le fue del todo imposible.

Quienes han deambulado entre sus muros coinciden en que un silencio espeso y brumoso, fuera de toda normalidad, te atrapa en cuanto traspasas sus puertas. Extraños sonidos se apoderan del lugar y lo más inquietante: muchos aseguran haber visto paseando por sus pasillos a una mujer vestida de blanco. Cierto o no, la realidad es que la visita a aquellas ruinas no deja indiferente a nadie.

LA LEYENDA TRAS EL CORTIJO JURADO

Nos trasladamos ahora hasta las afueras del pueblo de Campanillas, en Málaga. Posiblemente de todos los lugares de los que hablaremos a lo largo de este artículo, este sea uno de los más reconocibles. Si hay un lugar en esta provincia lleno de misterio y leyenda negra, posiblemente sea este: el Cortijo Jurado.

Una finca construida en 1830 y que perteneció originariamente a una familia adinerada de la zona: los Heredia. La edificación estuvo dividida en dos partes. Por un lado, la zona para las familias y por otra, la que servía para los aperos de labranza y donde dormían los agricultores.

Su leyenda negra comenzó cuando a finales del siglo XIX desaparecieron varias jóvenes de la zona. Durante días se las buscó sin éxito hasta que finalmente se hallaron sus cadáveres a orillas de un río cerca de la finca con signos de haber sido torturadas.

Enseguida se culpó a los Heredia, y también a los Larios, debido a la cercanía de su propiedad. Pero no se pudieron recabar pruebas y todo quedó en saco roto.

Para acrecentar la leyenda, un joven se coló en la propiedad con la decisión firme de buscar pruebas. Por accidente cayó en un pozo y, según afirmó, encontró una serie de túneles que recorrían el suelo subterráneo a lo largo de la propiedad y conectaba con puntos estratégicos de la zona.

Esto último nunca se ha podido demostrar, aunque han sido muchos los que han buscado posteriormente dichos túneles, donde se cuenta que se practicaban ritos de sangre para satisfacer a deidades antiguas.

La propiedad fue decayendo durante décadas, y fue pasando de propietario en propietario hasta que finalmente quedó abandonada. Si existe un edificio en toda Málaga con fama y leyenda de encantado es este. Durante años la gente se adentraba en sus muros buscando túneles, espíritus. Se afirma que se producían apariciones, casos poltergeist, fotografías y psicofonías de lo paranormal. Un buen surtido de casos sin explicación que tal vez hayan producido que los proyectos que se han intentado realizar en este lugar hayan fracasado.

Se intentó hacer un campo de golf, pero no hubo fortuna y tras su rehabilitación quedó abandonado. Nadie sabe el motivo real de por qué. ¿Tal vez los espíritus de los que una vez vivieron y murieron entre sus paredes continúan vagando por el lugar? Lo cierto es que el edificio vuelve a estar en venta, y por el momento no hay a la vista ningún comprador.

EL MONSTRUO DE CAPUCHINOS

Otra historia que transcurrió esta vez en los aledaños del centro histórico de Málaga capital.

Un hecho que coincidió en febrero de 1966 en pleno franquismo con la aparición de la bomba nuclear que cayó de un avión estadounidense en Palomares, en aguas almerienses.

En Málaga, sin embargo, otro hecho hizo que toda la ciudadanía y las fuerzas de seguridad estuvieran centradas en dicha localidad: la aparición del Fantasma o Monstruo de Calle Alta. Este fue el nombre con el que fue bautizado el ser que supuestamente acabó con la vida de una joven vecina de la citada calle y protagonista del suceso.

Todo esto acaparó la atención de los medios y hasta de los vecinos, que patrullaban la zona con la intención de desentrañar el hecho y que no volviera a suceder jamás. Sin embargo, no volvió a verse a tal criatura y pronto algunos y algunas comenzaron a tomar el caso con cierta sorna.

A día de hoy, ya con la calle inexistente, los solares reconstruidos y los edificios nuevos construidos donde anteriormente estaban los antiguos, todavía alguno recuerda la historia, pasada de padres a hijos, sin saber realmente qué ocurrió y si tal monstruo llegó alguna vez a existir.

LA CASA DEL ESPANTO

Nos trasladamos ahora a Córdoba, concretamente a los alrededores de la Mezquita para dar testimonio de un caso acaecido hace tiempo ya. La leyenda viene rodeada, como cualquier casa destartalada y semi-abandonada, de una buena dosis de misterio.

Se cuenta que cerca de la Catedral-Mezquita de Córdoba existía un caserón que causaba terror entre todos los habitantes de la zona. Nadie se atrevía a acercarse a él, ya que se decía que estaba habitado por duendes y fantasmas. Y al que no le quedaba más remedio que pasar por su calle, lo hacía corriendo y persignándose para evitar caer en su embrujo. Por la noche se podían escuchar desde el exterior lamentos, aullidos y otros ruidos fantasmagóricos, y que del pozo que había en su sótano emergían seres que ponían la piel de gallina.

Pero esta casa semi en ruinas no estaba abandonada, y tenía un propietario, el cual contaba que la culpa de que estuviera embrujada la tenía su antiguo dueño: un asesino sanguinario y cruel era dicho dueño, y cuando llegó el momento de ajustar cuentas con la justicia se encerró en su torreón y allí se quedó para evitar a los guardias hasta su muerte por inanición.

Cuando el propietario actual de la finca murió, sus herederos la pusieron en venta. Ninguno quería pasar una sola noche allí. Pero aquí no acaba la leyenda, ya que dicen que unos vecinos se aventuraron una noche con candiles a tratar de averiguar el misterio de La casa del Espanto.

Se dividieron en grupos para recorrer las estancias. El menos afortunado encontró una puerta oculta cerrada con tres candados, los rompieron y comenzaron a bajar hasta dar con el pozo. Intentaron averiguar sin éxito su profundidad. Al hacerlo aseguraron que el olor a azufre se incrementó y que además pudieron oír a los duendes que allí habitaban, saliendo despavoridos del lugar sin esperar al resto.

Para finalizar, también se cuenta que un valiente aventurero compró la propiedad convencido de que siempre tras un duende hay un gran tesoro. Decidió prepararse y bajar al pozo, sin embargo cuando iba descendiendo y los ruidos eran cada vez más atronadores, parte del interior del pozo se le vino encima y nadie volvió a verlo jamás. Como podéis ver, otro lugar lleno de leyenda que seguro que a más de uno le pondría los vellos de punta si tuviera que pasar allí unas horas a la luz de una vela.

EL NIÑO DE LA CATEDRAL DE JAÉN

En ocasiones hay leyendas que no sabes hasta qué punto parten de un hilo de verdad, y cuáles han sido pensadas para alejar a ciertas personas (generalmente niños) del peligro. Tal vez, este misterio que se esconde en los recovecos de la Catedral de Jaén sea de los que se ajustan a este tipo. O puede que no.

Desde hace años se viene contando la misma historia y que coincide con las últimas horas del día. Numerosas personas atestiguan que es verdad, y que han sentido en sus propias carnes un frío que te estremece acompañado de un llanto infantil que proviene de la parte del Coro. Por si ya eso no fuera suficiente, aseguran que después del repetido llanto se ha visto en ocasiones a un niño corretear por las diferentes naves en dirección al Altar, vestido con unos ropajes sacados de otro tiempo.

Todo surge a raíz de una historia igual o más antigua que estos testimonios, los cuales nos cuentan que alrededor del año 1950 un niño consiguió colarse en plena Semana Santa al interior de la catedral y subir a una de las torres para ver mejor a Nuestro Padre Jesús. Quiso la mala suerte que el joven resbalara de la estructura y cayera al vacío y se matara en el acto fruto del golpe que recibió.

Es desde entonces que viene circulando este misterio en torno a la Catedral. Cierto o no, la verdad es que incluso algunos clérigos que han pasado por el Edificio Santo han asegurado haberlo visto durante sus labores. Sabiendo esto, ¿os atreveríais a pasar una noche a esperar al Niño de la Catedral?

Bien, amigos y amigas, podríamos estar hablando sobre muchos más casos plagados de Misterio y envueltos en ese halo extraño que rodea siempre los fenómenos paranormales, pero creo que por hoy ya es suficiente. Espero que este artículo haya sido de vuestro agrado.

Quién sabe si en el futuro repetiremos y volveremos a hablar de estas leyendas e historias tan particulares de mi tierra. Pero por el momento me despido. Gracias como siempre por estar ahí. Nos vemos pronto.

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