En primer lugar, quisiéramos desligar claramente al Joker del Universo DC de este Joker: nos referimos a que, si bien aquellos amantes de las aventuras del archienemigo de Batman podrán disfrutar de diferentes guiños -y algún que otro golpe en el ojo- a lo largo de esta película, conviene no acercarse a ella desde tal perspectiva.
Este Joker no es otro Joker anterior, ni una versión de aquellos, ni un personaje abocado a la eterna comparación: la trágica grandeza de Arthur Fleck y su alter-ego tienen tal autonomía que no permiten competiciones, pues lo personal del ser trasciende, inunda la caricatura, el villano, lo desborda, siendo una consecuencia y no un personaje dado.
Se viene comentando que se trata de una película ‘necesaria’ por toda la carga social que contiene, por lo desnudos que nos deja ante la brutal denuncia que se hace de situaciones de las que, directa o indirectamente, podemos llegar a formar parte. Pero, lejos de debatir aquí las cuestiones morales y la exposición de nuestra podredumbre, vamos a resaltar aspectos más visibles con el fin de esbozar una invitación a verla, porque, sí, deben ir a verla:
El primer argumento, de decisivo peso, es su protagonista. Aquí no hay debate: Joaquin Phoenix llena la pantalla; casi se podría decir que la película es él, hasta tal punto que multitud de las escenas guardan alguna genialidad que, por momentos, puede entenderse como un recurso propio, como una improvisación o como un claro toque personal. Creemos que es el moldeador definitivo de su personaje, el que pule al máximo su papel, sus condiciones y sus emociones al interpretar-se.
Otra cuestión nada menor para la concepción de la película como obra redonda, completa y sin fugas es la armonía entre ritmo argumental, imagen y sonido: la atmósfera creada no solo dibuja una época, no solo retrata una situación o un contexto, sino que acompaña a Arthur Fleck en todo su camino, dejando de ser un recurso fácil de llamada de atención -más propio de las películas de superhéroes- y pasando a ser una importante herramienta para desgranar la compleja historia que se cuenta desde el personaje y sus circunstancias.
Para concluir, quisiéramos destacar la originalidad de la historia en cuanto a que no consideramos que sea una amalgama de tramas de otras películas -por más referencias o similitudes que se quieran proponer-: Joker es pura en su esencia, va más allá de los discursos y las propuestas que la anteceden, es, de hecho, una puerta a un mundo no explorado o, si se prefiere, a un enfoque no explorado como forma de contar ese mundo.

joker
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