dibujo de Tesi ( @monsieurletesifua )

¿Quién es Iván Fernández Frías? ¿A qué se dedica y qué intereses tiene? ¿Cuál es su superpoder secreto?

Soy Iván Fernández Frías, tengo 35 años, he sido padre hace algunos meses, lo cual creo que es mi mayor logro y mi mayor superpoder. Nací en Cantabria y ahora vivo en Madrid, llevo ya un montón de años en Madrid. Estudié Filosofía; soy redactor publicitario, que es la forma a través de la que he conseguido convertir esto de escribir en una manera mediante la que poder alimentar a mi familia.

En cuanto a aficiones y gustos, uno de mis gustos es la Literatura, sobre todo la de Fantasía y Ciencia Ficción. Así que cuando vi que teníais abierto este certamen estuve revisando algunos relatos que tenía por ahí y finalmente me decanté por La ciudad secreta de Amusnor. No me esperaba para nada ganar, pero sí que creía que podía llegar a meter la cabeza en esa antología tan chula que habéis montado y la verdad es que quedé muy contento. 

Me gusta mucho la música, estoy muy metido en el mundo de la música; los cómics, todo lo que tenga que ver con mundos imaginarios. Juego un montón al Rol, a juegos de mesa… Estoy en uno de los mejores clubes de Rol y juegos de mesa de Madrid, que se llama Mecatol Rex, en Carabanchel. Y por lo demás, me gusta estar con la gente que quiero y tomar unas buenas cervezas. Hablando de superpoderes, uno que comparto con mi amigo Chus es que esté donde esté soy capaz de localizar un sitio donde vendan cerveza, que en Madrid puede ser una chorrada, pero si estás perdido en un pueblo de dios…

¿Qué relación te une a la literatura? ¿Cuáles son tus referentes?

Me empecé a interesar por la Literatura gracias a mi madre, que es una gran lectora -ahora que tengo yo un niño es algo que veo fundamental-. En mi casa siempre ha habido libros, se ha fomentado la lectura. Y por otro lado ha sido mi abuelo el que se ha encargado de meterme las ganas de escribir. Se dedicaba al metal en Santander, no ha estudiado nada, pero siempre desde pequeño he visto que cogía un bolígrafo y se ponía a escribir cosas: desde el tiempo que hacía, cómo se sentía ese día, transcribía noticias que escuchaba en la radio… poesía… Y después ya mi cuadrilla de amigos, que desde el instituto te empiezan a pasar libros que te cambian un poco la mente. Con todo eso, ya después estudié Filosofía y fue como la puntilla a todo ese mundo, ya forjando un pensamiento crítico, permitiéndome enfrentarme a cualquier tipo de libro. 

¿Cuáles son tus referentes?

En Fantasía sí que me iría a los clásicos de entre los clásicos: desde Tolkien a Robert E. Howard, creador de Conan, que tiene una serie de relatos cortos que son una maravilla. Tolkien me parece el maestro. 

En Ciencia Ficción mis referentes son más del mundo del Cómic que de la Literatura; claro que he leído a Asimov, pero me voy más a los cómics del principio de Marvel, Jack Kirby, Stan Lee… Es un tipo de narrativa que me vuelve loco. 

¿Qué tres cualidades principales dirías que debe tener todo buen comunicador?

Ante todo, que sea una persona con pensamiento crítico. Me jode mucho la gente aborregada, que vive cómo le han dicho que tiene que vivir. En Literatura y otros medios valoro a los que te hacen pensar, los que te hacen ver que no todo es blanco o negro.

También os diría que me parece una cualidad muy importante que tenga sentido del humor. Esa fina ironía, ese toque de humor que tienen muchos de los representantes de la Literatura Hispanoamericana, el Realismo Mágico… Borges, por ejemplo, es capaz de escribir un tocho y hacerte reír a carcajada limpia, y no te está contando chistes, sino que su forma de hacer una cita falsa o de describir ya te produce esa diversión.

La última cualidad puede que sea, quizás, ya hablando puramente de creación literaria, la de ser capaz de crear un mundo, y de ser capaz de hacerse sentir parte de él. Aquí volvemos a Tolkien, que ha creado todo un mundo en el que te cuenta desde las tradiciones más enanas hasta cómo se cultivan los nabos en La Tierra Media. Esa capacidad de dotar de carácter pictórico a una obra me parece increíble. 

¿Qué grado de autobiografismo, directo o indirecto -contextual-, hay en tus textos?

Escribo muchísima poesía, escribo ensayo y escribo relatos, y sí que hay una gran parte de autobiografía, de una autobiografía soñada, me explico: hay un Iván onírico que coge una idea surgida de cuando saca al perro o sale a pasear con el niño que igual luego se transforma en una parte de un relato. De todos mis textos, los que más me gustan son los que han surgido de una idea menor, de una frase que escucho, que leo… una frase de Leopoldo María Panero, que me encanta, por ejemplo. En el otro extremo, más formal, la idea de que hay un narrador omnisciente y a mitad del relato el narrador es asesinado por el protagonista, por ejemplo. En todo caso hay una idea que surge de una vivencia cotidiana que me ha disparado a escribir eso. 

¿De qué forma utilizas tus redes sociales?

Es una obviedad decir que Internet para todos los escritores, ilustradores, músicos, etc. se ha convertido en la panacea: te acerca el trabajo de gente fascinante, iniciativas interesantes… Estoy como un niño ahí observando todo lo que se propone. Sí que cuando veo algo que me interesa compartir, le doy visibilidad, sobre todo con gente que conozco.

¿Por qué La ciudad secreta de Amusnor y no cualquier otro relato para el Certamen FTCF?

Al ser el género del que más escribo, tenía un montón de relatos, un montón de ideas, de bocetos… Pero La Ciudad secreta de Amusnor es un relato que ya tenía escrito y que, cuando leí la convocatoria del certamen, decidí reescribir Hay un par de autores que claramente me han influido en la escritura del relato, así que volví a leerlos. Uno de los textos que inspiró La ciudad secreta de Amusnor fue La biblioteca de Babel, de Borges, que es una pasada. Después de uno o un par de años con el relato escrito, decidí darle una vuelta y reescribir ciertas cosas, dejando el cierre, que me encantaba cómo había quedado y que es lo que vertebra la idea central del relato, una reescritura pensando en El Tercer Ombligo de Cerbero. 

¿Cuál es tu definición de Fantasía?, ¿y de Ciencia Ficción? ¿Qué imagen te viene a la cabeza como símbolo o representación de cada una de ellas?

Alguien dijo que el mejor ejemplo de la diferencia entre Fantasía y Ciencia ficción puede entenderse con los viajes en el tiempo. Si el protagonista aprieta un botón para viajar en el tiempo, es Ciencia Ficción. Si reza a un talismán, hace un ritual o cualquier otra cosa mágica, es Fantasía. Supongo que la Ciencia Ficción intenta moverse en los parámetros de lo posible futuro mientras que la Fantasía se mueve en el mundo de lo imposible (como la magia). Las imágenes que me vienen como símbolo son un dragón que escupe fuego y habla para la Fantasía, mientras que una nave espacial surcando el vasto cosmos es lo que me viene imaginado para la Ciencia Ficción.

¿Cuál es tu concepto de Arte? ¿Y tu ideal de Belleza?

Complicado. Leí hace poco una cita de Banksy que me gustó para definir la tarea del arte: “(el arte) debe perturbar a los acomodados y calmar a los perturbados”. Para mí, la obra de arte tiene que mover a la reflexión en algún nivel, y no existe una definición cerrada. Uno puede conmoverse con una ópera mientras otra persona únicamente se aburriría. El ideal de belleza es aún más complejo. Creo que es una aspiración, más que un ideal. El arte tiende a la belleza -en un significado muy amplio- y anhela lograr establecerse lo más cerca posible de ese ideal que tiene el autor.

¿Temes el fracaso? ¿Y el éxito?

Para nada, por lo menos al fracaso. He fracasado muchas veces en mi vida y espero seguir haciéndolo. De un fracaso aprendes mucho: ya sea personal, laboral o artístico. Es el mejor lugar donde re-evaluarte y establecer prioridades. Creo que los fracasados son mucho más interesantes que los ganadores, los laureados, los que siempre lo han tenido fácil. 

La personalidad se forja en el barro del fracaso, y si eres capaz de levantarte con una sonrisa… ha merecido la pena.

¿Qué proyectos tienes a corto, medio y largo plazo?

A nivel literario tengo un buen puñado de cosas interesantes. Estoy participando en el génesis de una revista, Wake & Bake, sobre el mundo del cannabis y todo lo que supone a nivel cultural, artístico y político. Los clubs de fumadores se han convertido en un centro artístico de referencia, donde ilustradores, escritores o músicos comparten espacio e ideas. El director, mi amigo Chus Margallo (@asrudeaspossible en Instagram), es un diseñador excepcional y junto a otro puñado de gente estamos sacando adelante este gran proyecto. Ha quedado momentáneamente parado por culpa de la pandemia, pero estamos trabajando en re-activarlo lo antes posible.

Otro gran proyecto que tengo entre manos es la publicación de una aventura para el juego de rol Dungeons and Dragons con la editorial Shadowlands de Barcelona, ya en proceso de corrección. Con mi amigo Jose (@calmujo en Twitter), otro gran ilustrador, hemos escrito un gran libro. Escribir una aventura de rol es más complicado que una novela, ya que tienes que dejar espacio para que los protagonistas puedan hacer cosas que no prevees. La riqueza del mundo tiene que ser realmente amplia.

Y por no seguir aburriendo: tengo un libro de poesía circulando por ahí,  recibiendo propuestas de editoriales que me piden dinero para co-publicaciones y cosas así que me ponen muy triste. Espero dar con una editorial pequeña que quiera sacar este libro conmigo. Estoy en plena escritura de un libro de relatos variado y  a largo plazo me encantaría poder diseñar un juego de mesa ambientado en un mundo de ciencia ficción.

Bombardeo final no profesional:

–*¿Qué tres palabras te gustaría saber decir en todos los idiomas?

Me gustaría saber decir alguna para fardar… Me encantaría saber decir Sobao pasiego, que es muy cántabra, en todos los idiomas,para quedarme con la gente; sobao pasiego en finlandés, o en bereber… Otra sería Gracias, que me parece una palabra muy bonita y con la que puedes ir a cualquier lado. ¡Y la tercera te diría que Cerveza! Puedo pedir un sobao pasiego, una cerveza y dar las gracias, eso me lleva al fin del mundo.

–*¿Qué época histórica te hubiera gustado vivir? ¿A qué personaje histórico resucitarías?

El Antiguo Egipto, sin duda alguna. Y me hubiera gustado mucho participar en la Segunda República en Madrid, en ese contexto literario y revolucionario. 

En cuanto al personaje histórico… Es complicado porque creo que la gente está bien muerta, la verdad. En todo caso, resucitaría a David Bowie, al menos para un último concierto. 

–*Comparte con nuestros lectores:

un miedo:

Un miedo que siempre he tenido y que cuanto más mayor me hago más me acojona es perder el asidero de la realidad, caer en la locura, una locura negativa, que te impida distinguir la realidad de lo que no es real, entre el bien y el mal… O, más que locura, también me refiero a esas enfermedades tan terribles que te desprenden de ese asidero con la realidad, como el Alzheimer. Me dan pánico. Que tu familia vea cómo vas perdiendo la cabeza… me asusta.

una manía molesta:

Tengo una especie de obsesión que tiene que ver con colocar las cosas paralelas a las líneas, por ejemplo, en una mesa, o colocar los mandos en orden descendente y paralelos a una línea antes de irme a dormir… un cuadro alineado con el techo y el suelo…

un vicio:

He fumado bastante, ya lo dejé. Pero vicio, vicio, que me saca de quicio a mí mismo y a los demás, con el que pierdo horas y horas de mi vida, es el de meterme en Twitter a hacer prácticamente el idiota, a bajar con el dedito y a reír… Como encuentre una cuenta de estas que publica chorradas, estoy ahí ja ja ja durante horas y horas. 

–*Recomiéndales:

tres libros:

Me gustaría comenzar con una novela gráfica: Shangri-La, de Mathieu Bablet, de ciencia ficción, publicada en Dibbuks. Es una auténtica pasada.

Recomendaría Ficciones, de Borges; es una auténtica brutalidad.

Y Las montañas de la locura, de Lovecraft.

dos editoriales:

Hay dos que me gustan especialmente: Valdemar, que recupera clásicos de terror y ciencia ficción, y Ediciones Hiperión, en poesía.

una canción como BSO de tu vida:

Starman, de David Bowie. Siempre me pone de buen humor, puedo escucharla cuarenta veces al día.

–*Envíales un mensaje a las personas que más quieres. ¡Muchas gracias por tu tiempo y enhorabuena, querido Iván!

A Clara y a Martín: que les quiero mucho y que me alegro de poder compartir vida con ellos. A mis padres: que a ver si acaba la cuarentena y puedo ir a verles a Santander. 

Y a la cuadrilla de amigos de siempre: que a ver cuándo nos podemos volver a ver y tomar unas cervezas y que escuchen la entrevista hasta el final.

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