
Esta cuarentena me he leído muchos libros y visto muchas series y películas. Los días pasaban y había que hacer cosas para mantenernos ocupados: todas las películas de Marvel, la saga El Señor de los Anillos, Lucifer, Altered Carbon… Pero una serie que al principio no me hizo ‘tilín’ fue American Gods, que está en Amazon Prime. Los primeros capítulos no me llamaron la atención, pero quién me iba a decir que me iba a ir volviendo loca con la fotografía de la serie, la iluminación y, por último, la trama.
Para poneros un poco en contexto, la serie está basada en un libro de Neil Gaiman, donde se nos expone una trama bélica entre los dioses antiguos y los dioses modernos en Norteamérica en pleno siglo XXI. Como la gente que llegó a América se llevó a sus dioses (Odín, Pascua…), con la evolución de la sociedad aparecen dioses con nombres como Carretera, Madera, Cuidad…; ambos bandos están en guerra porque compiten por quedarse, por prevalecer unos u otros.
La cuestión principal es que los dioses antiguos apenas están venerados por la sociedad debido a que la gente que se los llevó con ellos a América terminó por olvidarse de ellos y los dioses modernos se encuentran con la necesidad de renovarse constantemente porque la sociedad actual es cambiante.
A todo esto, abramos un paréntesis: es impresionante la cantidad de dioses y mitos que viven en la sociedad americana y cómo existe ese miedo / odio por los dioses nuevos, que en el fondo no tienen la culpa de existir, dado que, como todos, existen porque la gente cree en ellos.
La trama es alucinante y muy curiosa cuando menos, por eso, una vez que terminé todos los episodios que por ahora están disponibles, decidí comprarme el libro. Ya había leído algún libro de Neil Gaiman y sabía que iba a ser acojonante. Gaiman tiene una forma de escribir muy peculiar: es detallista, pero elegante, y logra engancharte porque sabe de qué está escribiendo. Te mete en una burbuja con la trama que te lleva hasta el final para dejarte con una sensación de vacío cuando terminas de leer.
Este libro no iba a ser menos. Es fascinante cómo, a pesar de ser inglés, Gaiman te introduce en una Norteamérica con dioses y en una trama bélica impresionante con unos giros muy bien escritos y la crítica subliminal que todo ello conlleva, puesto que, aunque los dioses sean deidades, te demuestran que también se equivocan, engañan y mueren.
Recomiendo absolutamente el libro, puede llegar a hacerse pesado en algún momento, pero es una sensación excepcional, muy puntual. Si no eres de leer, te recomiendo muchísimo que veas la serie. Es absolutamente una maravilla visual y está muy bien hecha.
Rut Alameda