Me despierto bostezando años,

zapatos mojados y planes

para una semana que comienza con retraso.

Párrafos aún no escritos, impresoras

dormidas y folios llenos de sueño.

Bostezando, que no es poco,

café negro y hojas blancas,

continentes que se acercan;

alioli, religión y fútbol, todo se repite.

Agostos que agonizan, documentos

de word apilados unos encima de otros

Me despierto bostezando opiniones

contradictorias y galletas resecas

y bases de datos agrías,

montañas tartamudas,

zapatillas de basket semienterradas

en el parquet de la habitación.

Me despierto bostezando un haz de luz

y un envés de sombras, una taza

de café tan negro que parece

un túnel puesto en pie, planes hechos

con la hierba que ha crecido donde ya he pisado,

un sueño arrugado y un prado recorrido

por un enjambre de buzones de correos

con bufanda, un arcoíris agridulce

y temporales encadenados.

Ma despierto bostezando una protesta diminuta

con vocación de crecer durante el día,

la herrumbre de fusiles que se han quedado afónicos.

Una tormenta de rayos catódicos, una lluvia

árida y polvorienta; interrogantes que se ponen

firmes, emails desparramados por el suelo.

Me despierto bostezando unos ojos de regalo.

¡¡Que los abra!! ¡¡Que los abra!!

Estas ganas viajeras de acompañarte

hasta el principio del mundo, donde un congreso

de astrolabios discuten a dónde dirigirse,

coches que no arrancan ni una triste sonrisa.

Me despierto bostezando un año más

y un año menos.

Pablo Llanos Urraca

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s