Vicente Ortiz e Irene Callejas

-Altavoz Cultural, 2021-

¿Cómo recibís la inclusión de vuestro relato en Transfórmate o muere: una antología licántropa (Territorio Extrañer; Pipa y Chancla Ediciones) y qué primera impresión os deja la obra completa?

Vicente Ortiz: Para ser sinceros, yo entré de rebote en la antología. Llegué como “becario” al podcast Territorio Exrtrañer en Navidad, aunque tardé un poco en asomar la patita. Por entonces ya estaba cociéndose la idea y no tuvieron más remedio que incluirme. Daños colaterales.

La impresión de la obra ha sido una auténtica sorpresa desde el primer día en que se hizo pública. Más allá de las buenas críticas o de superar las 300 descargas en solo unas semanas, sinceramente, el conjunto de textos hace que sea una compilación de calidad.

Irene Callejas: Solo tengo motivos para celebrar haber participado en la antología, puedo decir que ha sido transformadora, ja, ja. Creo que a veces se nos olvida el valor de haber concentrado los relatos de escritores tan diferentes y únicos en un libro preparado con tanto mimo.

¿Qué representa a vuestros ojos la figura del licántropo y qué es lo que más os atrae de ella? ¿Qué obras -sea literatura, sea cine o cualquier otro formato- recomendaríais a los lectores de la antología?

VO: La figura del licántropo, como la de otros seres mitológicos, siempre ha estado muy presente desde que tengo memoria, quizá porque no tenemos ese personaje patrio con fuerza dentro de la criptozoología que sí tienen en otros países. Representa a un monstruo, pero a diferencia de otros, este también es un humano. En ese contraste con otros entes está la atracción por el hombre lobo. 

La película Un hombre lobo americano en Londres sería mi recomendación.

IC: Para mí, el licántropo es una condena equivocada, y en realidad sugiere un tipo de liberación de las cadenas humanas. Paradójicamente, lo primero que hace un humano liberado de su especie es rebelarse contra ella. Da algo que pensar… 

Para los que quieran escaparse por las aristas del terror hacia el surrealismo, recomiendo Albina y los hombres-perro, de Jodorowski. Deliciosamente alocada.

¿Qué texto integrado en la antología licántropa os ha sorprendido especialmente y por qué?

VO: Me han sorprendido muchos, sobre todo por la variedad de estilos. El de Irene es una maravilla; de hecho, ya está hecha una versión sonora para el podcast, pero quizá el que más me ha sorprendido es Noche de juegos, de Tania Huerta.

IC: Creo que lo que hace especial a la antología es la variedad de bestias y autores. Es molesto decidirse por alguno. Me ha impactado el relato de José Luis, con esas frases cortas como colmillos finísimos. La estructura narrativa del texto de Elena Romea también merece unas palabras.

¿Cómo os iniciáis en la Literatura de Terror y qué ventajas os ofrece el relato como medio expresivo? ¿Dónde podemos encontraros y leeros?

VO: Como lector, no sé en qué momento me empecé a decantar por el terror, imagino que de forma inconsciente fui filtrando géneros y llegué sin darme cuenta. Como escritor, desde el minuto uno, aunque también he escrito otras cosas.

El relato como medio expresivo lo tiene todo. Es corto, directo, sin las florituras que una historia larga requiere, a veces innecesarias. Es donde más cómodo me siento y lo que más me entretiene. En mi blog http://vicenteortizrelatos.blogspot.com/  suelo colgar casi todo lo que escribo.

IC: Aunque esto va algo contra corriente, para mí el terror no ha sido un género base, pero sí una forma de afrontar distintas historias. El miedo es una emoción tan intensa que no debe ser desperdiciada en ningún género.

Vicente, ¿cuánto autobiografismo -más o menos directo- podemos encontrar en El afilador respecto de su localización geográfica, las relaciones sociales que proyecta y el modus vivendi de su protagonista?

Respuesta: Lo único que podría asociarme al relato es que soy extremeño y quería que la historia se desarrollara en mi tierra. Luego lo de Las Hurdes, con sus misterios y sus seres mitológicos vino rodado, aunque me tomé muchas licencias con el Machu Lanú y la Chancalaera. Galicia también me parece un sitio ideal para ambientar historias rurales de este tipo, por eso el protagonista viene de allí.

Irene, el giro de Amor de verano es impactante. ¿De qué fuentes de inspiración bebe tu relato y cómo fue su proceso creativo desde cero?

Respuesta: El relato bebe de la acumulación de contrastes: la de las clases sociales, la de los géneros y, en último lugar, la de la bestia y la persona, si es que realmente son tan diferentes. Me gustaba la idea de fusionar todos esos polos en un escenario absurdo.

Irene pregunta a Vicente: «Vicente, tus bestias son familia, quizás pareja. Hay cierta ternura cuando la sangre estalla. ¿Nos están contando otra historia más allá del relato?»

Respuesta: Tú que escribes, imagino que este tipo de dudas a veces las buscas y otras surgen sin querer. En este caso he buscado cierta ambigüedad entre la pareja o la madre y su hijo, pero realmente nada más allá; sin embargo, me gusta la idea de que se pueda creer que hay algo más. Soy un crack para hacer desaparecer la magia.

Vicente pregunta a Irene: «Si dentro de un tiempo los locuelos de Territorio Extrañer te contactaran para que volvieras a participar en una nueva antología, ¿de qué temática te gustaría que tratara?»

Respuesta: ¡Participaría encantada en casi cualquier cosa! Me pierden las historias de losers y fracasados, tengo una afinidad y una debilidad natural por ellos. Una antología de la mediocridad me chiflaría.

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