
¿Quién es Raúl Carreras desde lo no literario?
En primer lugar, quería agradecer a Altavoz Cultural y el equipo que lo formáis la elección de mi poema y la oportunidad de que vuestros lectores me conozcan y sepan algo sobre mí y mi poesía.
Soy una persona inquieta, con gran afán por hacer cosas nuevas y colaborar. En el ámbito laboral me dedico a temas jurídicos, estudié derecho. Soy un gran aficionado a los deportes. El tiempo y las obligaciones familiares no me permiten practicarlo como cuando era joven, pero aún puedo sacar mis momentos para practicar running y todos los años consigo correr dos o tres medias maratones.
Siempre he estado ligado a temas culturales, he hecho teatro, incluso monólogos, y también tuve mi incursión en cuestiones políticas…
Soy en cierta forma un soñador que aspira a ese utópico mundo mejor.
¿Cuándo y cómo te interesas por la escritura y qué te ofrece la poesía en particular?
Desde pequeño me gustó escribir. Imagino que como todos, empezamos por los diarios personales donde plasmamos nuestros sentimientos. Posteriormente mi vocación frustrada hacia el periodismo me hacía escribir crónicas y artículos, sobre todo deportivos y políticos.
En 2010 se convoca un concurso para participar en el Pregón de la fiesta grande que se desarrolla en mi pueblo cada diez años, Bernardos (Segovia), y decido presentarme. El texto iniciático en prosa fue deviniendo por no sé qué tipo de inspiración en poesía.
Gané ese concurso y me aficioné a escribir poesía.
La poesía me ofrece bienestar. Esa satisfacción de ir plasmando en el proceso creativo sentimientos y emociones, y ver que estás dando forma a algo bello. Cuando terminas el poema y ves tu obra sientes una especie de orgullo y felicidad interna.
¿Cuáles son tus referentes y cómo definirías tu poética?
Mi referente es claramente Gustavo Adolfo Bécquer. De él, de sus rimas y leyendas surgió mi pasión por la poesía. En ese sentido, mis poemas beben en gran parte de su estilo literario, no solamente en su concepción formal, por ejemplo, en el uso de la silva arromanzada, en los romancillos heptasílabos y otro tipo de composiciones similares a sus rimas, sino también en su concepción romántica de la poesía, con poemas nostálgicos, con toques de tristeza, dedicados al amor o al desamor, y sobre todo a la figura femenina, musa y fuente de inspiración.
¿Cómo es tu proceso creativo?
No me siento a escribir y “a ver qué sale”. En determinados momentos evoco situaciones, momentos vividos, escenarios imaginados…, observo la naturaleza, trato de describir un sentimiento…, y así se me ocurre un verso, una estrofa, que anoto en mi mente o en un papel y luego desarrollo tranquilamente. O quizás leo a algún poeta clásico y con un tema que tenga en la cabeza le doy al poema la estructura formal del otro poema que he leído. Incluso en ocasiones a través de una cita de escritores famosos desarrollo la idea de un poema.
¿Cómo se gesta «A este lado muere el poema» desde el estímulo primario hasta su cierre formal?
No es el poema que más representa mi estilo poético, ya que está escrito en verso libre cuando, sin renegar de él, suelo escribir verso clásico. “A este lado muere el poema” es un poema creado para participar en un reto poético contestando a otro poema titulado “A este poema le falta un lado” del poeta argentino Alejandro Cárdenas.
Es un poema que rebosa tristeza y melancolía, que habla del fracaso y del abandono. Es ese grito en el desierto que sabes que no va a ser escuchado. Son las ilusiones que nunca se concretan. Es el lamento hecho verso.
¿Qué nos cuenta el poema acerca de su autor?
Quizás soy ese “rapsoda fracasado”, “el lamento arrebatado de mi verso”, “el querer, que por ser no ha sido”… Quizás esos versos hablan de mí al tener la sensación de que no consigo que mi poesía se haga oír y llegue a más gente.
¿Qué es lo que más te seduce de los certámenes literarios?
Realmente no les tengo mucha fe a los certámenes literarios. No al menos a esos que te exigen no sé cuántas copias, que limitan la participación al suyo propio. Esos que te atraen por sus cuantiosos premios y que “casualmente” siempre están destinados al mismo tipo de poetas ya conocidos, por no hablar de otros en los que la editorial ya ha decidido el fallo de antemano y que buscan la promoción a través del estruendo en las redes y los medios de comunicación.
Es descorazonador trabajar un poema, ponerle sentimiento, dotarle de ritmo, musicalidad, cadencia, y luego leer muchos de los poemas elegidos, con fallos ortográficos, sin sentido en la historia, incluso sin cumplir las bases…
Eso mata la ilusión por la poesía.
¿Qué consejo les darías a quienes no se atreven a participar en las diferentes convocatorias?
Paciencia, resignación y que no esperen nada de los concursos a los que se presentan. Que lo hagan con la ilusión y la única esperanza del que echa una quiniela de la que sabe que tiene una posibilidad entre mil millones.
¿Cómo valoras el panorama poético actual?
Soy bastante crítico en este tema. En una palabra, lo consideraría “desolador”. Si nos atenemos a los “poetas” que triunfan en las redes sociales, y lo digo entrecomillado porque para mí no se pueden considerar como tal, carecen de todo lo que yo considero poesía. Si Bécquer leyera los poemas de estos grandes gurús de la poesía después de haberse preguntado ¿Qué es poesía? clavando sus pupilas en otras de color azul, moriría de nuevo de pena. Es la poesía que yo llamo del “intro”. Escriben una serie de frases más o menos grandilocuentes y le ponen muchos “intros” para que aparezca en muchas líneas. No hay ritmo, ni cadencia, ni musicalidad en ellas. A mi modo de ver, requisitos esenciales en la poesía, además de utilizar el lenguaje para crear algo bello.
¿Qué proyectos tienes a corto, medio y largo plazo?
A corto plazo intentar dar a conocer mi libro “Donde habitan mis musas”, esperar que esta situación que nos asola pase pronto y poder presentarlo convenientemente en Madrid. Justo la semana antes de su presentación llegó el confinamiento y no pude presentarlo. En verano, con la mejora de la situación pude hacer una pequeña presentación al aire libre en mi pueblo, pero no ha podido tener la difusión adecuada. Asimismo, intentar que mis poemas lleguen al mayor público posible y que puedan ser leídos y apreciados.
A medio plazo, tengo poemas para confeccionar varios libros, por lo que, en ese sentido, y a pesar de que creo que en los concursos de poesía está todo el pescado vendido, presentar mis creaciones en esos concursos por si en alguno suena la flauta y poder darme a conocer.
Y a largo plazo, estoy trabajando en varios frentes para crecer como escritor lejos del ámbito poético. Tengo una historia a la que estoy dando contenido, pero que aún se encuentra en pañales, y además estoy escribiendo un libro compuesto de varias historias que se encuentra más avanzado.
¿Dónde pueden encontrarte, seguirte y leerte nuestros lectores?
En redes sociales estoy en twitter e Instagram como @raulrib2, además suelo publicar en dos portales de poesía, Poémame y Poemas del Alma. Espero que a partir de ahora también me podáis encontrar de vez en cuando por Altavoz.
Y mis libros los podéis encontrar en la web de la editorial Saralejandria, y el primero, “Sueños y desvelos”, también se encuentra bajo petición en la Casa del Libro.
Recomiéndales a nuestros lectores: a) cuatro poetas noveles; b) tres editoriales de poesía; c) tres poemarios; d) una canción para poner de fondo al leer tu poema.
Poetas noveles: Rebeca Tejedor Díaz @rebktd, Verónica Teja Obregón @lechuza_verin, Ángel Caba @manchegram
Editoriales de poesía: Permitidme no nombrar ninguna, ya que desconozco cómo trabajan. Eso sí, un consejo que me aplicaré a mí mismo: publicarlo y esperar los beneficios de vuestro trabajo.
Poemarios: “La esencia está en el aire” de Rebeca Tejedor, “Versos de mimbre” de Verónica Teja y “Mi mejor abril” de Soraya Benítez.
Una canción de fondo: Es un poema triste y no le pega una de mis preferidas, la banda sonora de “La Vida es Bella”, por lo que voy a optar por el “Adagio” de Albinoni.
Muchas gracias por escoger mi poema, por la entrevista y por la difusión que hacéis de la poesía.