Hay pocas cosas que tienen en común las casas, pero podríamos decir que son: herramientas heredadas y que nadie usa, comida para que haya un apagón europeo y maquillaje que en algunos casos es de dudosa procedencia y calidad.

Esto lo digo porque hasta hace muy poco no estaba muy extendido que el maquillaje tiene que tener calidad y no comprarlo en tu bazar de barrio de confianza, dado que te puede joder la puta cara. Y digo esto porque seguro que cuando empezabas a maquillarte comprabas tu raya del ojo ahí porque no tenías dinero para hacerlo y no sabías dónde se compraba mejor, además tenías que llevarlo en la mochila y podías perderlo. Así que meterse un lápiz de ojos de 0.75€/ud con 15 años era justificable.

Por lo menos así fue mi caso: mi madre lo compraba ahí o en el Mercadona; las marcas como Fenty, Urban Decay o incluso MAC eran símbolo de tener dinero. Mi generación del sur de Madrid creció haciéndose una raya negra en la línea del ojo inferior y una blanca en la línea exterior superior diez minutos antes de entrar a clase, a las 14:20 corriendo con las toallitas también oliendo a alcohol te desmaquillabas la cara, después llegabas a casa preguntándote si tus padres se habían dado cuenta de tu hazaña. En mi casa me pillaron muchas veces hasta que con 16 dejaron de decirme cosas y fue algo normal, lo que causó que dejara de maquillarme.

Doce años más tarde de esas hazañas con el maquillaje no queda un rastro de esos lápices de ojos del bazar, ni nada que se compre alli que tenga que ser untado en la cara, solo se acepta para cepillos del pelo y gomas (otra cosa que hay en todas las casas y rincones de España). Y ahora tengo mucho maquillaje caro (grandes marcas) y marcas low cost que me salvan la vida dado que el maquillaje se pone malo. Sí. Ese símbolo de un tarro con un número en su interior no significa que con el mismo plástico se hayan hecho doce botes, corazón, es que ese producto una vez abierto tiene una vida de doce meses.

En doce años he aprendido a no maltratar mi piel, a saber qué productos la cuidan y qué tendencias se llevan y el maquillaje ha abierto sus puertas a todas las pieles y a todas las personas. Ahora el maquillaje no es símbolo de un género y solo apto para las mujeres.

Aunque tenemos que recordar que el maquillaje en hombres se lleva utilizando desde la época de Egipto, donde se maquillaban los ojos, o en la antigua Roma, donde se aclaraban la piel y se teñían mejillas y uñas.Vamos, que no hemos inventado nada, pero lo que sí hemos conseguido es reivindicar que el maquillaje no tiene barreras, es cada vez más prolífico ver a hombres maquillándose y aquí quiero contextualizar que no por eso tienen que ser gays, no caigamos en estereotipos; veo mucho hombre caucásico hetero utilizando el maquillaje para su vida en general.

Es algo admirable de ver como también hemos pasado de encontrar doce tonos en su mayoría claros y ahora ya hay colecciones de todas las gamas con más de sesenta tonos de piel.

Vamos, que no solo las crayolas han evolucionado en ese sentido.

Es algo increíble ver como vamos evolucionando en ese sentido y que gracias a esto cada vez vayamos ganando más terreno al patriarcado y sus normas absurdas.

Rut Alameda

directora de Altavoz Cultural

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