
¿Cómo y cuándo nace Asetrad y con qué propósitos principales lo hace? ¿Quiénes constituyen actualmente su estructura interna?
Asetrad se fundó en 2003 con el objetivo de fomentar el reconocimiento de la traducción, la corrección y la interpretación, y defender los intereses de quienes las ejercen. La estructura interna se compone de la Junta Directiva y de la Asamblea General. Ahora mismo, la Junta Directiva está compuesta por diez personas que se apoyan en tres empleadas y en las comisiones y grupos de trabajo formados por socios (tanto profesionales como extraordinarios, ya que tenemos dos tipos de afiliación). Las comisiones y los grupos de trabajo se crean y se extinguen según las necesidades que la asociación tiene en cada momento. Básicamente, sirven para que Asetrad pueda sacar proyectos e iniciativas adelante. Una vez al año se celebra la Asamblea General de la asociación, que, junto con la Junta Directiva, es el órgano de gobierno de Asetrad. Todas las personas afiliadas a Asetrad están sujetas al cumplimiento de nuestro código deontológico y tienen derecho a voz en las asambleas, aunque solo las personas con afiliación profesional tienen derecho a voto.
¿Cómo ha evolucionado la Asociación desde sus comienzos hasta hoy? ¿Qué habéis ido incorporando paulatinamente y qué habéis desechado en este camino?
En estos 18 años, la asociación ha evolucionado a pasos agigantados. Ahora mismo tiene más de 1600 personas asociadas, sede propia y emplea a tres personas. ¿Qué hemos incorporado? La lista es larga. Desde una web, que ahora mismo está en proceso de remodelación, una revista multilingüe de publicación bianual (La Linterna del Traductor), una herramienta para calcular tarifas, guías profesionales para saber cómo contratar servicios de traducción e interpretación, un foro jurídico de asesoramiento para socios e incluso una herramienta de gestión fiscal y financiera específica para profesionales de nuestros sectores. A nivel internacional, Asetrad forma parte de la Federación Internacional de Traductores e Intérpretes (FIT), y a nivel nacional, desde hace ya más de 10 años, de la Red Vértice. A lo largo de estos 18 años de vida, la asociación ha suscrito 8 convenios de colaboración con distintas instituciones y universidades, ha negociado con más de 25 empresas descuentos en distintos productos y servicios para beneficio de sus socios, ha organizado más de 150 actividades de formación y ha celebrado 3 congresos. Con tantísima actividad asociativa, es natural que por el camino se hayan fraguado proyectos que con el tiempo hayan tenido un recorrido determinado, o que incluso se hayan agotado o transformado. Esto es normal y sano.
¿Cómo valoráis el panorama de las tres artes que integran vuestra iniciativa? ¿Qué diríais que falta y qué sobra según vuestro criterio?
Esta es una pregunta compleja que nos llevaría cierto tiempo contextualizar y responder. Se podría decir que, tanto en la traducción como en la corrección y en la interpretación, sobra desinformación y faltan reconocimiento y dignidad (esto referido a quienes contratan nuestros servicios). En lo que atañe a quienes ofrecemos estos servicios, podría decirse que sobra pesimismo y falta aún más lucha colectiva estratégica a largo plazo.
¿En qué consiste la adscripción o «pertenencia» a Asetrad? Nos gustaría que nos explicarais las ventajas, los requisitos de admisión si los hay… todo el proceso desde cero.
Pertenecer a una asociación profesional como Asetrad tiene varias ventajas «directas», como el acceso a una amplia oferta de formación especializada a precios reducidos, el intercambio de experiencias con colegas a través de la lista de correo o la posibilidad de beneficiarse de descuentos en herramientas o servicios que necesitamos para el ejercicio de nuestras profesiones. Sin embargo, creo que afiliarse a Asetrad tiene ventajas que van más allá de lo meramente tangible. Por un lado, asociarse permite estar en contacto continuo con otros profesionales en tu misma situación y, por tanto, «no sentirse solo ante el peligro» (recordemos que la mayoría de profesionales que se dedican a traducir, corregir o interpretar son autónomos); por otro, las asociaciones son nuestra forma de reivindicar el reconocimiento de nuestras profesiones, algo que, a largo plazo, revierte en todos los profesionales, ya que supondrá mejores condiciones de trabajo para todas las personas que nos dedicamos a esto. Es bonito participar en algo colectivo y ver cómo, poquito a poco, pasito a pasito, eso que has ido construyendo con tus compañeros se refleja en tu día a día.
Si alguien tiene interés en formar parte de Asetrad, le invito a entrar en nuestra página web Allí tiene toda la información que necesita para inscribirse.
¿Qué tal fue vuestra experiencia en la última Feria del Libro de Madrid? ¿Qué proyectos tenéis a corto y medio plazo?

La experiencia de Asetrad este año en la Feria del Libro ha sido muy positiva. Teníamos algunas reservas debido a la situación sanitaria, pero ha sido nuestro primer gran acto presencial tras muchos meses de actividades únicamente virtuales, y nos damos por satisfechas. Hemos recuperado la emoción de antes y la ilusión por estar en la calle y contar a cualquier persona interesada qué es lo que hacemos los traductores y los correctores. Sobre todo, para poder explicar que permeamos en muchísimos más aspectos del día a día de lo que puede parecer a priori (no solo en los libros de narrativa extranjera). Para Asetrad, estar en la FLM y en otras ferias sectoriales es un escaparate, una oportunidad. Es un formato más por el que apostamos para visibilizar nuestras profesiones, alzar la voz y luchar por ese reconocimiento que tanta falta sigue haciendo.
A medio plazo, tenemos programada una jornada de reflexión en el Ateneo de Madrid a principios de 2022. Será un día entero, exclusivo para personas afiliadas a Asetrad, en el que nos reuniremos para analizar y debatir diferentes retos que tenemos por delante, tanto a nivel profesional como asociativo. La verdad es que estamos muy emocionadas, porque esperamos que sea una oportunidad para que nuestros socios se reencuentren e impulsar proyectos de la asociación. Y también porque es un nuevo formato que creemos que puede funcionar bien: sentarnos a hablar con calma y en persona, algo no tan frecuente desde hace meses, dada la distancia y la digitalización de las relaciones sociales y profesionales. También a medio plazo, pero ya en 2023, tenemos programado celebrar nuestro XX aniversario con un congreso en Gran Canaria. Y a largo plazo, nuestro plan consiste en seguir dotando a la asociación y a quienes formamos parte de ella de las herramientas necesarias para mantenernos competitivos en el mercado, con una remuneración digna y el reconocimiento que merecemos.
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