
Banksy vende. Si conoces la obra del artista callejero más internacional y más popular de las últimas décadas sabes que sus exposiciones, sean autorizadas o no, venden. Son rentables.
¿Con esto qué quiero decir? Que si el propio Banksy dice que ha guardado sus heces en un tarro y que las vende a 1000 libras los 100 gr, habría un montón de locos comprándolas. Porque Banksy vende y todo lo que toca tiene símbolo del dólar (o de libra).
Es en este punto en que me pone en una tesitura que no me gusta, porque de la expo que vengo a hablar, ubicada en Madrid, es no autorizada y ha sido organizada con obras suyas de compradores anónimos que se han gastado sus buenos euros (o libras) en comprar serigrafías y otro tipo de reproducciones del artista, pero que realmente no carecen de valor.
Además, recordemos que en 2018 hubo una exposición del mismo autor en IFEMA con hasta trozos de paredes. Porque si Banksy pinta en tu salón no es tu casa la que se revaloriza, sino ese montón de ladrillo y cemento que ha tocado su spray.
Y en esta tesitura de la que os hablaba antes y que aún no he desvelado es a partir de la que me siento totalmente ruin por ver una obra (serigrafía) de un artista callejero con renombre a favor de un colectivo de compradores de arte que persiguen a Banksy y sus obras como aves carroñeras.
Qué hater parezco en el último párrafo, pero es lo que pienso. Jamás he visto una persecución como la que hay por las obras de Banksy, que arman tanto revuelo. La verdad es que podría escribir sólo un artículo comentando por qué odio el mundo del arte y por qué odio esa mercantilizacion de un arte callejero para el uso y disfrute de gente que yo creo que: ni lo entiende ni valora el trabajo del artista que se sacrifica en las calles para reivindicar ciertos mensajes.
¡Pero bueno! Una parte de la expo te acerca a las reivindicaciones del artista respecto a sus trabajos con Greenpeace, el hotel que construyó en Belén o su gran parque de (des)atracciones que fue Dismaland. Algo poco transitable en las exposiciones (reitero) NADA autorizadas por el artista.
Así que aquí me encuentro en una disyuntiva: recomendárosla o pediros que no vayáis. Porque como artista y mujer crecida y rodeada de artistas callejeros sé que sus obras no están realizadas para estar en exposiciones, están para reivindicar desde la calle, están para la gente de a pie, para que disfruten sus ojos y les hagan pensar.
Así que, con sinceridad, haced lo que os salga del parrús; total, cada uno es libre de sus actos.
-Rut Alameda para Altavoz Cultural-