Comentario literario de:

Anatomía de una mariposa, de Paula Moreno (La Carmensita Editorial)

Vomitando mariposas muertas, de Tamara López (Matraca Ediciones)

 Lo primero de todo, quiero dar las gracias a Altavoz Cultural por darme la oportunidad de conocer a estas dos autoras. Siempre es un placer conocer compañeras que comparten este mundo de la poesía, y más aún cuando te permiten entrar en contacto con formas de escribir tan distintas, porque te abren mucho el abanico de posibilidades.

Como decía, son dos libros completamente diferentes, con estilos muy personales, que creo que, sin haber leído nada más de ninguna de las dos, puedo apreciar que son directamente sellos de personalidad de su escritura. Y eso siempre es genial conseguirlo, porque que se te reconozca en un mundo con tanta gente escribiendo es un éxito importante.

Es cierto que soy más afín al estilo de Paula que al de Tamara, por gustos personales y por identificación con la manera que a mí me gusta tratar la poesía cuando la escribo, porque me inclino mucho más por la sensibilidad, por la musicalidad y por un lenguaje diferente en vez de por lo directo, impactante y sin filtros que caracteriza a Tamara, pero eso no quiere decir que me parezca menos interesante. Ambos tienen mucha tela que cortar y muchas emociones en común, que voy a intentar desgranar aquí.

También veo unas ideas que me encantaría que desarrollaran más, a las que veo potencial, sobre las que disfrutaría hablando con las autoras para conocer su proceso creativo y saber cómo llegaron hasta ellas. Aprendo mucho entendiendo cómo construyen sus proyectos otras compañeras, y creo que aquí hay modelos de trabajo e inspiración completamente diferentes a los míos, por lo que lanzo una invitación a Tamara y Paula para tener esta conversación.

Soy fiel defensora de la idea de que, en la poesía, caben todo tipo de sentimientos, y eso lo he agradecido en estos dos trabajos. Ambos traspasan los temas “costumbre”, lo típico (el amor, la nostalgia o el corazón roto), o los utilizan con una profundidad muy honesta y desde la experiencia personal nada idealizada, y además entran en una diversidad de temas como el miedo, el dolor, la pérdida, la dependencia, la angustia, la maternidad… Y, sobre todo, creo que ambas autoras se dejan la piel y el alma al sacar su mundo interior y ponerlo sobre la mesa pública. Eso es muy valiente, y es digno de reconocimiento. Creo que lo que más me ha impactado es la forma de tratar el dolor. Ese dolor interno, irracional y que te desgarra por dentro.

En el caso de Anatomía de una mariposa, me sorprende el aura de espiritualidad con la que Paula habla del tema. Son poemas muy crudos, que se nota que hablan de momentos difíciles y con mucha verdad detrás, pero a la vez tienen un componente místico que hace que te cale muy adentro, que te toque, y que te deje ganas de saber más. La autora es capaz de utilizar elementos religiosos y naturales entremezclados para describir sus emociones y eso me parece de lo más interesante. Además, creo que es importante que ese dolor aparezca en todos los temas que trata el poemario, que no lo aparte a un único compartimento, sino que se muestre cuando hay amor, cuando hay guerra interna, cuando hay pérdida, cuando hay discriminación, etc.

En el caso de Tamara, también veo esa aparición del dolor en todas las emociones que nos muestra: en la dependencia, en la nostalgia, en el miedo a perder a alguien, pero lo representa de una forma completamente distinta. Vomitando mariposas muertas es un retrato, tal cual, de como siente la autora, sin adornos ni añadidos. Y eso lo hace muy real y oscuro a partes iguales. Ella dice las cosas como son, como las ha sentido, y provoca un impacto en el lector en muchas de sus páginas que es difícil de conseguir. Aunque su estilo no sea mi favorito, lo directo que es hace prácticamente imposible que te deje indiferente ante los sentimientos sobre los que habla. Siendo sincera, creo que disfrutaría viendo esas emociones tan crudas y reales expresadas en un ritmo o una métrica más identificables, porque los conceptos me encantan, pero me desconecta la forma de expresarlos.

Por otro lado, y en esto no soy nada objetiva y lo sé perfectamente, me encanta que las mujeres hablen (hablemos) de nuestras experiencias a través de cualquier tipo de manifestación artística. Que nuestra lucha, nuestro miedo o nuestro hartazgo se hagan un hueco en todas partes me parece algo fundamental, y agradezco de corazón que las dos autoras le dediquen versos concretos a este tema. Así que Tamara, Paula, gracias por hablar de las que ya no están, de la libertad femenina, de nuestra sexualidad y nuestros cuerpos, de rebelarse y, sobre todo, de no quedarse calladas.

Por último, aunque me gustaría hablar de mil cosas más, me quiero centrar en el tema que une estos dos libros por excelencia: las mariposas.

Siempre me han parecido una metáfora preciosa, tanto para leerla como para escribirla, y me resultó muy llamativo que ambos libros giraran en torno a ellas. Creo que es un tipo de recurso con el que es fácil sentirse identificado tanto cuando hablamos de amor, como cuando hablamos de cambio y crecimiento, como para referirse a la libertad. Las mariposas pueden transmitir una diversidad de sentimientos con la que es interesante jugar como lo hacen estas dos autoras. Mientras que Tamara habla con ellas de un tipo de amor oscuro, dependiente, doloroso, en el que trata de cambiar las muertas (que provienen de esas relaciones tóxicas) por unas nuevas y vivas; Paula se centra tanto en el vuelo como en el proceso de la metamorfosis, dando alas a varias interpretaciones, a distintas emociones que puede provocar en los lectores.

Al final, la mariposa nos permite a las poetas hablar de etapas, de sentimientos y de anhelos que, de una forma u otra, están en todas las personas. Y es inteligente utilizar un recurso que se ha convertido en algo tan identificable para el público.

Para terminar, deseo volver a dar las gracias a Altavoz Cultural, pero esta vez por darle un espacio y una difusión a la poesía con iniciativas como estas jornadas. Por darle importancia y reconocimiento a nuestro trabajo y a nuestras creaciones. A día de hoy, es difícil encontrar plataformas culturales, o incluso específicamente literarias, que dediquen un espacio a poetas, y más aún a noveles, por lo que la labor que hacen desde este medio es fundamental. La literatura no son solo los best sellers o los géneros de moda, y la poesía lleva mucho tiempo siendo excluida de premios, revistas y otros espacios como si no fuéramos parte del arte de las letras igual que otros géneros. Así que gracias de corazón por dejarnos vuestro altavoz y ojalá sirva para que más gente le dé una oportunidad a los versos.

Paula Iglesias para Altavoz Cultural

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s