Didgeridoo

¿Quién es Ouka Leele? ¿Qué tres momentos o experiencias vitales dirías que han forjado principalmente tu personalidad?

La verdad es que no sé muy bien quién es Ouka Leele, es un pseudónimo, una firma. Siempre me ha atraído lo oculto, lo velado, el misterio… Emily Dickinson en su habitación, personas de las que se conoce su obra, pero no se conoce su figura.

En mis comienzos como artista, aunque creo que mi vocación de artista comienza ya en la niñez, quise ocultarme tras ese nombre, y al principio lo hice, pero pronto vinieron conferencias, entrevistas, y no hay manera de que saquen solo tu obra, siempre quieren verte, mostrarte, y esa exposición de mi persona al público no va nada conmigo, aunque me halague que se valore mi trabajo.

Momentos que hayan forjado mi personalidad… Pues es que creo que venimos ya siendo quienes somos, el bebé no es una tábula rasa sobre la que se va escribiendo, viene ya con una forma de ser y con una sabiduría innata. Entonces, para mí, más que de forjar algo, se trata de no estropearlo, de no romperlo, de no traicionarlo, de no olvidarlo. Por eso ha sido muy importante no olvidar nunca quién era de niña, eso ha sido lo que me ha forjado, el no olvidarme de mí.

¿Estás más cerca de la superheroína o de la superviviente?

Las dos cosas van unidas, ¿no? Las heroínas son supervivientes porque de esas experiencias a las que sobreviven aprenden y adquieren la experiencia para ayudar a otros a sobrevivir de manera más fácil, menos dolorosa, más rápida.

¿Cuál es tu definición de Arte? ¿Y tu ideal de Belleza?

Mi definición de Arte tiene que ver con la magia blanca y con la medicina. El Arte es el Arte de curar, a ti y a quien lo recibe, es una medicina natural y muy, muy humana. Activa procesos químicos, físicos, espirituales, que te llevan a la curación.

Para mí, Belleza es uno de los nombres de Dios, es algo imprescindible para la vida. Y en la creación artística hay que tenerla siempre presente. La Belleza es el símbolo, es decir, lo que une, es quien nos llama y atrapa. Es difícil hablar de un ideal de Belleza, solo puedo deciros que La Naturaleza es una maestra en eso. La Magna Maestra.

Los artistas dedicamos nuestra vida a investigarla, a conocerla, pero no la diseccionamos, no queremos comprenderla de esa manera, nos acercamos a ella queriendo hablar su lenguaje, y en eso estamos…

¿Cuánto autodidactismo hay en la construcción de tu trayectoria artística? 

Podría decir que soy autodidacta, pero tampoco es cierto del todo, pues soy una estudiosa que no para de investigar, preguntar y aprender.

¿Se puede vivir del Arte?

Se debe vivir del Arte, el Arte como motor.

Y si te refieres a lo económico, te responderé que sí, pero ojalá los artistas nos pudiéramos ahorrar esa parte, es la más complicada, tener que vender lo que haces… Yo, a quien me hiciera sentir que algo que yo he hecho le ayuda, le alegra, le cura, le llena, etc., y yo lo viera sincero, se lo daría. Cuando empecé, lo que hacía, lo hacía pensando en alguien y se lo regalaba, era mi forma de dar amor.

Nunca he tenido otro trabajo que no sea la creación artística. Bueno, también he impartido clases y conferencias.

¿Cómo valoras la irrupción de la tecnología en el procedimiento artístico, especialmente en el fotográfico? 

Es interesante; tecnología siempre ha habido, siempre utilizas herramientas, y toda herramienta en manos de un artista es válida.

¿Qué consideras que es triunfar en el Arte?

Curar, transformar, emocionar, ayudar…

¿Cómo ha sido tu proceso creativo en tus diferentes etapas? ¿Qué has ido afianzando y qué has ido desechando?

He caminado hacia el no estilo, cosa que consideraba imprescindible al principio, tener una voz inconfundible y original, única. Después vi que el estilo era una prisión que me ahogaba y decidí que el estilo iba a ser yo, lo que yo hiciera, sin atarme a una técnica o una manera de hacer las cosas, sin ceñirme a lo que de mí se esperaba, lo que se esperaba de Ouka Leele, pero Bárbara, la que se oculta detrás de Ouka Leele, siempre está para salvarme, para que no me traicione.

También en el caminar he ido hacia expresar más con menos. También he dado cabida a la improvisación. El azar y el error también se han convertido en fieles aliados. Por supuesto, la Providencia que me ha dado muestras toda la vida de su inexorable presencia.

¿Cómo viviste La Movida Madrileña? ¿Qué fue lo más positivo de aquella época?, ¿y lo más negativo?

Fue una maravilla coincidir con tantos artistas en todos los campos. Eso me ha encantado.

Aunque me pregunto cómo habría sido mi camino a solas, sin haber formado parte de todo aquello; me intriga, y me gustaría ver esa película. Estuve a punto de ir a Nueva York a estudiar la carrera de Bellas Artes, ¿qué habría pasado si lo hubiera hecho? Pero me arrastró, me atrajo, me sedujo todo lo que estaba pasando aquí, y supe que tenía que estar, que quería vivirlo. Recuerdo a Ceesepe diciéndome: «Nena, estamos como en el Bateau-Lavoir, como Picasso»; como artistas jovencísimos, sentíamos que estábamos viviendo algo importante, como les ha pasado a los artistas que han vivido movimientos artísticos, es muy atractivo saber que estás formando parte de la historia. Lo individual no era tan importante, aparte de hacer arte, se mezclaba también una forma de vida comunal, utópica. Creo que ha sido uno de los últimos movimientos artísticos, todo ha cambiado tanto… Ahora no sé dónde estamos, las pantallas, lo digital, han arrasado con esos movimientos que revolucionaban, que tiraban de la sociedad.

Lo que menos me gustó fue todo el rollo de las drogas, no me gustan nada como concepto. Es buscar exteriormente modificar la química de tu cuerpo, que es una perfección alucinante, un milagro. No veo la necesidad de buscar fuera con todo lo que hay en nuestros cuerpos. Se pueden conseguir mejores cosas por otros medios: meditación, respiración, contemplación, creación…

No quiero decir que las drogas sean un sello de identidad de La Movida, era una época, había jeringuillas por las calles, para mí fue aberrante, desagradable.

Ver a tu mejor amiga de la adolescencia llegar un día siendo otra, con una mirada vidriosa y helársete la sangre y saber que ya la habías perdido era muy doloroso. Efectivamente, esa querida amiga murió enseguida. Y muchos se destrozaron y murieron demasiado pronto, demasiado geniales, y se les echa de menos.

Cuarenta años después, ¿qué dirías que ha trascendido? ¿Qué podemos aprender en lo personal y en lo artístico de aquellos años?

Una de las palabras que más respeto es Libertad y la amábamos y quiero que ese amor y respeto a la libertad permanezca. Aunque te conduzca a la muerte prefiero morir libre que vivir sin vivir, como zombies. Ahora mismo se podría abrir un debate de qué estamos haciendo con la Libertad, dónde está. Y el amor, no podemos anteponer el miedo al amor.

¿Qué tres imágenes, diseños u obras de todas las que creaste en ese periodo recuerdas con especial cariño?

Toda mi obra es de tenerle especial cariño, pues toda es sincera, real, autobiográfica.

Fue un reto hacer la foto «Rappelle Toi Bárbara» en la Plaza de Cibeles. Fue impresionante hacer el mega mural en Murcia y a la vez rodar la película «La mirada de Ouka Leele» de Rafael Gordon, tardamos siete años en terminarla y fue nominada a los Goya.

Te cuento estas cosas porque son grandes retos, momentos en los que me he enfrentado a grandes obras y vivirlos ha sido un avance en mi vida.

Pero te hablaría de un dibujo que hice ayer, con el mismo cariño, y que ha supuesto el mismo reto. Confieso que necesito enseñarlo, ver qué sienten, saber si les sirve.

¿Te arrepientes de algo, por hecho o por no hecho?

De lo único que me arrepiento es de lo que he hecho porque alguien me haya forzado o impuesto. De lo que yo elijo, no me arrepiento, aunque fuera un error; si ha sido mi elección, me gusta.

¿Cuál fue tu rincón favorito de Madrid en los 80?

De sitios de la noche, me encantaba El Sol, era muy el salón de tu casa donde nos encontrábamos. Y mi lugar preferido: el Museo del Prado. En él hay verdaderas baterías enviando energía al mundo y tenemos la suerte de tenerlas tan cerca.

Estamos habituados a verte impartiendo talleres y charlas magistrales. ¿Se puede enseñar a crear? ¿Cómo se puede potenciar a un artista?

Pues la creatividad es contagiosa, no creo que se enseñe, en plan clase de colegio, se aprende estando cerca del artista, viéndole trabajar, sintiéndole.

He dado clases en Bellas Artes y a muy pocos sentí como verdaderos artistas y con esos voy a por todas.

¿El Arte debe entretener, educar o denunciar?

El Arte ha de curar, en todo el significado de la palabra curar. Creo en el juramento hipocrático de primero no hacer daño.

¿Es el ámbito artístico más ajeno, más impermeable, al machismo que otros? ¿Cómo valoras la evolución de la figura de la artista en los últimos tiempos?

Machistas hay en todas partes, y también hay mujeres machistas.

Te diré que como artista siempre creí en mi derecho de serlo y de ser pagada como artista. Nunca dudé de ese derecho, he sido querida y bien considerada. Repentinamente, empezó a pasar algo extraño, y es que te empezaban a llamar para exponer solo con mujeres, solo durante el mes de marzo… A mí no me ha gustado nada. No, te dicen “es que hay que visibilizar a la mujer”. Yo he sido muy visible. No se trata de separar, sino de unir. No se trata de exponer por el género sexual, sino por el arte que hace una persona, sea cual sea su género.

En cuanto a tabúes, censuras y libertad: ¿crees que es necesario autoimponerse límites, de forma o fondo, a la hora de expresarse, de construir un mensaje a través del Arte?

Soy muy amiga de la libertad, de dejar que salga lo que tenga que salir, yo no juzgo lo que hago, lo dejo salir. Luego decido si quiero que lo vea alguien más.

-Verónica Living ( @veronicxliving ) te deja esta pregunta y te manda un abrazo: «¿Cómo encontraste tu estilo?»

Lo buscaba con pasión y lo encontré, pero ya no lo busco, ni lo quiero. Me parece una atadura, un invento comercial. Me ayudó a salir de esa idea una exposición de Francis Picabia, me pareció muy libre. Ahora me gusta lanzarme al vacío, no saber qué va a pasar, a dónde voy a llegar. Podría decir que mi estilo ahora tiene más que ver con el vacío y con la actitud esa de solo sé que no sé nada. Esta pauta me la dio Van Gogh cuando leí su libro de Cartas a Theo. Contaba que no sabía cómo pintar una cebolla y cómo buscaba conseguir pintarla. Esa forma de abordar la creación es imprescindible para que el Arte suceda. No sabes, y mientras buscas cómo hacerlo, encuentras tu cebolla, tu forma única de pintar una cebolla. No saber te lleva a tu originalidad, a tu manera única de hacer las cosas.

Bodegón para Cristóbal

¿Qué proyectos personales y profesionales tienes a corto, medio y largo plazo?

Ser más libre, seguir creando, pero ahora me tienta más la pintura. Aunque he de reconocer que la fotografía nunca me deja escapar.

Terminamos con este bombardeo directo al corazón:

–*¿Qué tres palabras te gustaría saber decir en todos los idiomas?

Libertad.

–*¿Qué imagen te viene a la mente al leer estas palabras?:

a) amor:

La verdadera Ciencia, Jesús abrazando a los leprosos, sin guantes ni mascarilla, mientras estos veían espeluznados cómo desaparecían sus heridas.

b) justicia:

Una preciosa balanza equilibrada.

c) dolor:

Tu aliado, el que te guía. Como imagen veo a María Magdalena en éxtasis de Caravaggio.

d) religión:

Lo que te une, te religa, te reúne con el espíritu. Veo un ritual con música sagrada.

e) naturaleza: 

Maestra; una flor en toda su perfección y luminiscencia.

–*¿Qué queda de tu yo adolescente?

La alegría, la libertad, la creatividad, el amor al arte.

–*¿Con qué plato se conquista tu estómago y con cuál se le disgusta?

Me disgusta lo que venga de los animales. Y del mundo vegetal, con casi todo me contento. Las lentejas me encantan.

–*Comparte con nuestros lectores:

a) un miedo:

La crueldad humana por ignorante.

b) un vicio: 

La buena comida; ver series con mi hija.

c) una manía molesta:

¿Que moleste a otros?, eso me lo tendrían que decir otros, pero no me veo con manías… Bueno, sí tengo una: el buen uso del lenguaje; me chirría cuando se usa mal, además no lo transijo. 

d) un buen consejo recibido:

De lo que se come se cría.

–*Recomiéndales, por favor:

a) tres artistas plásticos:

Emil Nolde, Odilon Redon, William Blake.

b) tres canciones:

Tous les garçons et les filles, de Françoise Hardy; Ma liberté, de Moustaki; Morning has broken, de Cat Stevens.

c) tres lugares culturales:

Museo del Prado, Museo Gustave Moreau en París, los bosques.

d) tres poetas:

Paul Éluard, Jaime Gil de Biedma, Emily Dickinson, García Lorca; cuatro.

–*Envíales un mensaje:

a las personas que más quieres:

Te quiero, María, estar contigo es como mirar una flor o zambullirme en agua azul turquesa.

a tus seguidores:

Gracias por sostenerme y animarme a seguir.

a tu futuro yo de 2030:

Querida Bárbara, qué preciosas huertas has regado, qué verdes son y a cuántos alimentan.

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