-autor del poema de enero 2023
en Altavoz Cultural-

¿Quién es Pedro Antonio Sánchez Sánchez desde el punto de vista externo a la Literatura? ¿Qué formación, pasiones e intereses configuran tu día a día?
Lo primero de todo gracias a Altavoz Cultural por seleccionar mi poema como poema del mes. Es todo un honor y me siento muy halagado y feliz por ello, muchas gracias de corazón.
En cuanto a Pedro Antonio debo decir que es un getafense de toda la vida de 45 años, marido, padre y amo de casa desde que nació su hija hace ya más de siete primaveras. Se le puede ver por las mañanas llevándola al colegio, haciendo la compra o paseando a su perro, siempre con los auriculares puestos escuchando música de aquí para allá.
Estudié Historia en la UAM sin terminar la licenciatura, después me hice técnico de emergencias y descubrí mi verdadera vocación, hasta que por mi mala salud me quedé sin trabajo.
Desde muy pequeño he tenido inquietudes artísticas; me gusta pintar, toco diferentes tipos de flauta y estuve en dos grupos como músico y vocalista (uno de folk y otro de rock/metal) y por supuesto siempre me ha gustado escribir.
Soy un tipo muy “friki” que disfruta muchísimo la fantasía y la ciencia ficción como géneros. También los juegos de mesa modernos, los juegos de rol y todo eso que ahora se llama ocio alternativo.
¿Cómo surge en ti la relación con la Literatura, como consumidora y como autora? ¿Cuáles han sido tus primeros pasos creativos en este sentido?
Pues empecé a devorar libros (y a comprarlos) como a los 13 años. Esto vino de la mano del descubrimiento de los juegos de rol (un pasatiempo infravalorado y que afortunadamente hoy se está poniendo en valor como actividad lúdica), precisamente gracias a esta afición se despertó en mí la necesidad de conocer de primera mano las referencias literarias que en estos juegos se apuntaban. Así que comencé a leer a Tolkien, Howard, Lovecraft, Moorcock… Esa fue la puerta de entrada. Después conocí la novela histórica y me marcaron obras como Los Pilares de la Tierra.
Ya en el instituto (en las clases de lengua y literatura) descubrí la poesía y fue un flechazo; empecé a leer a Lorca, me encantó el Campos de Castilla de Machado y sobre todo Benedetti, por el que además sentía afinidad ideológica. Fue entonces, entre el instituto y la universidad, cuando empecé a escribir mis primeros ripios y versos, la mayoría de las veces un tránsito entre poemas y letras para musicar.
Y así llegamos a la primavera del año que acabamos de despedir, cuando en medio de una catarsis personal decidí tomarme en serio a mí mismo en esto de escribir y recuperé el hábito de hacer versos. Al principio casi como terapia, escribiendo de forma metódica y regular, y después animándome a compartir lo que escribía en Instagram. Recibir críticas positivas de gente que no conocía supuso un espaldarazo, fue una sorpresa, algo que no esperaba. Gracias a ello no he dejado de hacer poemas hasta tener dos poemarios ya registrados. También he conocido a otros autores como el dúo de escritoras Pretéritas Imperfectas, con las que he hecho buenas migas y quedamos regularmente para hablar de proyectos literarios.
Tengo que decir que a la hora de leer prefiero el ensayo y la poesía a la novela, que tengo la malsana costumbre de leer varios libros a la vez y de tener desperdigado por la casa todo lo que en ese momento voy leyendo, esperándome sobre algún mueble del salón, el escritorio, etc. Y que soy un firme defensor del papel por encima de lo digital; no hay nada mejor que el olor a libro nuevo y la sensación de pasar una página con los dedos.
¿Cómo nace Sísifo y la aritmética del tiempo, distinguido como poema del mes en Altavoz?
Pues tengo que decir que, quitando excepciones, el fatalismo suele permear bastante el tono de mi poesía. Esto tiene mucho que ver con el momento en el que vivo: tanto por mis circunstancias internas y vitales (esa mediana edad donde los años ya pasan factura) como por las circunstancias externas tan difíciles que nos rodean y que, inevitablemente, se dejan ver en lo que escribo. Me interesa, sobre todo, reflexionar sobre el sentido personal que le damos a las cosas, a los sentimientos, a cómo nos auto percibimos y nuestra propia existencia.
Sísifo y la aritmética del tiempo es un poema que habla de ese conflicto interno y existencial que se apodera de nosotros cuando, en un momento de la vida, descubrimos que el tiempo es finito, que nos pasa por encima inexorable con todo lo que eso conlleva. Que no podemos pelear contra lo inevitable y hacerlo es estar condenados una y otra vez a cargar esa pesada roca de culpabilidad por aquello que ya no podrá ser (o creemos que no podrá ser) para volver a caer, una y otra vez. Y aun así nos resistimos.
En el fondo es eso, el terror de descubrir un día que, aunque no queramos, y por mucho que nos repitamos frases hechas, la juventud, la verdadera juventud (la de tener por delante toda una vida y sus oportunidades) está acotada por los años. Y aun así no todo está perdido, y como suelo decir, siempre nos queda molestar. Porque protestar también es humano y es una costumbre que hace más falta que nunca.
¿Cómo es tu proceso creativo en general, dedicado a la poesía, más allá de esta composición en concreto? ¿Qué te aporta como género la poesía que no te ofrezca el resto como medio de expresión?
Pues soy un escritor de hábitos apoyado en dos pilares: soledad y tabaco. No puedo escribir y leer sin el maldito e insano vicio de fumar, lo siento. Por lo demás soy de los que toman notas cuando puede a lo largo del día: un cuaderno pequeño, el móvil… Siempre que me viene el golpe de inspiración en forma de alguna palabra, un verso del que tirar o una situación sobre la que escribir un poema aprovecho. Después me siento a escribir (principalmente en el ordenador) y no suelo parar hasta que tengo un borrador que dejo reposar el tiempo necesario para volver a él y darle la forma definitiva.
Para mí la poesía es como la música. Es capaz de evocar y transmitir sentimientos y sensaciones gracias a su propuesta formal, al ritmo, a que siempre busca no dejar indiferente y aspira a la belleza. A veces pueden ser cosas muy elevadas, a veces más mundanas y sencillas; pero es concisa, directa y apela a la emotividad. La poesía (como la música) es consustancial e innata al género humano desde que el mundo es mundo, y no es casual que fuera mediante el ritmo, la lírica y la metáfora que pueblos que no conocían la escritura pudieran transmitir leyes, mitos y sabiduría a posteriores generaciones gracias a la poesía.
A mí la poesía me aporta verdad, me aporta belleza y me aporta una pausa reflexiva y necesaria para saber que, a pesar de todo, seguimos siendo humanos y necesitamos seguir alimentando eso que nos hace distinguirnos del resto de animales.
¿Qué valoración haces de los certámenes y premios literarios? ¿Qué opinión te merece, paralelamente, el mercado editorial actual?
Pues, sinceramente, en un contexto de crisis, donde los precios de edición se disparan por la carestía de papel, el transporte y la logística, donde muchas editoriales han encontrado en eso de la coedición una salida para seguir subsistiendo y las editoriales tradicionales miden muy mucho con quien se juegan sus cuartos, creo que los certámenes y los premios son más necesarios que nunca. Y lo son porque gracias a ellos todavía hay esperanza para quien quiere escribir, para quien tiene la necesidad de contar algo, para que podamos descubrir talentos, para poder emerger y darse a conocer.
Entiendo que al final, en este mundo de consumo, en el que todo tiene un valor de mercado, las editoriales (que al fin y al cabo también tienen que comer) acaben apostando por lo que el lector medio conoce y compra. Eso va a seguir siendo así y tiene su lógica. Por eso cualquier concurso y certamen es una oportunidad para las personas que sueñan, ya no con la quimera de vivir de la literatura, sino con ver su libro publicado en el estante de una librería. Esa sensación de ver tu obra publicada es (tiene que ser) una de las cosas más bonitas de la vida.
De todas formas es un tema que da para debate, no es fácil y hay muchos factores presentes. Pero sí: mi valoración de los certámenes y premios es muy positiva.
¿Qué proyectos literarios tienes a corto y medio plazo? ¿Dónde podemos encontrarte, seguirte y leerte?
Pues, como ya he comentado, tengo dos poemarios: A la luz del patio y En el vértice del frío, ambos los estoy moviendo por editoriales con la esperanza de que gusten y puedan ser publicados. Sigo escribiendo, tanto poemas como prosa poética, y al hilo de la anterior pregunta, me he propuesto participar en todos aquellos certámenes y concursos literarios que pueda y surjan. También he valorado la autoedición de algunos de mis poemas, pero es algo que tengo ahora mismo como una opción lejana, ya veremos con el tiempo.
Y, bueno, tengo una cuenta de Instagram donde suelo publicar y recitar mis poemas: @eorlinga_pedroantsanchez. Os animo a todas y todos a visitarla, compartirla y a que dejéis vuestros comentarios e impresiones sobre lo que allí se escribe.
Y por último tengo que reiteraros mi agradecimiento: para alguien como yo, que aún tiene mucho que recorrer y aprender, es un premio enorme y un refuerzo para seguir escribiendo.