Coloquio de autoras: Pilar Adón y Tamara Romero

-InLimbo & Altavoz Cultural-

-Jornadas de la Mujer 2023-

¿Cómo recibís vuestra invitación a participar en esta feroz antología de terror labrado desde y hacia la figura de la mujer? ¿Qué ha sido lo que más os ha satisfecho de esta experiencia y qué ha sido lo que os ha resultado más difícil de afrontar respecto de la participación de vuestros textos?

Pilar Adón: Recibí la invitación por parte de la editorial mediante correo electrónico con una explicación muy clara y extensa de la idea, las motivaciones de publicar un libro como éste y una previsión de autoras con las que se quería contar, además de otras ya confirmadas. El proyecto enseguida me pareció interesante porque aspira a poner el acento en una escritura que se vincula a la de autoras esenciales que me interesan mucho por su tratamiento de los ambientes y los personajes, como Mary Shelley, Emily Brontë, Daphne du Maurier, Shirley Jackson, por mencionar sólo nombres extranjeros, para las que, además, la naturaleza juega un papel esencial. El tratamiento de este tema por parte de las escritoras viene de antiguo y me pareció muy buena idea la de publicar un libro que entroncara con esa tradición.

Tamara Romero: Beatriz García Guirado contactó conmigo para proponerme estar en la antología con alguna de mis últimas historias. Conocía el artículo-germen que había publicado hace un tiempo en un medio digital, en el que defendía con fervor la existencia de una literatura creada por autoras que se sienten cómodas en los márgenes, algo alejadas de las tendencias actuales (ajenas, por ejemplo, al tema de la autoficción y el “narrarse a una misma”), y escrita en castellano.

Lo más satisfactorio de participar en estos proyectos colectivos es siempre descubrir a nuevas autoras, y tener la oportunidad de leer a las que ya conocía pero no había leído. Personalmente soy una enamorada del relato corto y las antologías son perfectas para hacer nuevos descubrimientos, sobre todo para mí, que siempre ando pidiendo recomendaciones.

Compartís espacio antológico con Cristina Fernández Cubas y Pilar Pedraza, entre otras, matriarcas legendarias del género ominoso. ¿Cómo creéis que fluye el espectro de voces desde las más experimentadas hasta las más nuevas, echando un vistazo a través de estos relatos a la mismísima evolución de las propuestas dentro de la literatura breve orientada a lo tétrico? ¿Qué autoras os han influenciado a vosotras particularmente en ese camino de construcción de vuestra propia voz?

PA: Estar con estas autoras que mencionáis, además de con las otras compañeras de la antología, es un lujo y un privilegio. Son referentes absolutos, y concretamente Cristina Fernández Cubas es una autora a la que admiro, respeto y tengo mucho cariño. A lo largo del libro, como los relatos se ordenan en función del año de nacimiento de cada autora, advertimos un mismo afán literario, y supongo que la mayor variación aparece en los relatos más actuales con el uso de las nuevas tecnologías y nuevos conceptos que en tiempos anteriores no existían. No obstante, esta consideración es poco relevante. Para mí lo esencial es que casi todos los cuentos beben esencialmente de la propia literatura, con afán de crear nuevos mundos e incidir en lo inquietante desde una perspectiva claramente literaria.

TR: Yo soy lectora ferviente de Pilar Pedraza, compro religiosamente todos sus libros cuando aparecen. La fase del rubí es una de mis novelas favoritas de siempre. Con Cristina aún no he profundizado. Personalmente me interesan las voces, o los matices de la voz de cada autora que conforman sus respectivos estilos, ya que los temas y las pequeñas obsesiones van variando con cada nueva generación de escritoras. Yo diría que Tanith Lee es una de las autoras que más me ha influenciado, sobre todo por su soberbia ética de trabajo y el compromiso férreo que tenía con su voz y con todos los mundos que creó. Ojalá se la traduzca más al castellano.

¿Qué relato incluido en Ellas, las extrañas os ha impresionado, por el motivo que fuere, de manera especialmente notable?

PA: He vuelto a leer el texto de Cristina Fernández Cubas, “El reloj de Bagdad”, y me ha vuelto a impresionar y a seducir. También me han gustado mucho los relatos de Marian Womack y Tamara Romero.

TR: Todos tienen su punctum pero personalmente destacaría Perros naranja de Marian Womack, por esa reminiscencia new weird de principios de los 2000. Me trae buenos recuerdos.

¿Qué manía extraña, qué palabra extraña y qué imagen extraña vinculáis de manera natural, espontánea, a vuestra literatura en sentido amplio y cuáles os resultan fáciles de reconocer respecto del proceso creativo de Plantas aéreas y Una buena amiga, vuestros relatos incluidos en esta antología?

PA: Mis imágenes suelen ser siempre las mismas: una casa aislada en la naturaleza, en la que vive una mujer sola o un grupo de mujeres que acogen a alguien externo a su comunidad. En el relato “Plantas aéreas” nos encontramos con un personaje principal que responde a este planteamiento desde el principio: una mujer que vive en un lugar evidentemente aislado, custodiada por un grupo de personas que, en principio, está ahí para ayudarla y lograr que se sienta mejor. La protagonista da paseos constantes por una naturaleza que no controla, hasta que se produce la exposición máxima de su intranquilidad y la demostración de que algo está sucediendo en su interior, el día en que se encuentra con alguien que en principio llega de fuera y viene a enfrentarla de manera directa con la imagen que tiene de sí misma.

TR: Una manía: el estudio de las sectas

Una palabra: ermitaño

Una imagen: una hoguera que no se apaga bajo la lluvia

En el caso de Una buena amiga: la cárcel como lo contrario a un espacio liminal, una microciudad; la carretera que conduce a esa cárcel, las plagas, la locura compartida o contagiosa y, sobre todo, el pánico social.

Pregunta a Pilar Adón: Disfrutamos de Plantas aéreas en La vida sumergida y nos ha encantado rememorar su fuerza en Ellas, las extrañas. ¿Cómo ha sido para ti este reencuentro intrapersonal y cómo dirías que ha crecido el texto en este tiempo desde su publicación original? ¿Qué ve Pilar Adón cuando mira más allá del azul del cielo y qué ve cuando mira más allá de la tierra enraizada bajo los pies?

Fotografía de Luis Niño

Respuesta: Al volver a leer el relato, pasado el tiempo, reconozco los paisajes, la relación con la naturaleza, sus pautas, sus ritmos, y la importancia que tienen en la historia. Pero, sobre todo, reconozco la presencia de la figura del doble, la dualidad: lo que queda dentro de la casa y lo que hay fuera. Lo que sucede en el mundo interior del personaje, sus querencias, sus miedos, sus expectativas, y lo que sucede más allá. Cómo se ve ella a sí misma y cómo la ven los demás. Esa discrepancia me fascina. Lo que creemos que está pasando y lo que pasa en realidad o, al menos, lo que perciben los demás que está pasando en realidad. Cómo las fronteras de nuestro cuerpo nos separan no sólo de los otros, sino del concepto de realidad, como si cada individuo la percibiera a su manera, pero como grupo, como sociedad, hubiéramos firmado un pacto por el cual hemos decidido que la realidad es una y consensuada, y a quien se atreva a disentir en voz alta hubiera que ponerle una etiqueta. Una carencia o un trastorno. Me interesa enormemente ese juego de perspectivas: lo que creemos que somos y cómo nos ven los demás.

Pregunta a Tamara Romero: Una buena amiga procede de tu también reciente publicación Objeto ancla. ¿Qué diferencias de comportamiento observas hacia tu texto respecto de los dos contextos con los que dialoga: cómo consideras que se comporta en Ellas, las extrañas en contraste con su espacio habitado en Objeto ancla, es decir, sobre una base comparativa entre una obra colectiva y una antología exclusivamente propia? ¿Cuál fue el estímulo creativo que te llevó a escribir sobre la historia de Margot y su inseparable visitante?

Respuesta: Me gustan mucho las historias carcelarias, así que ese fue mi punto de partida. Las cárceles me parecen sitios brutales. He visitado dos y nunca me las he quitado de la cabeza, ni los espacios en sí ni cómo me sentí dentro de ellas. Por lo general a la hora de abordar un relato o novela corta reúno varias ideas y trabajo con dos o tres en la misma historia. Me gusta ser generosa con eso, con utilizar varias premisas en el mismo texto, porque siempre confío en que aparecerán nuevos hilos de los que tirar. Y siempre aparecen. Una buena amiga es también la historia que abre mi libro de relatos Objeto ancla, pero en ese caso todas las historias están interconectadas. Los personajes secundarios de una historia son los protagonistas de otras, aunque todos funcionan de forma independiente.

Pregunta de Tamara a Pilar: «Cuando escribes ¿es «lo extraño» lo que persigue a tu historia o, por el contrario, eres tú misma quien lo busca hasta atraparlo e incorporarlo?»

Respuesta: Con frecuencia comento que ante todo me considero lectora, y escribo lo que me gustaría leer. Me interesan las historias en las que se me deja participar rellenando espacios, aportando mi propia experiencia personal, y como escritora pido lo mismo de los lectores. Todo esto está muy relacionado con el elemento de lo inquietante. Si los lectores sienten inquietud leyendo mis textos es porque aportan a la historia gran parte de la suya propia, van de la mano de los personajes y, así, en cierto modo, sus biografías se unen. Es algo que me interesa desde el primer relato que recuerdo haber escrito, de modo que forma parte de mi manera de entender la literatura.

Pregunta Pilar a Tamara: «En tus relatos planteas unas situaciones que resultan, a la vez, feroces y tiernas. Los personajes parecen perdidos, pero finalmente abren los ojos a la realidad del mundo y, con ellos, de su mano, el lector descubre también la belleza o la miseria de ese mismo mundo. Cuando te leo siento que voy en un trayecto por un terreno casi hipnótico, que muestra un paisaje amable a los lados, hasta que remata en una cuesta fascinante que me va a dejar sin aliento y a la vez maravillada. ¿Qué te divierte más: plantear esas atmósferas o dibujar la trama de tus relatos para dejar al lector en ese estado de admiración e inquietud?»

Respuesta: Me focalizo en la trama y en los personajes y que la atmósfera se cuele por los resquicios del relato. Me gusta también que los diálogos jueguen a favor de eso. Me gusta que mis personajes se hablen de una forma muy directa y un poco brutal. Suelen ser personajes desequilibrados, desasosegantes, y la forma en que interactúan me ayuda mucho a provocar esa sensación de inquietud en el lector.

¿Qué augurios arrojáis sobre el viaje de Ellas, las extrañas por el vasto panorama literario actual? Personalmente, ¿qué frutos esperáis de vuestra contribución y qué proyectos confesables tenéis entre manos a posteriori de esta obra coral?

PA: El hecho de que exista un libro como éste ya es una celebración. Personalmente, me alegra la posibilidad de tener estas magníficas compañeras de antología, y, además, me ha dado la oportunidad de descubrir nuevas voces que no conocía.

TR: Si al menos uno de los relatos sirve para que los lectores indaguen en la obra de cualquiera de las autoras que participan creo que ya habrá valido la pena. Me parece que el libro es una buena foto, un excelente testimonio de voces actuales que están contando historias peculiares e interesantes aquí mismo y ahora.

Ahora mismo estoy trabajando en una nueva novela. Es una especie de comedia weird veraniega en la que recupero un poco el tono fantástico de mis primeros libros.

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