-Clementine Lips-

Estamos en la era de la salud mental. Las redes sociales arden con ella: infinidad de psicólogas podrían considerarse ahora influencers por su trabajo concienciando a la sociedad al respecto. Por otro lado hay quien sigue erre que erre con la idea de “ser fuerte” para sobreponerse a cualquier cosa. Bien sabemos por aquí que “ser fuerte” es un privilegio: si tienes que ir a tres trabajos cada día para llegar a fin de mes, si no encuentras trabajo de lo que te haría feliz (con muchas comillas) o tienes trabajos precarios, si no tienes tiempo libre porque te obligan a hacer decenas de horas extra o tienes un trayecto larguísimo hasta el trabajo… igual no tienes tiempo, ni ganas, ni poder para “ser fuerte”. Serlo cuando te dedicas a colgar vídeos meritocráticos en YouTube o a viajar en yate porque tu padre es CEO de no sé qué empresa es mucho más fácil.

A pesar de este vaivén de mensajes, la intersección entre salud mental, género y clase social sigue siendo para muchas un misterio. También lo es que quien padece de mala salud mental pueda ser una capulla integral, que una cosa no quita la otra. Así que aquí os dejo una lista de libros que exploran estos temas con la esperanza de que desmitifiquemos, para bien y para mal, la locura.

Jazz, de Toni Morrison

Jazz trata las historias de dos mujeres afectadas por el acto egoísta de un hombre. La dependencia emocional es la protagonista estelar de este libro en el que Joe Trace engaña a su mujer, Violet, con una adolescente a la que luego asesina porque no la puede dejar ir. No os preocupéis, que esto no es un spoiler: la novela no es un whodunit? sino una exploración de por qué Joe mata a la niña y cómo reacciona Violet, la protagonista inestable. Ella, loca; él, reprochable pero comprendido. Uno de los temas más interesantes de esta historia es explorar nuestra reacción ante las mujeres de la misma, ninguna de las cuales es la víctima perfecta.

Toni Morrison ganó el Premio Nobel de Literatura en 1993, un año después de publicar Jazz.

El papel pintado amarillo, de Charlotte Perkins Gilman

Un siglo antes de que Toni Morrison publicara Jazz, Charlotte Perkins sacaba a la luz El papel pintado amarillo, uno de mis relatos favoritos sobre la locura femenina. Su manera de presentar la historia es sublime: sentí como si una roca me cayera sobre el estómago cuando revela el pastel. El relato roza el género de terror, aunque es un terror muy “femenino”: no se trata de monstruos sobrenaturales ni invasiones tintadas de gore, sino del terror de lo doméstico y las relaciones con los hombres. Si tenéis que elegir una sola historia de esta lista para leer, escoged esta.

Panza de burro, de Andrea Abreu

Panza de burro narra la amistad entre dos niñas de un pueblo de Canarias. Contada desde el punto de vista de la niña inocente, observamos la historia de la amiga dominante. Es una joven cruel y dictatorial que ha creado una dependencia en su amiga que las hace ir siempre juntas. Sin embargo, la perspectiva de la narradora nos permite observar por qué su amiga es así: vive con su abuela en la miseria sentimental más absoluta y necesita sacar por algún lado su frustración. Ante la representación tan negativa y criminal de la gente con trastornos psicológicos muchas personas han reaccionado idealizándolas. Panza de burro es una gran manera de bajarlas a la realidad: no son ángeles ni tampoco demonios.

Heridas abiertas, de Gillian Flynn

La autora de Perdida nos trajo otro thriller de esos que tanto nos gustan: personajes femeninos complejos cuyas tragedias son más que la excusa para que la trama comience. Heridas abiertas trata de un triángulo familiar completamente disfuncional. Ninguna de las tres mujeres que lo conforman se libran de sufrir de alguna manera por su trauma generacional. De nuevo se trata de una novela con personajes femeninos desagradables, porque no todas somos angelitos ni inocentes.

Canina, de Rachel Yoder

Canina fue uno de mis libros top de 2023. Narra la evolución de la protagonista a través de la maternidad que le ha descarriado la vida por completo. Necesita aceptar su lado salvaje y primitivo para poder salir de la depresión en la que la maternidad -o sus exigencias- le ha sumido. La realidad y las alucinaciones se entrelazan hasta que la protagonista manda al garete las expectativas sociales de las madres y, podríamos decir, ejerce como madre a su manera aunque parezca que está desquiciada en el proceso.

Las chicas, de Emma Cline

Quizá el primer libro con una protagonista con pobre salud mental que leí en mi vida. Emma Cline es una de mis autoras favoritas y Las chicas fue el primer libro suyo que leí. Narra el proceso de adoctrinamiento de una joven (la narradora) en la secta de Charles Manson. Intenta dar respuesta al porqué: desde fuera solemos pensar que unirse a una secta es algo que solo hace la gente tonta o inocente, pero no es así. Habitualmente estos grupos ofrecen algo que ansiamos: protección, comunidad, sentido de pertenencia… Debido a cómo educamos y tratamos a las adolescentes no nos debería extrañar que estén dispuestas a formar parte de un grupo que al principio parece perfecto y que luego, paso a paso, las va convenciendo de cosas terribles para ellas o para los demás.

Trauma y recuperación, de Judith Herman

No podía faltar en esta recopilación este ensayo. Aunque Trauma y recuperación está orientado a profesionales de la psicología es perfectamente asequible para el público general y es absolutamente estelar. Fue de los primeros libros que apuntaban a que la causa de las enfermedades mentales no era (solo) biológica sino (también) social. No solo eso, sino que explica cómo la moda de la salud mental no es nada nuevo, sino que va y viene en olas (¡como el feminismo!). En cada una de estas olas se reconoce el impacto de la sociedad en la salud mental de quienes la conforman, pero cuando se pasa “la moda”, se vuelve a olvidar. Es mucho más fácil y conveniente empastillar a alguien que desmantelar la sociedad y volverla a construir con las personas en el centro.

Si sufres de algún problema de salud mental puede ayudarte a contestar a algunas preguntas importantes para tu recuperación, aunque obviamente no sustituye al trabajo de la terapia personal.

Mujeres y locura, de Phyllis Chesler

Otro ensayito para vosotras… aunque este consta de 540 páginas, así que hay que tomárselo con calma. Phyllis Chesler hace un repaso histórico a la noción de locura aplicada a las mujeres. Para sorpresa de nadie, establece que el género es no solo un mecanismo opresivo, sino la causa del malestar psicológico de tantas mujeres. ¡La opresión no es saludable, chicas! Desmantela la noción con la que yo me encontré cuando trabajaba en el laboratorio: que las mujeres, las personas racializadas, la comunidad LGBTQ+… todos estos grupos tenían un je ne sais quoi biológico que les hacía más propensos a sufrir enfermedades mentales. El término “opresión” por supuesto no aparecía en ninguna parte, porque la manera en que se concibe la medicina hoy en día no permite aunar cuerpo y sociedad a pesar de la infinidad de textos que han explicado cómo el cuerpo sufre las violencias directas o indirectas de un sistema explotador. Tampoco se tiene en cuenta lo poco objetivos que son los parámetros de la locura: lo que se considera normal en un hombre (por ejemplo, la ira o la asertividad) se considera síntoma de locura en una mujer. Es heavy.

Gótico, de Silvia Moreno-García

Gótico en realidad no es una novela sobre salud mental, pero en ella se insinúa el problema histórico que tenemos las mujeres con la locura: que se usa en nuestra contra. La protagonista se cuestiona su cordura, pero es sobre todo la de su prima la que está en entredicho. Puesto que escribe cartas llenas de emoción, quienes las leen se preguntan si no estará un poco desequilibrada. Una duda perfecta para poder desestimar sus preocupaciones y recluirla en una habitación, siempre bajo supervisión. ¿Así quién se creerá sus hipótesis sobre lo que ocurre en la mansión de la que se ha vuelto prisionera…? Una apuesta segura si te gusta el terror gótico y además quieres darle un giro antirracista.

Y para terminar, mi última recomendación va a ser una película, porque quién tiene tiempo de leerse todos estos libros, ¿no?

Inocencia interrumpida

Inocencia interrumpida es un clásico del cine, un must watch basado, cómo no, en una novela autobiográfica. Trata sobre una joven que es internada en un hospital psiquiátrico donde conoce a otras jóvenes tan atormentadas como ella, o más, todas ellas con pasados trágicos. La película explora sobre todo la amistad entre la protagonista, Susanna Kaysen (Winona Ryder) y otras de las ingresadas, Lisa Rowe (Angelina Jolie). Lisa no es para nada una buena influencia para Susanna, pero esta la tiene idealizada. Solo tras un evento profundamente traumático logra desmitificarla y volver al hospital del que se habían escapado para continuar con la terapia y eventualmente sanar.

Como habréis visto, las recomendaciones son todas de libros escritos por mujeres (si queréis ver más podéis consultarlas aquí, en la primera entrega de Las locas toman la palabra en Altavoz Cultural). Ya es hora de que nosotras escribamos la locura a través de nuestros ojos. Ya es hora de que las locas tomen la palabra.

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