
¿Quién es José Ángel Fornas?
José Ángel Fornas es un hombre de mediana edad y estatura resultante de una suma caleidoscópica de realidades amalgamadas: librero, emprendedor de ánimo y profesión, orgulloso papá, científico, ex-informático, melómano, seriecinéfilo, sibarita, cocinero, viajero en el pasado y en el futuro, pianista provisionalmente sin piano, sensible, animoso, tenaz, me gustaría pensar que culto e inteligente, inquieto, soñador que no descerebrado; en suma: un hombre vivo.
¿Qué tres libros podrían contar indirectamente su vida?
Mi vida no es que haya resultado especialmente libresca en el sentido de poder ser llevada o reflejarse en un libro; si un día escribo mis memorias no creo que lleguen a extenderse más allá de dos o tres folios, así que me resulta particularmente difícil encontrar ya no tres libros sino uno. En todo caso, podría traer aquí tres libros con cuyos protagonistas sí que he empatizado desde mi trayectoria vital: las divertidísimas memorias de Richard Feynman “¿Está usted de broma, sr. Feynman?” y “¿Qué importa lo que piensen los demás?” (sí, son dos libros, pero los considero un corpus único), “Nuestras riquezas” de Kaouther Adimi y “El malogrado” de Thomas Bernhardt.
¿El librero se nace o se hace?
Definitivamente el librero se hace, y soy ejemplo andante de ello; tremenda incoherencia sería que afirmase lo contrario cuando he venido de una formación y un mundo aparentemente tan distante y distinto como es el de la ciencia y la tecnología; otra cosa sería que entrásemos en disquisiciones acerca del síndrome del impostor que de vez en cuando inevitablemente me acaba atenazando, especialmente cuando me codeo con quienes son mayores que yo en edad, dignidad y gobierno literarios y librescos – que sois casi todos.
¿Qué te ha aportado tu formación académico-profesional al desarrollo de tu dedicación a Libros de Arena?
Es curioso: en realidad, Libros de Arena no ha sido más que la continuación cambiando de fines y entregables, de la que había sido mi trayectoria profesional hasta entonces en el mundo del desarrollo y la gestión de proyectos tecnológicos. Al final de la batalla, elementos como el establecimiento del ámbito y alcance del proyecto, análisis económico financiero, elaboración de cronogramas (y sus correspondientes diagramas de Gantt y el carácter que imprimen cual laico sacramento), plan de riesgos, formulación del producto, análisis del mercado y la competencia, elección de metodología, definición y análisis de requisitos, planes de difusión, comercialización y márketing, etc. siguen estando ahí, o al menos necesité que estuvieran ahí, a la hora de levantar el delirante emprendimiento que es la puesta en marcha de un pequeño comercio empezando desde la nada absoluta.
¿Qué tres cualidades destacarías de Libros de Arena?, ¿qué pilares cimentan su encanto?
Definitivamente, por poco objetivo, soy la persona menos indicada para contestar esas preguntas y deberían ser clientes y amigos quienes las contestasteis, pero haré un esfuerzo. Tres cualidades: independencia, singularidad y, usando uno de los palabros de moda, resiliencia. Creo que el principal pilar que sustenta el encanto de Libros de Arena (¿estáis seguros de que Libros de Arena tiene de eso?) es el cariño y la pasión que intento poner y transmitir cada vez que alguien nuevo o conocido entra por la puerta ya no solo a la hora de la venta sino también en las que considero cualidades necesarias y diferenciales de una pequeña librería: el consejo, la orientación y la recomendación.

¿Cómo ha evolucionado la librería desde su primer día hasta la actualidad?
La evolución de la librería desde el 30 de mayo de 2016, día en que abrió sus puertas, y en los cuatro años transcurridos desde entonces es clara y viene dada por su interrelación y apertura al mundo y a la calle: ha pasado de ser lo que el librero quería y tenía en mente que fuese a incorporar los deseos, propuestas y necesidades de sus vecinos, amigos y clientes.

¿Qué iniciativas culturales podemos encontrar en su espacio más allá del mágico estatismo de los libros que la visten?
Frente al estatismo de nuestros libros, el dinamismo de nuestra agenda: en Libros de Arena como espacio cultural se puede encontrar y nos abrimos a organizar prácticamente cualquier actividad en la que arte sea componente intrínseco, únicamente condicionada por las características del espacio físico en el que nos movemos: presentaciones literarias o de cualquier otra índole, talleres de lectura (cuya quinta temporada comienza el próximo 24 de septiembre), cuentacuentos, conferencias, exposiciones, conciertos, representaciones teatrales, cinefórums…
¿Cómo puede un autor presentar en ella su libro y en qué suele consistir esa presentación?
Presentar un libro en Libros de Arena es tan fácil como aportarnos tres cosas: un ejemplar para echarle un vistazo, un mínimo de calidad y dos o tres fechas para encajarlas en la agenda de la librería, para todo lo demás, todo es hablarlo. Tan solo tenemos e imponemos una consigna: el autor no viene a hablar de su libro sino a una charla entre amigos con la excusa de su libro.
¿Cuáles son las tres secciones o los tres géneros más exitosos según el público que visita Libros de Arena?
Dejando aparte la fotocopias – lamentablemente aún de largo el producto más solicitado en Libros de Arena y que a veces me hace plantearme si realmente lo que regento no es sino la copistería más glamourosa de Madrid – diría que la literatura infantil y juvenil por mor del tipo de población residente en el entorno de la librería, la novela negra y policíaca de evasión y, Deo gratias, cada vez más las propuestas de editoriales pequeñas e independientes de calidad que requieren un empujón del librero o del boca a boca para destacar en medio de la oferta de autores y editoriales más consolidados.
¿Cómo se integra Libros de Arena en su entorno sociocultural: Alsacia-San Blas/Canillejas-Madrid? ¿De qué manera crees que influye su contexto en su desarrollo, para lo bueno y para lo malo?
Desde que abrió sus puertas en 2016 Libros de Arena pretende ser un (otro) foco de animación cultural para el distrito de San Blas-Canillejas y los colindantes de Ciudad Lineal y Moratalaz y, por su carácter de librería de barrio, es ese contexto el que en un enorme porcentaje condiciona tanto para lo bueno como para lo malo nuestro desarrollo. Como puntos a favor destacaríamos la cercanía de nuestra población objetivo, no solo en el sentido físico del término, y la diversidad de perfiles que cruzan nuestra puerta, así como la inquietud de muchos de nuestros amigos que redunda en el enriquecimiento cada vez mayor de nuestro fondo a base de incorporar al mismo títulos y propuestas que de otra manera habrían quedado fuera de nuestro radar. Lo peor entiendo que viene dado por la ubicación física de la librería: fuera de la M-30 y del centro de Madrid y la falta de encanto que a ojos de algunos, demasiados a veces, lleva asociado su carácter de periférica y su en apariencia limitada accesibilidad.
Contemplados como grandes supervivientes, ¿cuál es su próximo paso? ¿Y el tuyo?
Nuestro próximo paso está claro: crecer y consolidarnos como librería y como referente cultural al menos en el entorno de San Blas-Canillejas y barrios adyacentes y ojalá más allá. Y expandir nuestra superficie dedicada a exposición y venta de fondo editorial introduciendo nuevas secciones especializadas en campos que aún tienen escasa presencia en nuestros anaqueles: fotografía, arte, arquitectura, libro técnico, más poesía y teatro…
¿Dónde os imagináis dentro de algunos años, en una visión idílica, aunque realista?
Como suelo repetir a menudo, de mayores queremos ser como Jarcha en Vicálvaro o Muga en Vallecas: una librería de periferia madrileña de referencia y consolidada en el tejido social, económico y cultural del barrio.
¿Cómo valoras la situación actual del gremio y qué hace falta para que se pueda mantener a flote a corto-medio plazo?
Pienso que el gremio goza de una mala salud de hierro: dado por muerto una y otra vez con cada crisis que azota los mercados financieros y con cada novedad tecnológica que aparece en el mercado, aguanta estoicamente gracias al entusiasmo casi suicida de muchos de los que nos dedicamos a esto y al sentimiento casi de comunidad que sienten muchos de los lectores, todo y que aún así muchas y muy buenas trincheras se han quedado por el camino. La supervivencia pasa entre otras muchas cosas por el relevo generacional de nuestra clientela (y pocas cosas más tristes que ver a un niño que quiere entrar en la librería y un progenitor que no le deja), el fomento de la lectura en todos los estratos de edad y no sólo en la infancia y juventud como algo a lo que perderle el miedo y la promoción de las pequeñas librerías como espacios iniciáticos. Mención aparte merece el desconocimiento de la ley del libro que actualmente rige en España y que garantiza que el precio del libro es fijo lo venda el innombrable gigante del comercio electrónico que todos conocemos o la librería de la esquina: ya he reconquistado algunos clientes dándoles tan simple explicación y sacando de las cabeza el manido “es que [aquel que no puede ser nombrado aquí] lo va a tener más barato”.
¿Es el formato digital el otro enemigo de las librerías? Desde otra perspectiva, ¿qué tal se lleva Libros de Arena con la tecnología?
En Libros de Arena somos de ciencias, así que con la tecnología nos llevamos maravillosamente, y ello incluye el denostado formato digital. Entendemos que ese formato no es nuestro enemigo sino nuestro complemento: al igual que el papel tiene sus ventajas pero también sus limitaciones, por lo que su validez en aspectos tales como la portabilidad o el espacio de almacenamiento queda compensada por sus debilidades en otros tales como la transmisbilidad, la navegabilidad, la experiencia de la visualización, la presencia física o incluso la disponibilidad de fondo. En este punto, incluso, confieso que yo también tengo libro electrónico.
¿Qué fue lo primero que aprendiste en este oficio? ¿Qué ha sido lo último que te ha enseñado?
Una de las primeras cosas que aprendí del oficio es que los primeros utensilios que tiene que entrar en una librería son un cutter para abrir cajas y un portarrollos de precinto para cerrarlas: el oficio del librero es, en un gran porcentaje del tiempo, abrir, mover y cerrar cajas: de novedades, fondo, depósitos, devoluciones, liquidaciones, descatalogaciones… Lo último que he tenido que aprender, empujado por la situación sanitaria que estamos viviendo, es a combinar presencia y remoto en las actividades que se llevan a cabo en la librería y que organizar eventos puramente virtuales en épocas en las que se impone el teletrabajo, la enseñanza a distancia y la presencia remota puede resultar agotador aquellos interesados que previamente han pasado toda su jornada laboral de cara a un monitor.
¿Qué libro tienes en tu mesilla de noche?
A la mesilla de noche suelo llevar el mismo libro que durante el día viene conmigo en la mochila que me acompaña a diario a todas partes. Ahora mismo llevo Nostalgia, de mi admirado Mircea Cartarescu, [SPOILER ALERT] en preparación del taller de lectura que en diciembre dedicaremos a este fascinante y poderoso autor rumano.
¿Qué nos puedes adelantar de las novedades que van a aterrizar en LdA las próximas semanas?
Teniendo en cuenta que casi todos los lanzamientos editoriales de febrero-marzo quedaron en suspenso por la pandemia de COVID-19 y el consiguiente confinamiento, y que la campaña de Navidad empieza ya, el diluvio de novedades que nos va a caer encima va a ser digno de estudio por el Instituto Nacional de Meteorología, pero creo que me voy a quedar con la añoradísima y esperadisima reedición en Minotauro de las obras a mi modo de ver capitales y definitorias de la personalidad de la inmensa Ursula K. Le Guin: La mano izquierda de la oscuridad, Los desposeídos y el tocho (¡cómo nos gusta en LdA esta palabra!) de 1200 páginas que contendrá al completo el universo Terramar.

¿De qué formas podemos colaborar y ayudar a Libros de Arena?
Cómo colaborar es simple: venid, conocednos y decid a otros que existimos, tenemos la firme convicción de que el boca a boca y la recomendación entre pares es el camino más seguro, pero más lento, para que cualquier iniciativa fructifique.
¿Dónde pueden encontrarla y encontrarte nuestros lectores?
El dónde se nos puede encontrar es claro: en el número 15 de la madrileña calle Capri, a 100 metros escasos del metro Alsacia y a 20 de la parada del autobús Aquitania-Capri. Sí, hay que cruzar la M30 para llegar, pero una vez lo hayáis hecho comprobaréis que estamos lejos del centro de Madrid sólo la primera vez que se viene. Y en el ciberespacio estamos en las redes sociales de referencia bajo el acrónimo del que hemos hecho nuestra enseña: LdALibreria (con las ‘L’ bien mayúsculas para que no se confundan con la ‘i’).
¿Cuál es tu definición de arte? ¿Y tu ideal de belleza?
Poniéndome petulante diría que el arte es la materialización sobre cualquier soporte permanente o efímero y mediante la intervención humana de un placer que alcanza uno o varios sentidos. Y si a la definición anterior le eliminamos la intervención humana empezamos a aproximarnos a mi definición de belleza, cuya máxima expresión confesable encuentro en la orquestación de Anton Webern del ricercar a 6 de El arte de la fuga de J. S. Bach.
Terminamos con este amistoso bombardeo:
–*¿Qué época histórica te hubiera gustado vivir?
Conociendo todo lo que conozco de la época presente, me gustaría vivir la época histórica asociada al siglo XXIII, dentro de 200 años, tanto para saber cómo han evolucionado lo que ahora consideramos nuestras preocupaciones, nuestras actualidad y nuestro día a día en todos los aspectos como para comprobar qué relato queda entonces de éstos una vez tamizados por el filtro del tiempo.
–*¿A qué personaje histórico resucitarías?
Como melómano impenitente lo tengo claro: resucitaría a J. S. Bach para oirle improvisar al órgano.
–*¿Qué tres palabras te gustaría saber decir en todos los idiomas?
Seamos prácticos: comer, dormir, amar.
–*Confiésales a nuestros lectores: a) un miedo; b) un vicio; c) un buen consejo recibido; d) una manía molesta.
Un miedo: la miseria propia o de la gente a la que quiero.
Un vicio: el erotismo (sin perder de vista que, como dijera Georges Bataille, “el erotismo empieza allí donde acaba el animal”)
Un buen consejo recibido: voy a incorporar dos, ambos provenientes del machadiano Juan de Mairena:
· “Huid de escenarios, plataformas, púlpitos y pedestales; no perdáis nunca contacto con el suelo porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura”
· “Nunca os jactéis de autodidactos porque es poco lo que se puede aprender sin auxilio ajeno. No olvidéis, sin embargo, que este poco es importante, y que además nadie os lo puede enseñar”
Una manía molesta: una tristeza demasiado perenne.
–*Recomiéndales, por favor: a) dos autores clásicos y dos autores noveles; b) tres bibliotecas; c) tres editoriales independientes; d) dos adaptaciones literarias al cine; e) dos canciones como BSO de Libros de Arena.
Dos autores clásicos: Stefan Zweig y Julio Cortázar.
Dos autores noveles: las poetisas Valeria Navarro y Sandra Barrera, quienes entraron en nuestro local y en nuestras vidas gracias a vosotros.

Tres bibliotecas: la biblioteca Vaticana, la del Trinity College en Dublín y, por lo que simboliza, la nueva biblioteca de Alejandría.
Tres editoriales independientes: Contraescritura, Jekyll & Jill, La Umbría y la Solana
Dos adaptaciones literarias al cine: Blade Runner, a mi modo de ver uno de los escasos ejemplos en los que la adaptación cinematográfica es superior al original literario, y ese musical con poemas en vez de canciones que es El lado oscuro del corazón.
Dos canciones como BSO de Libros de Arena: “Ítaca” de Lluís Llach sobre el poema de Kavafis y el que considero himno de LdA y cuyo estribillo tengo expuesto en la puerta: “Qualsevol nit pot sortir el sol” de Jaume Sisa.
–*Envíales un mensaje a: a) tus seres queridos; b) tus clientes, visitantes y compañeros del mundo del libro; c) tu yo del futuro en el año 2030.
A mis seres queridos: algún día todo esto será tranquilidad.
A mis clientes, visitantes y compañeros del mundo del libro: Resistir es vencer.
A mi yo del futuro en el año 2030: ¿sigues ahí?