¿Cuándo y cómo nace Lastura ediciones y con qué objetivos básicos lo hace? ¿Quiénes conforman su equipo humano? 

Lastura nace como un proyecto editorial sin grandes atisbos de futuro en el año 2013. La intención era dar a conocer la obra de algunos poetas haciendo traducciones y publicando algunas plaquettes hechas de forma manual. Sinceramente, jamás pensé entonces que pudiera llevar a cabo un proyecto editorial serio con tan pocos recursos. Sin embargo, en muy poco tiempo empezaron a llegar propuestas de publicación muy interesantes a las que era imposible decir que no, así que me lancé a la aventura de montar una editorial tradicional. En la actualidad el equipo de Lastura lo formamos cuatro personas y algunos colaboradores ocasionales. Isabel Miguel es la directora de nuestra colección de poesía Alcalima y la Colección 19, Miguel Ángel Mañas dirige nuestra colección Apuntador de Teatro, Ana Orantes es editora y dirige la recién estrenada colección Fosforita de narrativa infantil y yo misma, Lidia, que hago de todo, sobre todo, malabares.

¿Cómo valoráis el panorama literario actual, así como el mercado editorial que lleva aparejado? ¿Cómo consideráis que se inserta vuestra iniciativa en ellos?

En estos nueve años de trayectoria de Lastura, y tras casi 450 títulos editados, el mercado editorial ha cambiado de forma muy notable y especialmente en lo relativo a la edición tradicional de poesía. En este mercado, difícil y complicado por la escasísima difusión de este género a través de los cauces habituales de distribución, y al que los grupos editoriales grandes de este país no le habían hecho demasiado caso hasta hace unos años, han entrado a competir, por una parte, estos grupos con sellos de lo más variados tanto en la forma de edición como en los contenidos; también han surgido numerosísimos proyectos de edición de poesía llevados a cabo por asociaciones o grupos que no funcionan en sí mismos como sellos editoriales o empresas sino que más bien nacen del activismo cultural, pero que evidentemente también reclaman su espacio dentro del circuito comercial tradicional. A estos también hay que sumar un buen número de sellos editoriales que han nacido en este tiempo a raíz del “boom” de poesía destinada al público más joven. Todo esto, y sin despreciar el trabajo de nadie, nos ha llevado en general a una situación muy difícil en lo que podríamos llamar “mercado poético”. Creo que se está –estamos- editando mucho más de lo que el mercado puede asumir y esta reflexión que la mayoría de los editores tradicionales de poesía nos llevamos haciendo mucho tiempo, tiene que empezar a materializarse en hechos concretos. Por nuestra parte, ya lo hemos anunciado, vamos a rebajar bastante el ritmo de publicación de novedades en nuestra colección de poesía y a reducir un 50% la edición de nuevos títulos. Si estábamos sacando una media de 25 títulos de poesía al año, ahora sacaremos 12. La idea es centrarnos en llevar a cabo una mejor difusión de los títulos seleccionados, hacer tiradas más grandes y trabajar más en la promoción de cada obra. No podemos llenar el mercado de títulos de los que apenas se venden 150 ó 200 ejemplares por mucha calidad que consideremos que tiene la obra. Esa es una triste realidad que nos ha costado asumir como editoras que apostamos también por las nuevas voces. Las facturas no entienden de activismo y, con todo lo que está sucediendo en el mercado, es necesario hacer una apuesta segura para la sostenibilidad del proyecto.

Lastura es un proyecto a largo plazo que tiene que alejarse de las modas en este sentido, no despreciando lo novedoso y de lo que de ello merezca una permanencia, pero sí siendo conscientes de la línea con la que nacimos y con la que queremos seguir.

¿Cómo se gesta la evolución de vuestro sello respecto de las diversas colecciones, el progreso natural de vuestro catálogo y vuestra forma de acercaros al público? ¿Qué habéis implementado recientemente y qué habéis desechado para siempre?

Lastura nació como un sello para difundir la poesía y especialmente en ediciones bilingües. Así vio la luz la Colección Alcalima, nuestra colección principal y en la que tenemos editados aproximadamente 200 títulos en este momento, y en este territorio es donde con más seguridad y conocimiento nos desenvolvemos. Poco después vio la luz la colección de narrativa, en la que apenas hemos editado 50 títulos en nueve años. En ella hemos editado fundamentalmente relato y narrativa breve contemporánea. La colección de Teatro Apuntador dirigida por el dramaturgo Miguel Ángel Mañas es, junto con Alcalima, nuestra “niña bonita”. Miguel Ángel está haciendo una labor de selección exquisita no solo estamos muy orgullosas de todo lo que ha visto la luz en esta colección, sino que desde entonces no nos cansamos de decir, allá donde vamos, que “el teatro también se lee”. 

Este año ha nacido la Colección 19 que, dirigida por las poetas Isabel Miguel y Luisa García-Ochoa, nos acercará en cada volumen a la poesía de un país a través de la selección de los 19 poetas contemporáneos más reconocidos que representen, al mismo tiempo, a todas las generaciones activas en ese momento. El hecho de que sean 19 es porque se seleccionan 10 mujeres y 9 hombres por mera justicia poética. Así, hace unos meses ha visto el visto la luz el volumen “19 poetas de Portugal” y en unos meses haremos lo propio con “19 poetas de Chile”.

¿Qué debe tener un manuscrito para optar a su publicación en Lastura? Por otra parte, ¿cómo es vuestro proceso de producción desde esa aceptación hasta la exposición de la obra en las librerías? 

Lo principal es que nos guste el texto, más allá de la calidad literaria que se espera, que esto es evidente, es que aporte valor al catálogo en general, bien por su originalidad o bien por la trayectoria del autor o autora. Lamentablemente, como consecuencia de todo lo contado en respuesta a una pregunta anterior, no podemos publicar todo lo que nos gusta. Hace 3 años que en Lastura no abrimos el plazo de recepción de manuscritos, y aunque lo tenemos anunciado en nuestra web, suelen llegarnos una media de 5 a 10 manuscritos diarios para su valoración (¡Ojalá vendiéramos 5 ó 10 libros de poesía al día!).

En cuanto al proceso de producción, no es muy distinto del proceso que lleva a cabo cualquier editorial grande: selección, contacto, firma de contrato, corrección, maquetación, revisión, imprenta, distribución y promoción. Lo que sí puede diferenciar a la publicación de poesía es que normalmente los editores no nos limitamos a hacer una presentación del libro y ya, sino que solemos también participar en encuentros y festivales poéticos y específicos para la promoción de estas obras.

¿Cómo es el acompañamiento que se realiza por vuestra parte a partir de la publicación, especialmente en materia de promoción y presentación de la obra? ¿Cómo ha sido vuestra experiencia en la pasada Feria del Libro de Madrid?

Cerrar un contrato y editar una obra, considero que especialmente en el ámbito de la poesía, supone comenzar un camino con ese autor o autora que va mucho más allá de la propia edición del libro y su resultado físico. La poesía, bien lo saben los autores y los editores, tiene una forma muy particular de difusión que, muchas veces, poco tiene que ver con su presencia en las librerías. Desde Lastura luchamos desde el principio por que la poesía ocupe un lugar (y digo un lugar, ni siquiera un lugar predominante) en las librerías y solemos acudir como editorial a algunos festivales específicos para la promoción de la poesía (Centrifugados, Edita, Expoesía, Poesía para náufragos, Voix Vives…), además de participar en ferias más generalistas como la de Madrid o Valencia.

En cuanto a nuestra experiencia en la Feria del Libro de Madrid, lo cierto es que ha sido bastante buena. Somos soñadoras y, como tal, siempre tenemos mejores expectativas de lo que luego resulta ser, pero sí, ha ido bastante bien en las ventas y, sobre todo, ha sido un chute de energía muy necesario volver a encontrarnos con las lectoras y los lectores después de estos meses de encierro o semiencierro tan duros para quienes nos dedicamos a esto.

¿Qué proyectos y novedades tenéis entre manos a corto y medio plazo? ¿Dónde podemos encontraros y seguiros?

En estos momentos estamos ya trabajando en las próximas publicaciones que verán la luz en 2022. Serán un total de 24 libros, 12 de ellos dentro de nuestra colección de poesía, con nombres muy interesantes y punteros en el panorama poético. También se está trabajando en la próxima entrega de la Colección 19 que, como ya hemos comentado, se dedicará a la poesía chilena, una obra teatral que verá la luz en primavera, y dos que verán la luz en primavera y otoño.

¿Y dónde podéis encontrarnos? Pues en redes estamos en Facebook, Twitter e Instagram. Allí anunciamos nuestros eventos, normalmente unos 4 ó 5 al mes, donde podemos vernos en persona. Y, por supuesto, en las ferias del libro, algunas como Expoesía (Soria), la Fira del Llibre de València o la Feria del Libro de Madrid, son lugares a los que nunca faltamos y en los que siempre estamos deseando encontrarnos con las lectoras.

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