Coloquio entre Beatriz Morales y Rebeca Fernández
¿Qué os lleva a presentaros a la convocatoria de La Carmensita y cuál es vuestra primera reacción al saberos seleccionadas para formar parte de la Antología hogareña? ¿Cómo valoráis el resultado final del conjunto?
Beatriz Morales: Algunas de las ventajas que tienen las redes sociales, a pesar de sus correspondientes contrariedades que nadie niega, es la interactividad y la constante creación de núcleos de interés comunes entre personas afines a dichos campos temáticos. En este sentido, desde mi cuenta de Twitter se gestó, poco a poco, un núcleo de interés afín al mundo editorial y a la creación literaria. Siguiendo cuentas de escritores y escritoras, de editores y editoras y de gestores y gestoras culturales, me apareció La Carmensita y empecé a seguir con mucho interés sus líneas de trabajo e iniciativas para darse a conocer, editar y crear contenido.
Antología hogareña me parece un proyecto literario muy enriquecedor, personal e íntimo que permite dar a conocer la poesía y los proyectos culturales de distintas mujeres de España e Hispanoamérica. Este reconocimiento profesional se refleja en las respectivas bibliografías de cada poeta de la antología, además de mostrar su talento literario con el poema seleccionado.
Personalmente, salir como poeta en la obra Antología hogareña de La Carmensita es un placer y un honor, porque es un mérito literario que me permite entablar nuevas relaciones y colaboraciones con otras poetas que también han volcado su talento en un poema único, dedicado exclusivamente para esta antología. Además, me genera muchísima ilusión que lectores de otros lugares del país, puesto que soy de Gran Canaria, y de otras partes del mundo puedan leerme, ya que ese es el verdadero objetivo que persigo: llegar al corazón de las personas a partir de la escritura.
Rebeca Fernández: Me desperté una mañana, entré en Twitter y me topé con que quedaban pocos días para enviar un poema. Me senté sobre la cama y empecé a recordar mi niñez, de la que tantos buenos recuerdos mantengo. Cogí el móvil y empecé a escribir. A la media hora tenía un poema creado y a mi compañera de piso leyéndolo.
No me podía creer que formaba parte de esto… De hecho, me tuvieron que decir que estaba entre las elegidas porque ni siquiera me había percatado. Fue muy emocionante. Es la primera vez que una editorial coge algo que yo he creado.
El conjunto final, aunque ¡yo qué voy a decir…!, ha sido una pasada. Todos los poemas tienen un halo maravilloso.
¿Cómo fue el proceso escritural de vuestro poema desde el primer estímulo hasta su presentación al certamen? ¿Qué tres palabras clave utilizaríais para describir el texto?
BM: El leitmotiv del hogar me pareció sumamente interesante por todo lo que entraña: los espacios cerrados frente a los abiertos, lo íntimo frente a lo público, lo personal frente a lo general…esa dicotomía espacial me llama la atención porque refleja bastante sobre nosotros mismos, es decir, destaca y nos sumerge en las identidades que se gestan en la intimidad, adaptándose al medio por lo que luego circulan. Profesionalmente, se pueden realizar muchísimos análisis de los distintos paisajes que se crean en un espacio como es el hogar frente a la calle, véase en todos los poemas que encontramos en la antología: ¿qué es el concepto casa, hogar, morada, residencia…para cada una de nosotras?, ¿qué entendemos por hogar? Todos esos cuestionamientos juegan lingüísticamente en cada composición poética de la antología, luego me llamó la atención que esa fuera la idea de la que partir para participar, además de que en el doctorado que estoy haciendo me centro en la línea de investigación de los estudios del paisaje, así que más me inspiré, abstrayéndome y sintiendo el concepto hasta llegar a darle forma.
El poema que escribí, La expropiación de lo propio, podría definirse a partir de las siguientes tres palabras: reivindicación, manifiesto y nacimiento.
RF: Las tres palabras clave que utilizaría para describir el texto: amor, añoranza y pasión, pasión por todo lo que me rodeaba de niña y tanto amaba: los abuelos, las tardes en el fuego, mis gallinitas…
¿Qué creéis que le puede aportar esta antología y, en general, la labor de La Carmensita a aquellas escritoras y lectoras que disfrutan del intimismo, el hogar y la poesía? ¿Concebís la poesía como un medio o como un fin en sí mismo?
BM: Lo primero que les puede aportar es voz, una voz necesaria en la que encontrarse y en la que hallarnos como sociedad: nuevos lenguajes que agrandan los conceptos esencia y comunidad. Pero también creo que les puede aportar motivación para seguir escribiendo y para seguir buscando nuevas lecturas que tengan esta temática como eje central, generando la adquisición de más títulos y ejemplares, acudiendo a librerías y ampliando la demanda editorial. Creo que esta antología enriquece el engranaje por el que se mueve la literatura.
Para mí la poesía es un medio y un fin a la vez: un medio para alcanzar a comprender que no podré saberlo todo, que siempre habrá un paso más que dar para descubrir nuevas subjetividades y comunidades que buscan presencia a partir de la palabra poética; pero también es un fin para incentivar el alma y crecer, para saciar la soledad, a la vez que alimentarla, y seguir hallándome en el lenguaje, algo que me apasiona.
RF: Creo que les aportan vida. Me parece que esa palabra es clave en la antología. Vida a pesar de no tener en muchos hogares ya a quienes se la daban. Pero, en general, creo que a los lectores y escritores La Carmensita les aporta un lugar donde ser ellos mismos.
Yo diría que la poesía es un medio que encamina a un fin. La poesía es una forma del arte que encamina o conduce a quienes la escriben a sentirse liberados por contar aquello que llevan dentro, y a quienes lo leen les ayuda a romperse, a sanar, a disfrutar.
¿Cómo valoráis el mercado literario actual, especialmente en lo tocante a la producción poética y, más especialmente, en lo que atañe a las autoras? ¿Qué consideráis que falta y qué creéis que sobra?
BM: Creo que poco a poco hemos ido creciendo en lo referente a más variedad de temáticas y de generar curiosidad por la literatura que estaba en el margen: las voces que hasta hace no mucho estaban silenciadas por el contexto histórico y los estereotipos sociales, como la voz poética de las mujeres, de la comunidad LGTBI o la producción ensayística que pone de manifiesto el surgimiento de nuevos feminismos.
No obstante, la presencia de clichés o la ausencia de mujeres en la composición de jurados literarios, destacando la segunda posición en algunos premios bastante conocidos, nos debe hacer reflexionar sobre hasta qué punto aún tenemos que seguir luchando y reivindicando la presencia de la igualdad profesional en ciertos sectores, al igual que la lucha constante por aclarar que se busca la equidad, nunca el reverso de la desigualdad vigente.
Falta camino, aunque estamos en ello y cada vez se apuesta más por la variedad y el enriquecimiento de lo silenciado, un ejemplo de esto es esta antología de La Carmensita editorial; y sobra ruido, ese tan generalizado y politizado que nubla lo realmente importante: la calidad literaria de la persona que escribe, sin pretensiones.
RF: Actualmente se lee muy poca poesía y es una lástima. Yo no solía consumir poesía hasta que llegué a la Universidad y mi carrera me cambió la perspectiva. No creo que falte o sobre nada, solo pienso que debería escribirse poesía que llegue, que marque, que libere. Y, al haber tan poca gente que lea poesía, las editoriales de este género son menos frecuentes y la mayor parte de sus poemarios no pertenecen a autores nuevos, sino a los más consagrados, por decirlo de alguna forma. Siendo así La Carmensita una de las pocas que se preocupa por quienes necesitamos un empujón cariñoso.
Beatriz, tus letras rebosan Canarias. ¿Qué consideras que llevas de tu tierra en tu literatura y qué autoras autóctonas de las Islas nos recomiendas?
Respuesta: De mi tierra llevo el origen: el espacio físico en el que crecí y me desarrollé personalmente; aunque, sobre todo, llevo la mirada insular: una significación diferente, personal e íntima de conceptos geográficos frente a los de otros territorios, lo que me posibilita establecer diálogos con otras comunidades para enriquecer mi mirada y así darle nuevos sentidos a mi tierra, Canarias, como ya le pasó a Miguel de Unamuno durante su estancia, por destierro, en Fuerteventura: la castellanizó y al regresar dejó rasgos insulares en la meseta. Este análisis puede sacarse en su obra De Fuerteventura a París.
Para mí conceptos como horizonte, orilla, arena, volcán o mar tienen una significación concreta muy distinta a la de otros creadores, incluso frente a los que también viven en una isla, pero eso es lo más maravilloso de la literatura: la conversación y el intercambio de significados en torno a objetos, emociones y lugares comunes.
Del Archipiélago canario les puedo recomendar muchas mujeres de distintas épocas que se dedicaron a la poesía y que tienen o tuvieron mucho talento. Entre otras, la primera que voy a recomendar tiene una profunda relación con la Generación del 27, tanto con los hombres como con las mujeres del movimiento, la denominada “muchacha-isla” por Pedro Salinas: Josefina de la Torre, quien tuvo esa denominación por la caracterización de su poesía, profundamente emotiva y marcada por la insularidad de su experiencia; también recomiendo a una mujer que fue una adelantada a su tiempo: fiel defensora de los derechos de las mujeres y que tiene una gran relación con Hispanoamérica, hablo de Mercedes Pinto; y no puedo olvidarme de mencionar a Pino Ojeda, Natala Sosa Ayala, a la que le han dedicado el Día de las Letras Canarias, el día 21 de febrero, de este año 2021; o poetas que escriben actualmente con gran reconocimiento: Elsa López, Cecilia Domínguez Luis, Andrea Abreu, Alicia Llarena, Acerina Cruz…
Hay muchísima calidad poética en Canarias con nombre de mujer.

Rebeca, ¿qué diferencias principales aprecias, en cuanto a imaginario y técnica, entre tu yo poético y tu yo narrativo? Desde el extremo opuesto, ¿en qué puntos dirías que se tocan tus habilidades para la Fantasía y para la Lírica?
Respuesta: Cuando escribo, tanto en prosa como en verso, me centro en aquello que me hace sentir cosas extraordinarias, como el hogar, la ilusión o el amor. Para la narración tengo mucha más imaginación e ideas. En poesía escribo en un tono más intimista, más yo misma, y me cuesta mucho que las ideas broten en mi mente. En ambos géneros puedo contar una historia, pero la manera de hacerlo no es la misma.

Pregunta Rebeca a Beatriz: «¿Cuándo decidiste que la poesía era importante para ti?«
Respuesta: La poesía comenzó a ser importante para mí desde muy pequeña: mi padre siempre ha escrito para sí mismo y mi madre tiene un amor tan inmenso hacia los suyos que siempre he creído que era poesía.
Comencé a leer poesía en torno a los 13-14 años, desde entonces no he podido vivir sin ella: lectura, inspiración, aprendizaje y escritura. Pasos que doy cuando decido escribir en una libreta que tengo solo para poemas, cuando me atrevo a presentarme a antologías o premios; y cuando escribo en mi blog de WordPress: Reflejos de un camino.
Creo que nunca dejará de ser importante para mi psique e identidad.
Pregunta Beatriz a Rebeca: «¿Qué significado personal tiene para ti la inspiración?, ¿lo identificas con alguna emoción, sentimiento o sensación?, ¿tienes alguna costumbre para inspirarte y hacer poesía?»
Respuesta: La inspiración no la fuerzo, dejo que salga sola, en cualquier momento o en cualquier lugar. No sé si lo identifico exactamente con algún estímulo, pero cuando me sale es porque el tema que quiero tratar es importante para mí. En eso me inspiro, en lo que me importa. De ahí que quisiese participar en una iniciativa donde podía ser yo misma, contar por qué soy quien soy, de quién aprendí lo que sé o dónde: en mi casa del pueblo, en Moreruela de Tábara.
¿Cuáles son vuestros proyectos literarios a corto, medio y largo plazo?
Beatriz Morales: Ahora mismo mi proyecto personal se centra en publicar en distintas revistas, antologías o colaboraciones que se puedan hacer en medios que busquen aportaciones (relatos cortos, poesía, artículos de opinión…), ya que es algo que me apasiona y en lo que tengo un poquito de experiencia, además de que me gustaría seguir creciendo en este sector.
A medio plazo, me gustaría publicar un poemario inédito que tengo, lo escribí durante el confinamiento y ahora lo he vuelto a revisar, a reescribir y me haría mucha ilusión publicarlo durante este año 2021. Se titula Jaulas y estados de resiliencia.
Y a largo plazo, me encantaría dedicarme plenamente a la cultura: escribir poemarios, colaboraciones, alguna novela…Pero me lo tomo con paciencia, paso a paso, con ilusión y buscando vías para dedicarme a la cultura y a la escritura.
Rebeca Fernández: Seguir con la poesía. La Carmensita me ha dado el impulso que necesitaba para cultivar más este género, ya que siempre me he decantado por la novela. Así, el día que me dijeron que estaba seleccionada me prometí escribir sobre aquello que de niña vi y me contaron y, a partir de ahí, dedicar versos a todo lo que siento al pensar en mi historia, en mi vida, en donde he crecido y con quienes. Por eso, estoy inmersa en un poemario que, no sé dónde terminará, pero sé lo que quiero que contengan esas páginas: mi esencia y el encanto de la tierra donde nací. A largo plazo, ¿quién lo sabe…?