
-Ghetto Blaster Marzo 2022-
Saludos, querido lector, querida lectora. En este mes de la mujer pensé en traer la reseña de Food for Thought, el último trabajo de Ché Noir. Si bien no puedo dejar de recomendároslo, el pasado 19 de febrero asistí al concierto de Las Ninyas del Corro en Madrid, el cual me dio bastante para reflexionar.
En primer lugar: qué pedazo de directo tienen Las Ninyas. Fue su primera vez en Madrid en solitario y se metieron la capi en el bolsillo. Con invitados de lujo, en especial las Free Sis Mafia, dieron un espectáculo brutal, concluyendo con un emotivo homenaje a Gata Cattana. Y aproximadamente la mitad del aforo (que, por cierto, hicieron sold out en la sala Independance) eran mujeres.
Este hecho no me sorprendió, ya que tanto Las Ninyas como las Freesis me parecen las figuras femeninas referentes del panorama actual. Lo que sí hizo es que me alegrase por la dirección en la que discurre la cultura. Siempre ha habido mujeres en el hip hop, como bien contaba en el artículo del año pasado por estas fechas, incluso en España. Recuerdo en mis comienzos llevar el Gancho Perfecto de Ariana Puello en mi MP3, por ejemplo. Pero sí que creo que estas mujeres, aunque han tenido todo el respeto de los oyentes y quiero pensar que también de los artistas, nunca tuvieron el foco que se merecían.
Pienso que en la “””música urbana””” mainstream el modelo de artista femenina que se ha promovido es el de cantante-bailarina-espectáculo de variedades. No recuerdo qué rapera decía hace poco por Twitter que a un tío se le pedía cantar y a una tía cantar, bailar y dar un show enérgico, y creo que dio en el clavo. En cuanto a estilo, si bien el trap ha sido desde mi punto de vista más igualitario, las mujeres quedaban “””relegadas””” al reggaetón, al dancehall, al R&B o a estilos más pop, pero nunca se acreditó suficiente a las mujeres (que espero que nadie piense que no las hubo) que hacían rap más under. No creo que haga falta aclararlo, pero, por si acaso, no quiero que esto suene como denostar estos estilos: a mí también me flipan La Zowi y Bad Gyal, por citar a mis dos más escuchadas.
Es por esto por lo que no puedo sino celebrar que LNDC, Free Sis Mafia y tantas otras se estén convirtiendo en el referente femenino que la escena necesitaba y que acerquen su estilo a muchas más mujeres de lo que harían (o hacen) artistas masculinos. Que a las tías por fin no les dé palo ir a un concierto de rap porque esté lleno de rappers babosos. Y siguiendo este pensamiento agradezco también que vengan a abrir las ventanas para ventilar ciertos sectores rancios de esta cultura (que aunque pueda sorprender los sigue habiendo), plagados de estereotipos misóginos.
En fin, por ir concluyendo, os recomiendo que escuchéis a más tías, las valoréis y como público les deis el crédito que merecen. No seáis paternalistas. Y es que, como digo en el título, el rap femenino no existe: existen mujeres haciendo rap. Cuidaos mucho, un abrazo y nos leemos el mes que viene.
Mikel Alonso de Armiño