-Altavoz Cultural, septiembre 2021-

Eve Mae

Isabel Garmón

PatrideBlas

Héctor R. Asperilla

¿Qué rasgos principales destacaríais de vuestro arte a modo de presentación básica de vuestro estilo e identidad creativa?

Eve Mae: Destacaría la versatilidad y adaptabilidad, soy capaz de adaptarme a estilos muy variados y además tengo facilidad para transmitir emociones complejas a través de mi arte.

Mi identidad creativa además está relacionada con el agua y el viento, veréis que mi imagotipo es una mariposa azul, todo esto tiene mucha simbología, y hay varias ilustraciones muy reconocibles en mis redes sociales y mi web que están ligadas a ambos elementos, me identifico con muchas de sus cualidades.

Isabel Garmón: Los rasgos principales que destacaría de mi trabajo son el color y la textura. Para mí es muy importante crear un interés de entretenimiento sobre el espectador, así que uso principalmente la textura en mi obra para que pueda jugar. El color me identifica como persona, la gente que me conoce ve que soy una persona de “color”, vibro e irradio energía en la misma manera que los colores lo hacen. Además, el color me ayuda a relatar la historia de mis retratados. Y si he de escoger un color que me represente, sin duda, es el amarillo, el color principal de la luz, siempre quiero que aparezca en mi obra. Y si pienso más a fondo, el amarillo es un color que me evoca las culturas antiguas, así que hacerles un guiño desde mi posición contemporánea me hace realmente ilusión, ya que creo una conexión directa hacia ellas a través de la línea del tiempo.

La textura que incorporo a mis obras tiene en realidad un doble sentido: además de dejar que el espectador juegue con la variedad de relieves, trabajo sobre la identidad de la partícula en movimiento. Me fascina pensar que los elementos que se presentan ante nuestros ojos con apariencia sólida a nivel nanoscópico en realidad son partículas en movimiento e incluso con espacios-vacío entre ellas. Este concepto maravilla mi mente y de alguna manera sé que me influye para que este lenguaje de color y texturas forme parte de mi identidad como pintora.

PatrideBlas: La gente que me conoce me dice que tengo un “estilo” característico, ¡pero a mí aún me cuesta verlo! Sí podría decir que el leitmotiv en mis ilustraciones es un aire infantil con toques mágicos y de fantasía. No llega a ser cartoon, pero no es ni mucho menos realista. Aunque creo que el resultado depende mucho del proyecto que tenga delante, ya que creo que la ilustración debe adaptarse al proyecto que ilustra.

Héctor R. Asperilla: Ufff, esto es algo complicado. Creo que mi estilo debe definirlo quien ve mis trabajos, porque soy muy caótico y jamás pienso en mi obra en términos de estilo. Simplemente me pongo a trabajar sin pensar.

Sí es cierto que tengo claros los estilos que me gustan y los que no (incluso los que, directamente, aborrezco o detesto).

Haciendo un esfuerzo, puedo decir que soy nervioso e impaciente, que no se van a encontrar muchas líneas en mis trabajos (pensando en ellas como trazos para definir formas) y que me gusta empezar directamente con el color y las pinceladas, dejando que mis pinturas sean orgánicas. En general tiendo al “realismo” más que a la abstracción (porque es lo que se demanda) y me dejo llevar por mi forma de ver las cosas, poniendo mucha imaginación en el proceso (me gusta interpretar a mi manera las obras que voy a ilustrar y cuando hago trabajos propios la experimentación es fundamental para mí).

Más allá de esto, pienso que han de ser el resto de personas quienes me definan y, si tengo un toque propio, digan cuál es (yo no sabría definirlo).

¿Cómo valoráis el mercado actual post-pandemia y cómo creéis que evolucionará a partir de este momento?

Eve Mae: Desde mi punto de vista, que trabajo para el mercado internacional, veo claro que la pandemia ha afectado a nivel de producción, las editoriales se contienen algo más para apostar por proyectos a fin de recuperarse de los daños colaterales de la pandemia, también se han visto recortes sin precedentes en la plantilla de grandes empresas (recordemos los despidos de DC Comics en agosto del año pasado, por ejemplo).

Diría que la perspectiva es de una paulatina recuperación.

Isabel Garmón: La pandemia sigue estando así que no puedo pensar en un “post” y sinceramente no tengo ni idea de cómo puede evolucionar a partir de este momento. Aunque hay algo que me hace intuir ahora mismo que si como consumidores el mercado cada vez demanda más producto “handcraft made” puede empezar a valorarse de nuevo y con más fuerza la propuesta de pintura tradicional. Esta circunstancia que vivimos representa un cambio de época y por tanto de valores y necesidades. Empezamos a ser más conscientes de lo importante que es cuidar todo lo que tenemos, conocido y desconocido, llevándonos a crear una mayor presencia en cada acto que realizamos.

Pienso que empezamos una era donde la imaginación está ganando terreno al fotorrealismo. Voy a ser dura y voy a criticar el fotorrealismo como una manera de “no pintura”. Una moda que ha dado espacio a propuestas artísticas sin profundidad ni sentido, ya que la pintura ha de ser procesada y no copiada. Confío en que esta nueva era post-pandemia eleve el sentido real de pintura y dignifique con respeto al pintor como un ser con amplio conocimiento de técnica al servicio de su imaginación.

PatrideBlas: Desde que llegó la pandemia muchxs artistas nos hemos tenido que reinventar, ya que muchos proyectos se pararon o cancelaron. Una de las vías más comunes que he visto ha sido abrir tienda online (o en su defecto, hacer venta a través de las redes sociales que lo permiten). Creo que las tiendas online van a ser uno de los pilares fundamentales de ahora en adelante para lxs pequeñxs artistas en el mercado.

Antes era más común participar presencialmente en mercadillos, eventos sociales… ¡y estoy segura de que volverán!, pero compartirán espacio con los mercados y eventos online.

Héctor R. Asperilla: La pandemia ha sido una verdadera bomba social, a partir de la cual muchas cosas han cambiado o se han “radicalizado”.

Por una parte, mi experiencia personal “profesional” no va mucho más atrás en el tiempo, pero creo que durante este convulso año y pico que llevamos el mercado se está afianzando a nivel digital. Si desde unos años a esta parte los contactos y el trabajo ya se estaban transformando en un trabajo a distancia en el que los soportes físicos quedaban en un segundo plano, con la pandemia se ha acelerado el proceso.

Por otro lado, yo trabajo principalmente con editoriales pequeñas y autores independientes, alejados de los grandes monstruos. La pandemia ha supuesto, para muchísimos de estos editores y autores, un gran obstáculo económico. En esta situación y pensando en el arte como un bien de mercado, las compensaciones económicas a las que se puede optar creo que, durante una buena temporada, se van a ver muy afectadas.

En este sentido las grandes editoriales o las empresas de creación de contenido con más renombre no creo que hayan sufrido lo mismo (más bien se han visto beneficiadas). Así que podría suponer que vincularse a una de ellas puede generar más rendimiento económico.

Aun siendo como soy un verdadero profano en materia económica más allá de la propia de mi hogar, puedo intuir que se va a producir una polarización grandísima en el mercado del arte.

¿Cuál es vuestro concepto de éxito en el ámbito de la ilustración y el arte gráfico?

Eve Mae: Éxito para mí es encontrar el punto exacto de equilibrio y tranquilidad entre tus metas, tus auto-exigencias y lo que deseas conseguir, e irlo logrando paso a paso. Poder llegar al público, que se difundan tus creaciones, que te paguen lo que mereces acorde a la calidad de tu trabajo y que lo que ganes, por mucho o poco que sea, te permita vivir de ello.

Isabel Garmón: El éxito viene con la combinación de: seguridad, constancia y autocrítica. Se ha de tener bien claro dónde se quiere llegar y dar cada paso con mucha seguridad. Ser humilde pero sin permitir perder el sentido de valorar la calidad actual de tu trabajo. Hay que vivir con la cabeza bien alta y siendo muy consciente de lo que eres capaz de ofrecer al mundo. 

Esto es una carrera de fondo y no se puede parar. Lo primero es aprender la técnica y trabajar a la par tu creatividad para que no se duerma. Y no parar de experimentar porque has de tener algo bien claro: quieres crear obra honesta y verdadera, que hable de ti y no de otros, y la única manera de conseguirlo es explorar los caminos que te llevarán a encontrarte contigo misma.

PatrideBlas: A mi juicio, el concepto de éxito en arte e ilustración es un tema delicado. Ahora mismo, sobrevivir dedicándote cien por cien a este trabajo es ya un éxito en sí mismo.

Muchas veces nos marcamos como referentes artistas muy top que exponen en grandes galerías, trabajan con marcas mundiales y publican un libro tras otro. Pero esa gente, aunque está bien tenerla como referencia, no tiene por qué ser la meta. La persona que es capaz de pagar una casa, poder ahorrar y disfrutar de su tiempo de ocio, dedicando su trabajo a ser ilustrador/a para mí es sinónimo de éxito. 

Héctor R. Asperilla: Mi concepto es muy sencillo: gustar.

Creo que, si un trabajo gusta, el resto de cuestiones vienen solas. Evidentemente el objetivo, además de dar rienda a una actividad creativa, es poder vivir de ello. Se puede, relativamente, vivir de la ilustración, arte gráfico y arte en general haciendo trabajos correctos que simplemente cumplan su función.

Si tu trabajo va más allá y gusta se abren muchas puertas. Evidentemente, esto no viene solo y requiere una formación constante.

¿Cómo creéis que repercute en el acercamiento de vuestro trabajo al público la utilización de medios virtuales (página web, redes sociales…)?

Eve Mae: Para mí es de vital importancia, las redes sociales han sido mi escaparate desde el minuto uno y han sido el epicentro de mis oportunidades laborales, sin ellas no hubiera alcanzado ni la mitad de logros profesionales que he conseguido.

Isabel Garmón: Al final es como una tarjeta de visita, ¿no? Tienes una dirección que ofrecer a la gente para que puedan ver tu trabajo. Las redes sociales de alguna manera te mantienen “activo” y logras llegar a mucha gente, por eso en términos de publicidad son muy buenas. Pero las redes sociales no deben quitarte tiempo, han de ser un apoyo para promocionar tu trabajo, sin más. Das las gracias por los seguidores pero que no sea una obsesión conseguir el gran número deseado. Hemos de centrarnos en nuestro trabajo y en dar lo mejor de nosotros para que el público disfrute de nuestra obra.

PatrideBlas: Las redes sociales son una herramienta maravillosa y a la vez la peor herramienta que puedas usar. Me explico. Gracias a las redes sociales como Instagram o TikTok puedes llegar a conectar con gente maravillosa que descubre tu trabajo y además pueden convertirse en grandes compañeros/as aunque vivan en otro continente. Es genial que existan estas herramientas para poder mostrar tu trabajo ya que antes o lo publicabas en revistas, te financiabas tu propio fanzine, o no había manera de que la gente más allá de tus conocidos accedieran a tu trabajo. Sin las redes sociales o página web, el 90% de mis proyectos no hubieran sido posibles.

Pero también supone una carga extra a tu trabajo (comunicación, márketing, SEO…) que no se tiene en cuenta por parte del público. Las RRSS cambian a un ritmo gigantesco (pj. Instagram y su famoso algoritmo), lo que te hace casi esclavo/a de ello para que la gente simplemente vea tu trabajo (dejemos de lado el tema de la interacción, los likes y demás). Y luego está el tema de que cada vez más marcas y empresas se rigen por los seguidores que tienes en vez de la calidad de tu trabajo o afinidad con su proyecto.

Héctor R. Asperilla: Esta cuestión suele ser recurrente en las conversaciones. Es una pregunta muy interesante e importante. En primer lugar, siempre he creído que las RRSS y otros medios virtuales son una manera excelente de darse a conocer. Hoy en día muy poca gente está desconectada y el principal “escaparate” con el que, en mi opinión, contamos en el mundo del arte es el digital.

En mi caso podríamos decir que, de partida, es el único medio, ya que la práctica totalidad de mi trabajo es completamente digital, sin un soporte físico.

Se puede usar ese mundo virtual para organizar un portafolio o una página web donde mostrar en detalle nuestro trabajo sin tener que cargar con impresiones, almacenar material y demás.

Estos medios virtuales ofrecen también unas herramientas fabulosas para ponernos en contacto con autores, editores, productores y demás gente directamente interesada en nuestro trabajo. Además, te permiten, en última instancia, acercarte al público general.

Es decir, creo que es una forma de comunicación y difusión excelente, que permite una cercanía que hasta hace unos años era impensable.

Por supuesto, estos medios exigen un esfuerzo, porque has de estar vivo y actualizado, has de comunicarte y ser capaz de lidiar con muchos problemas (que los hay).

En lo personal, me han permitido darme a conocer y, al mismo tiempo, conocer a otros. El acercamiento de mi trabajo a la gente ha sido enorme, rapidísimo y muy satisfactorio. Por ello no puedo más que ver de forma muy positiva la existencia y evolución de los medios virtuales.

A estas alturas, ¿qué sentís que debe hacerse desde las instituciones para contribuir a una mejoría en cuanto a condiciones, recursos y oportunidades para quienes deseen volcar su vida en una carrera artística?

Eve Mae: Hace tiempo se oían campanas de un estatuto de artista, y yo estoy deseando que llegue el día que vea la luz esa promesa. La cultura necesita protección, precisamos una regularización firme y coherente de nuestros derechos y obligaciones como profesionales y llegar a un acuerdo que nos proteja tanto a nosotros/as como creadores como a nuestras creaciones, para que la audiencia disfrute de un arte creado en condiciones justas. Proteger nuestro legado cultural y velar por el bienestar de nuestros creadores contribuirá en la mejora de las condiciones para que en el futuro sea más fácil consolidar un tejido empresarial, algo que dará la oportunidad a que los artistas y creadores no se vean en la obligación de abandonar el país y a que lo que se ha invertido en educación y se ha gestado aquí aflore aquí.

Isabel Garmón: Sin duda, mejorar el sistema público de enseñanza. Desde mi punto de vista deja bastante que desear. La gran mayoría de docentes dan clases de las que no son profesionales y no enseñan desde una posición práctica. La enseñanza es una gran responsabilidad y se debe ofrecer lo mejor de lo mejor. El estado y los ayuntamientos dan becas, de modo que pienso que hay acceso, el problema es que hay muchísimos candidatos y las pruebas para acceder a ellas no son muy específicas, así que quizás compites con gente de audiovisual cuando tú eres pintor de lienzo, y así no se puede competir porque no se puede valorar lo mismo. Las artes han perdido rumbo porque se ha abierto un saco donde entra todo. Pienso que debería definirse mejor.

PatrideBlas: Invertir más recursos en cultura, sin duda alguna. En teatro, cine, escuelas de animación, becas para estudiantes, proyectos artísticos… Fomentar proyectos artísticos donde la colaboración entre artistas sea la clave, ya que de ahí luego surgen más y más proyectos. Una persona en potencia de ser artista (música, pintora, ilustradora, actriz, bailarina…) necesita tener un entorno donde expresarse e intercambiar inquietudes con gente afín. Si solo te relacionas con gente ajena a este mundo, es mucho más difícil que surja esa necesidad. Y por supuesto mucha información de las salidas profesionales que hay en el mercado.

Héctor R. Asperilla: Creo que lo primero que hay que solucionar es un problema fundamental: la educación. Esta tiene unas carencias importantísimas. No hablo siquiera de introducir en el sistema educativo la creación artística como tal (que se ha limitado siempre a los trabajos de manualidades). Hablo de introducir una visualización mayor del arte en sí, de la importancia social que tienen a lo largo de la historia las expresiones creativas. 

El problema que yo veo es que la gente no considera al arte, más allá de los clásicos, como algo que tenga utilidad o importancia.

Además de esto, creo fundamental que la gente comience a ver las carreras artísticas (en el amplio sentido de la palabra, no solo como estudios académicos) al mismo nivel y con la misma relevancia que otros trabajos: una ocupación más, igual de necesaria e importante que un trabajador de la industria, de un centro sanitario, de un servicio en la ciudad o de una labor agrícola.

Despejar la mente con lectura, cine o cualquier actividad es fundamental y el arte es algo que contribuye en una medida extraordinaria a ello.

Si institucionalmente se comienza a trabajar por un cambio de mentalidad en la sociedad y se consigue equiparar el arte con el resto de actividades sociales, el acceso a recursos, mejora de condiciones y oportunidades se pondrían al mismo nivel.

En mi modo de ver las cosas, no se trata de inyectar más ayudas económicas o materiales (que en la mayoría de los casos acabarán acaparados por quien tiene ya un currículum de gran peso y unos medios más que suficientes), sino de tener los mismos accesos y oportunidades que pueda tener cualquier otra carrera o salida profesional. Y esto depende mucho del concepto que tiene la sociedad sobre el arte, concepto que hunde sus raíces en la educación.

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