-la review-

Saludos, querido lector, querida lectora. Desde la última vez que nos leímos la cosa ha estado calentita en cuanto a lanzamientos de rap se refiere y mi intención era traeros mi reseña del disco de moda: BBO de Hoke y Louis Amoeba. Sin embargo, visto el debate que suscitó y los ríos de tinta que ya se han vertido sobre el tema, he preferido venir a hablaros de otra referencia independiente patria. Hoy os traigo la reseña de Proyecto Hambre, el nuevo disco de los chavales de Dolores y Mazmorras.
Si el lector o lectora está puesto en el underground andaluz, sin duda ya conocerá este nombre. Para los que no, Hide Tyson, Sokez y Trozos de Groove forman este colectivo malagueño (fichad su serie de colaboraciones Los niños del Afromarket) caracterizado por plasmar en sus letras la realidad material de su entorno. Y es que el título de Proyecto Hambre es toda una declaración de lo que vamos a encontrar en el disco: letras crudas que narran cómo es crecer y vivir en un barrio marginal azotado por la droga y la precariedad. Sokez y Tyson esbozan un retrato crudo y sin paternalismos en el que nadie está a salvo de la influencia de un mundo corrompido, donde la esperanza es una luz tenue y la vida se vive día a día. La crítica social está presente a lo largo de los quince cortes que componen el disco, una crítica desgarradora surgida de las mismas entrañas de los hijos de un sistema que los mastica hasta extraer sus últimas energías para luego escupirlos y abandonarlos a su suerte.
La producción de Trozos de Groove es una maravilla. Las influencias andaluzas se palpan a lo largo de todo el trabajo, marco perfecto para las colaboraciones de Saray Vargas y Moneo. Sin embargo, me sorprendió el toque electrónico que tienen varios temas (ojo a De mi medallón, que se cuela entre mis beats favoritos del año).
En conclusión, Proyecto Hambre es un trabajo que surge de la rabia y el dolor, pero también del amor. De un amor que tan bien conocen en Andalucía y que los que venimos de entornos parecidos sabemos que es el más puro: el amor del que comparte lo poco que tiene, la solidaridad que surge desde abajo para con los de abajo. Y me vais a permitir ponerme sensible, pero es un disco muy bonito con momentos que me han conmovido profundamente. Máximo respeto para Dolores y Mazmorras por este disco, sin duda mi favorito en lo que llevamos de año y que no paro de escuchar en bucle desde su lanzamiento. Espero que si no lo habéis hecho ya, le deis una escucha y aprovechéis para profundizar en su discografía. Y espero de corazón que la disfrutéis tanto como yo lo hago. Cuidaos mucho, nos leemos el mes que viene.
Mikel Alonso de Armiño al aparato de Ghetto Blaster