
¿Quién es Cherry Chic? ¿Cómo la describiría Lorena?
Creo que yo la describiría como a una mujer intensa, entregada en su trabajo al máximo y con una cabeza que no para nunca, lo que es bueno y malo en la misma medida, porque las ideas fluyen constantemente, pero rara vez descansa al cien por cien.
¿Qué tres momentos o experiencias vitales dirías que han forjado principalmente tu carácter, tu personalidad?
Diría que primero fue la sensibilidad. De pequeña era muy, muy sensible. Lloraba mucho, por todo, porque todo lo sentía con mucha intensidad. Aprendí a convivir con esa fibra y, con los años, aprendí a gestionar mis propios sentimientos (o lo intento).
Otro momento fue la adolescencia, donde me debatí constantemente entre lo que quería y lo que debía hacer, como muchísimos jóvenes hoy día.
Y el otro fue la maternidad. Tener hijas cambió mi forma de ver la vida de un modo definitivo. Me rehízo como persona.
¿Qué grado de importancia ha tenido tu formación académico-profesional en tu desarrollo como autora? ¿Cómo es la Lorena lectora?
Aunque no tengo un grado como tal, sí que he estudiado mucho por mi cuenta para intentar mejorar. Aún lo hago. Creo que lo más bonito de esta profesión es que siempre hay algo nuevo que aprender. Siempre puedes ir un paso más allá, y eso es maravilloso.
Como lectora, soy igual que como persona. Intensa, me muevo por instintos. Cuando escribo, no puedo leer nada del género que hago, porque me saca de mi propio tono, pero sí leo otros géneros. Y en cuanto acabo el manuscrito que tenga entre manos devoro todo tipo de libros con rapidez y casi obsesión. Creo que leer es algo vital en la vida de un escritor. No concibo que alguien pueda escribir sin leer.
¿Cuánto hay de ti, de tu entorno y tu rutina en tus historias? ¿Cuánto autobiografismo, directo o indirecto, albergan tus personajes?
A menudo, cuando me hacen esta pregunta, contesto que yo soy todos mis personajes y, al mismo tiempo, ninguno.
Crecí en una familia grande y feliz. Tengo un sentimiento muy profundo de amor hacia ellos y creo que eso se refleja a la hora de hacer mis libros. En todos prima la unidad como familia, no solo la de sangre, sino la que eliges.
Y en cuanto a mis personajes, todos tienen cosas mías, pero no me identifico con ninguno en concreto. Tengo mucho del humor de Julieta, pero también la sensibilidad de Amelia, aunque yo no la exteriorice. No sé, supongo que son un buen popurrí de lo que soy y siento.
¿Qué conservas de tus primerísimos pasos literarios y qué has desechado? ¿Cómo se gesta Mi canción más bonita?
De mis primeros pasos lo conservo todo en una carpeta donde hay manuscritos que jamás verán la luz pero no borro porque, de alguna forma, me ayudaron a llegar aquí. Creo firmemente en eso de mejorar con cada manuscrito, o intentarlo. Cuando leo lo primero que escribí, siento vergüenza y ternura a partes iguales. Era inexperta, pero tenía una ilusión que rebosaba de cada palabra.
Mi canción más bonita, de hecho, no fue mi primer manuscrito, pero aun así, cuando me puse a releer borré 90.000 palabras. Es decir, más de media novela. Reescribí y reescribí hasta quedar conforme. Y, aún hoy, sé que hay cosas que ahora haría distintas. Sin embargo, de tener la oportunidad, no tocaría nada. Me gusta que mis lectoras me lean desde esa novela hasta la última publicada y me digan que les encanta ver mi evolución. Es necesario mostrar eso. No soy perfecta. Probablemente en un año lea lo que estoy escribiendo ahora y tuerza el gesto en alguna frase, pero eso forma parte de este camino tan maravilloso.
¿Cómo ha sido la experiencia en torno a la serie Sin Mar?, ¿qué la hace especial, genuina, respecto de otras series literarias y, sobre todo, del resto de tus obras? ¿Qué es lo que más te satisface de encadenar una obra con diversas etapas y cómo la planteas desde cero? ¿Qué es lo más difícil?
Sin Mar fue un mundo que empecé cuando necesitaba reírme. No tenía pretensiones, aunque suene loco. Escribí y publiqué la primera novela en cuestión de dos meses, con corrección, maquetación y demás. Fue una completa locura que nació del instinto. Solo quería provocar sonrisas a quien las necesitara. No tenía ni idea de lo que iba a venir.
Lo más difícil, sin duda, es hacer crecer un mundo ficticio sin que escapen detalles. Cuando juegas con tantos personajes tienes que definirlos muy bien, o corres el riesgo de que te quede una serie totalmente plana. Mi intención siempre fue que, al finalizar la serie, la gente leyera una frase y, sin necesidad de saber quién la decía, supieran detectar al personaje. Ahora, cuando me envían fotos de chicas vestidas de manera extravagante y con mensajes como “¡Esto es tan Julieta!” sonrío y creo que conseguí, al menos en parte, mi propósito.
Respecto a qué la hace diferente a las demás… No lo sé. Supongo que, como siempre digo, me gusta escribir historias de amor, donde el amor no es lo único que importa. En mis historias, los personajes secundarios tienen su propio peso, para bien y para mal.
Dentro de Sin Mar, ¿cuál es el libro al que más cariño tienes? ¿Qué personaje te ha robado más el corazón?
Esta pregunta siempre se me hace cuesta arriba, jajaja. Siempre contesto que supongo que fue el primero, porque Julieta abrió este camino tan maravilloso. A través de ella presenté Sin Mar y fue el hilo conductor en todos los libros porque así quise que fuera. Un personaje desmedido en extremo, intenso y al que odias o amas. Como personaje no es perfecto, pero eso es precisamente lo que la hace real.
¿Cómo afrontas la historia de Junior que empieza en septiembre? ¿Qué nos puedes adelantar de lo que se van a encontrar tus lectoras?
La afronto, sobre todo, con muchísima ilusión. Es algo que no me planteé en un principio, aunque siempre digo que los personajes que escribo se quedan en mi cabeza. Al final, sentí la necesidad de poner su historia en palabras y aquí estamos, deseando comenzar esta aventura y con mucha ilusión, porque al hacerlo cada semana por capítulos, es como volver a mis orígenes, cuando publicaba en plataformas como Wattpad y leía las conjeturas y locuras de mis lectoras. Estoy deseando dar comienzo a esa etapa.
Al igual que los cuatrillizos, ¿se seguirá ampliando la saga con las historias de toda la legión de primos?
No, en principio no es la idea, pero siempre digo que nunca se sabe. No me gusta pensar a largo plazo. La historia de Junior no entraba en mis planes y aquí estamos, así que no puedo asegurar lo que pasará en un año. De momento, estoy muy ilusionada con #SerieDunas, que es el proyecto en el que más estoy trabajando ahora mismo.
¿Qué importancia tienen las RRSS en tu trabajo? ¿Qué crees que es lo mejor y lo peor de ellas?
Es innegable que hoy en día las redes son una parte importante de mi trabajo. Creo que hay que tener cuidado porque, del mismo modo que pueden convertirse en una herramienta, pueden absorber para mal.
En cambio, reconozco que yo disfruto mucho, porque me acercan a mis lectoras y creo que es importante mantenerme cerca y estar de algún modo para ellas. La gente hoy no se conforma con leer un libro. Quieren saber qué hay detrás, conocer algo de la autora o ver destellos de lo que hay detrás de las páginas que leen, y eso me parece muy bonito, siempre que no se descontrole.
¿Cómo valoras el panorama editorial actual, especialmente desde los ojos de las autoras? Por otro lado, ¿crees que hemos avanzado socialmente hacia la desromantización de ciertas visiones tóxicas del amor?
Creo que estamos viviendo una época de cambios en todos los sentidos y el sector editorial no se escapa. Ahora existen múltiples formas de publicar un libro y eso hace que todos nos hayamos tenido que readaptar un poco. No puedo hablar en general, porque no conozco los entresijos, pero en experiencia personal, estoy contenta. Ahora mismo estoy con una editorial que apuesta por mí, trabaja codo a codo conmigo, poniendo a mi disposición un equipo maravilloso que aguanta mis locuras, no solo sin quejarse, sino sumándose y aportando más. Soy muy afortunada, la verdad.
En cuanto al tema de la toxicidad en el amor: Me gusta pensar que cada vez avanzamos más y que, las autoras que estamos en sellos juveniles, nos esforzamos por mostrar un amor más sano y no tan tóxico, pero no me engaño. Queda mucho camino por delante. Todavía leo libros superventas en los que veo comportamientos que me hacen clamar al cielo. Creo que este compromiso tenemos que adquirirlo las autoras. Si queremos que la novela romántica deje de estar estigmatizada tenemos que pasar primero por hacer autocrítica. Yo misma reconozco un cambio en este aspecto desde que empecé a escribir y eso es bueno. Avanzar y reconocer errores es vital. Ojalá algún día este género deje de estar tan maltratado y mal visto.
¿Qué consideras que es triunfar en el mundo literario? ¿Qué consejo le darías a alguien que sueña con dedicarse a escribir?
En mi caso personal, considero que he triunfado, no por la fama que haya adquirido, que no es tanta, sino porque tengo la inmensa fortuna de dedicarme a escribir, y no es algo que pueda decir todo el mundo. Voy a una librería, veo mis libros en las estanterías y me cuesta creer que lo haya logrado. Lo que venga de aquí en adelante, lo consideraré un extra, porque ya soy muy afortunada. Doy gracias cada día por ello y me esfuerzo por dar lo mejor de mí misma en compensación.
Mi consejo para quien sueñe con dedicarse a esto es este: a escribir se aprende escribiendo, pero también leyendo. Ese, y no poner las metas en vender millones de libros. No es así. Hoy, difícilmente alguien se hace rico escribiendo, pero puedes poner tus objetivos en conseguir sacar un sueldo y eso ya es toda una lotería.
¿Cuál es tu definición de Arte? ¿Y tu ideal de Belleza?
El arte, para mí, es algo individual que cada uno siente de una manera. Demostré mi teoría, sobre todo, después de publicar Sin Mar. A diario recibo mensajes de chicas diciéndome cuál es su libro favorito y los motivos. Y me di cuenta de que todos son válidos y al final depende de la forma en que las letras llegan a la vida de cada persona y sus circunstancias.
Si atraviesas un momento de desamor y lees algo relacionado con ello, vas a llorar y sentir que está escrito para ti.
Si estás ansioso por reírte y te topas con un libro que te arranca una carcajada, lo considerarás arte porque te ha dado lo que necesitabas.
El arte es, en definitiva, cualquier obra escrita, musical o visual que nos haga sentir de un modo especial.
En cuanto a mi ideal de belleza… Considero que la belleza no tiene un solo ideal. Todo depende de los ojos que miren. Me considero lo suficientemente madura como para ver belleza no solo en lo que me dicen los medios, sino en lo que mis propios ojos ven. No hay un ideal como tal, hay distintos tipos de belleza y distintas formas de apreciarla.
¿Qué proyectos tienes a corto, medio y largo plazo?
A corto plazo empiezo la historia de Junior ahora, en septiembre, e iré escribiendo casi al mismo ritmo que mis lectoras vayan leyendo.
A medio y largo plazo, la serie Dunas se está llevando mi tiempo y mi corazón. Una serie de varios primos que viven en una casa heredada a orillas del mar, en el sur de España, y que ya están deseando salir al mundo y entregarse a mis lectoras.
Terminamos con este bombardeo directo al corazón:
–*¿Qué queda de tu yo adolescente?
La sensibilidad y la intensidad, a veces desmedida.
–*¿Con qué plato se conquista tu estómago y con cuál se le disgusta?
¡Gazpacho! Soy completamente incapaz de resistirme a un vaso de gazpacho fresco. También me encantan los granizados caseros de casi cualquier sabor.
Detesto un plato malagueño (mal por mí) llamado Gazpachuelo, consistente en un caldo de pescado y mahonesa a base de yema de huevo y aceite de oliva. Solo el olor me repele. ¡Y me da rabia! Porque adoro la gastronomía malagueña.
–*¿Qué época histórica te hubiera gustado vivir? ¿A qué personaje histórico resucitarías?
Me encanta lo retro y sesentero, aunque no sé si hubiera sido feliz viviendo allí. Soy demasiado deslenguada y reivindicativa, me temo. No lo hubiese pasado bien.
Resucitaría a cualquiera de las mujeres que hicieron historia luchando por unos ideales, entonces, totalmente fuera de apreciación alguna. Juana de Arco, Virginia Woolf o Marie Curie.
–*¿Qué tres palabras te gustaría saber decir en todos los idiomas?
Felicidades.
Gracias.
Perdón.
–*Comparte con nuestros lectores:
a) un miedo:
sufrir una enfermedad y no ver a mis hijas crecer.
b) un vicio:
Los escalofríos (pastillas de pica pica).
c) un buen consejo recibido:
“Que nunca te pese lo bueno que hagas por los demás”
d) una manía molesta:
Necesito limpiar con alcohol mi teclado antes de escribir. No es de ahora, por el Covid, es desde que era niña y limpiaba la máquina de escribir para que no tuviera restos de tinta.
–*Recomiéndales, por favor:
a) dos autoras noveles:
Esmeralda Romero (autopublicada) y la otra no es novel, sino todo lo contrario, pero no puedo dejar de recomendarla, porque marcó mi etapa adolescente. Susan Elizabeth Philips.
b) tres series (televisivas):
Friends, Umbrella Academy, Unorthodox (me pareció brutal).
c) tres editoriales:
Montena (Penguin Random House), Planeta, Oz.
d) tres librerías:
Luces (Málaga). Casa del libro. Rayuela (Málaga).
–*Envíales un mensaje a:
a) tus seres queridos:
Hay poco que pueda decir y no sepáis. Os quiero hasta la luna, ida y vuelta 😊
b) tus seguidores:
Sois el motor de mis alas y la razón de que cada día me levante pensando en trabajar para daros lo mejor de mí.
c) tu futuro yo de 2030:
Ojalá todo lo que estoy trabajando ahora tenga sus frutos y pueda disfrutarlos por esa época.
Aprovecho el final para daros las gracias a vosotros por la entrevista. Da gusto responder preguntas tan trabajadas.
¡Nos vemos!
–
Podéis ver su webp ra conocer sus libros aquí: