Virginia Woolf

Ilustrado por María Hesse

-Alfaguara IJ-

Una habitación propia de Virginia Woolf es uno de los libros más leídos y uno de esos libros importantes para el feminismo, típico libro que se cuela en todas las listas de 10 libros feministas que leerse y cosas por el estilo.

Es verdad que Una habitación propia es un clásico y que hay que leerlo pensando en qué momento está escrito y cómo era la sociedad de la época, sabiendo también la posición que tenía la autora y que tenía unos privilegios para la época que no todas las mujeres tenían, obviamente, y hay que ser tan objetivos con todo esto, pero no deja de ser un libro muy bien escrito y que dice verdades como puños para una sociedad tan asquerosa como la que vivió nuestra autora.

Dejando a un lado esta introducción, y centrándonos en un libro que representa una realidad, vamos a hablar de esta nueva edición, que la verdad es que es muy bonita.

Esta edición de Una habitación propia está ilustrada por María Hesse, y tiene un gran parecido en el formato de libro al famoso clásico de Seix Barral que todas tenemos en nuestra estantería, pero con unas ilustraciones maravillosas en negro en su interior de María escogidas con mucho amor y elegancia.

Por contaros un poquito, por si aún no habéis leído este clásico, Virginia Woolf nos habla de la realidad que tienen que vivir las mujeres de su época para escribir, publicar y tener un rato para sí mismas, dado que en esa época lo que se espera es que estén en casa cuidando de su marido y de sus hijos, sin una educación (dado que esta estaba establecida solo para los hombres y algunas mujeres con mucho dinero, como el caso de la autora) y cómo ella en su estudio de este libro va a la biblioteca y se encuentra con que los hombres tienen la extraña manía de hablar de las mujeres y escribir libros sobre ellas como si fueran profesionales sobre el cuerpo de las mujeres (cosa que, como sabemos, tiene que ver con que en aquella época el cuerpo y la realidad de la mujer eran una estafa, porque eran una mera herramienta de marketing para decir que las mujeres éramos malas y que solo servíamos para servir al marido y a los hijos) y que qué raro, ¿no? Que las mujeres no escriban sobre hombres como hacen ellos, o que las pocas autoras que tienen libros publicados con sus propios nombres escribieran sus libros sin salir de casa… Vamos, que en este diario-ensayo que nos presenta Woolf estamos ante un retrato de los pensamientos y la cotidianeidad que vivió la autora y como mujer en una sociedad patriarcal con olor a naftalina y sus quejas por la poca representación de las mujeres en la época.

Este libro es un clásico, dado que lo que le pasaba a Virginia en 1928 es aún un tema que las feministas tenemos sobre la mesa, y eso que en estos casi 100 años hemos avanzado algo en sacar a las mujeres de los cajones y demostrar que estábamos allí aunque no nos dejaran. Una maravilla.

Así que, si aún no has leído Una habitación propia de Virginia Woolf, esta edición ilustrada por María Hesse es una opción cien por cien recomendable.

Rut Alameda, directora de Altavoz Cultural

ENTREVISTA A MARÍA HESSE

Muchas gracias por concedernos esta entrevista, admirada María. Querríamos comenzar preguntándote acerca de cuándo y cómo descubres la obra de Virginia Woolf.

Hace mucho tiempo, pero creo que la primera vez que la conocí fue a través del cine. En el colegio e instituto no la estudiamos, de hecho recuerdo pocas autoras, ni siquiera españolas. 

¿Qué ha sido lo que te ha resultado más gratificante de trasladar a la dimensión gráfica Una habitación propia? ¿Qué ha sido lo que te ha resultado más complicado?

Yo siempre intento que la imagen nos aporte algo nuevo y que se entrelace con el texto. Los ensayos tienen más complejidad que otro tipo de literatura, pero me parece muy interesante. Pero, en cualquier caso, tener la oportunidad de ilustrar un libro como este es una maravilla.

Yendo al apartado más específico de las ilustraciones, ¿cómo ha sido su proceso creativo? Haciendo una panorámica de tu trayectoria incluida esta obra, ¿con qué técnicas y estilos te sientes más a gusto? ¿Qué es lo que más te atrae de la ilustración editorial?

Para los clásicos que hago con Alfagura tengo que trabajar siempre en blanco y negro, que es una técnica que me encanta y que me resulta muy elegante, lejos de artificio.

Por un lado, hay una parte de investigación sobre el contexto en el que se escribe, esto es fundamental. Y por otra me gusta jugar con la metáfora visual siempre que puedo, porque me parece que aporta algo nuevo.

Lo ideal es tener tiempo para poder experimentar técnicas nuevas. Habitualmente trabajo la tinta china y el gouache, pero para el libro nuevo introduzco el lápiz, que no había aparecido antes en lo que he publicado, y la verdad es que estoy entusiasmada.

Tengo el privilegio de dedicarme en su mayoría a la ilustración editorial, que sin duda es lo que más me gusta porque le tengo un profundo amor a los libros y a todo lo que supone.

Una habitación propia es uno de los textos más significativos para el Feminismo. ¿Cómo valoras la tendencia a adaptar cada vez más obras literarias al escenario ilustrado, que inevitablemente dota de riqueza y de una nueva piel al original, permitiendo su re-conocimiento para anteriores y nuevas lectoras? En esta línea, ¿cómo te sientes tú como artista implicada en ese traslado que por otra parte mantiene viva la necesidad de determinados discursos sociales?

Me parece genial, la verdad, porque creo que abre la puerta a nuevas lectoras y lectores que igual de otro modo no se hubieran acercado a la obra. Y son obras que necesitamos que se lean, que se estudien. En Una habitación propia se cuestionan muchas cosas que a día de hoy siguen teniendo vigencia. Habla sobre la representación que ha hecho el hombre sobre la mujer en su narrativa versus la realidad. Trata el tema de la conciliación laboral y familiar y lo complejo que es para la mujer. Sobre la universalidad de la escritura, y sobre lo importante que es que nosotras nos atrevamos a escribir cualquier tipo de género. Es un libro redondo.

Sí se estudiara en los colegios habríamos avanzado mucho más, al final trata todo lo que reclamamos ahora que nos parece novedoso, sin embargo ya lo han hecho antes otras mujeres, pero es fácil desconocerlo. Si yo puedo contribuir a esa visibilidad, desde luego que lo haré.

¿Qué planes promocionales confesables tenéis previstos para visibilizar esta estupenda versión de la obra de Virginia Woolf? ¿Podremos verte por Madrid estos meses de primavera? ¿Qué próximos proyectos tienes entre manos?

Presentaciones no tengo, pero sí estaré en ferias del libro. Ahora mismo he reducido un poco la agenda porque estoy trabajando en un nuevo libro escrito e ilustrado por mí y fabricando un bebé, jajaja. 

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