-En caso de existir una temática impuesta, cíñete a ella con claridad, no cuentes con que quien te lea tiene que esforzarse en encuadrar tu historia en la modalidad solicitada.

-Cuida la extensión de los párrafos: se digieren mucho mejor los cortos separados por puntos y aparte que los inmensos de más de siete u ocho líneas con muchos puntos y seguido. 

-Sé original: en el fondo, con detalles de la historia que la hagan única e imprevisible; en la forma, con algún juego estético-visual que resalte, que provoque la satisfacción del lector al descubrirlo.

-Procura desarrollar diálogos: describen directa o indirectamente el contexto, la situación, incluso el paisaje o la época mejor y con mayor ligereza para el lector que una exposición narrativa cargada de adjetivos.

-Utiliza sinónimos, eufemismos, disfemismos y demás recursos léxicos, de manera que no repitas las mismas palabras en puntos argumentales similares ni se detecten latiguillos o palabras-comodín de forma recurrente. Procura que esa elección consciente sea natural.

-Introduce algunas referencias culturales / populares que tengan relación con la historia o con la temática, incluso una cita que encabece el relato. Por un lado, esto afianza el contexto narrativo; por otro, te permite conectar con el imaginario del lector.

-Cuida los silencios: sugiere, deja entrever o motiva la libre imaginación del lector para que complete él la idea, la frase o la escena sin dárselo todo masticado. La historia se compone de lo que se dice y lo que no se dice.

-Ten en mente, interioriza, la extensión solicitada, especialmente si también existe mínimo, pero no escribas pensando en hacer un determinado número de palabras, deja fluir la historia; si al terminarla se encuentra entre los límites exigidos, no añadas palabras por el mero hecho de querer acercarte al límite superior, déjala estar.

-Pon título a tu relato, siempre. Algunas fórmulas que suelen tener éxito son: la última palabra / el último sintagma de la narración; la palabra / el sintagma que refiera al objeto o el símbolo más importante del argumento; el nombre propio / el seudónimo de un personaje capital en la trama o del protagonista. En cualquier caso, intenta limitarte a una extensión de entre una y cinco palabras.

-Trabaja en el relato con tiempo, desde -casi- el anuncio de la convocatoria, de forma que puedas revisarlo, corregirlo o pulirlo hasta el momento de la entrega; ¡no lo dejes para los dos últimos días de plazo!

Si quieres ver «Cómo afrontar un certamen de poesía» pincha en el siguiente link: https://altavozcultural.com/2020/03/29/como-afrontar-un-certamen-literario-ii-poesia/

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2 comentarios sobre “CÓMO AFRONTAR UN CERTAMEN I: RELATO

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